C A P I T U L O 1.

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—Astrid, te prometo que no te arrepentirás de ser mi novia—Me tomó de la manos— Sólo dime que aceptas—Se hincó suplicándome.

—¡Ya te dije que no Martín!—quité mis manos de la suyas—Dos noches no significan nada, desde el principio te aclaré que no quería nada serio. No es mi puto problema que seas tan lento para entenderlo—Seguí mi camino y él se paró para seguirme.

—¡Te daré lo que quieras si me das una oportunidad!

—¡No me vuelvas a llamar, idiota!— Enseguida entré a un bar y pedí una cerveza en la barra— Tomé mi celular y bloqueé el contacto de Martín.

No entiendo porqué la gente se emociona tan rápido. Te los coges unas cuantas veces y ya se quieren hasta casar. En verdad me cagan las personas así. ¡Por dios! Sólo se vive una vez como para estar atada a una persona toda tu vida, ¡que se jodan!

—Disculpa—Le hablé a la chica que atendía—¿Tendrás un encendedor?—Saqué mi cigarro para enseñárselo.

Martín realmente me había estresado, así que no había nada mejor como un buen cigarrillo para relajarme.

—Si, pero no se permite fumar en esta área—Me señaló unas mesas pegadas a la entrada— Allá si.

Miré las mesas alejadas y pude observar que habían puras chicas alrededor.

—¿Cómo te llamas?—Pregunté.

—Sofía—Me entregó un encendedor.

—Mucho gusto Sofía, yo soy Astrid—Le di mi mano para que me saludara, a lo cual ella me la recibió un poco extrañada—¿Qué clase de bar es este?

—Regularmente vienen chicas lesbianas aquí, es como un bar lésbico.

—Que interesante, jamás había venido para acá. Pero ya tengo a donde venir—La miré coqueta.

La chica se veía más grande que yo, también se veía seria, pero eso no era un impedimento para mi. Quería una noche placentera.

Me gustaba hacerlo con hombres y mujeres. Sus cuerpos me encantaban, los dos tenían lo suyo. Incluso había intentado hacer un trío, hasta que los dos querían formar una relación de tres y fue muy incómodo para mi. Si no aguanto tener una relación con una persona, ¿como iba a soportar a dos personas?

Prendí el cigarro con el encendedor, aún estando en la barra.

—No puedes fumar aquí—Me volvió a decir, pero de una manera más seria.

—¿Por qué no veo a nadie más trabajando aquí?—Me acerqué a su rostro— ¿Estás tú sola? Tal vez por eso te ves un poco estresada—Apagué el cigarro— ¿No quieres relajarte?—Le susurré.

La chica tragó saliva y no se cómo pasó pero cinco minutos después ya estábamos en la bodega haciéndolo en donde ella no paraba de gemir.

—¡Sigue así!—me decía entre gemidos. Mientras yo le daba cada vez más placer— ¡Ahh!

Yo esperaba que nos fuéramos a otro lugar en la noche, pero admitía que hacerlo en una bodega era excitante.

Perdí la cuenta de las veces en que se vino, pero al parecer fueron tantas que hasta me dió su número para que hubiera más ocasiones así. Posiblemente le llamaría una vez más, como a todos. Pero nunca nunca nuncaaa había una tercera ocasión placentera.

Al terminar me fui de allí y me dirigí a la casa que compartía con mi roomie, Alba. Nunca me había acostado con ella, era más bien una hippie hetero. Tenía plantas por toda la casa, iba a marchas para salvar al medio ambiente y también a marchas feministas junto con su novio hippie Derek. En realidad asistían a la mayoría de las marchas.

Experta en ilusionar (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora