EDJ DA

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Abrí mis ojos al aire cálido que me envolvía.

La extraña y familiar esencia de lavanda y la sensación de la manta esponjosa. Esta es mi habitación sin lugar a dudas.

Cuando me moví a través de las mantas, vi mis extremidades desnudas.

Este fenómeno increíble no había cambiado durante una semana.

Finalmente, decidí admitir que estaba de vuelta en el pasado.

─ Señorita, ¿va a estar acostada de nuevo hoy? Su médico me dijo que no hay lugar para que estuviera enferma, pero no sé por qué. ¿Podría decírmelo al menos?

Es mi doncella, Anna, quien entró inmediatamente por la puerta.

Había estado en cama durante una semana, comiendo un poco de la comida, y parecía ella ya estar muy preocupada por ello.

Recordé la última imagen de ella, con su rostro lleno de lágrimas.

Dos días después de que Ángela cayera debido a su propio té venenoso, los caballeros bajo las órdenes del Príncipe me obligaron a irme de la casa de Belchester y me sacaron de mi habitación.

No había respeto por una dama, aunque no estaba condenada en ese momento.

─ ¡No sean groseros con la señorita Jaina!

─ Es la orden de Su Majestad, o le cortaré la garganta.

Anna se paró frente a mí, y se enfrentó a los caballeros.

La casa ya estaba hecha un desastre, y un caballero se me acercaba, con los ojos fijos en mí.

─ ¡Solo muere! ¿Cómo se atrevió a tocar a la señorita Ángela?

Me apuntó con su espada y corrió hacia mí, sucedió en un instante.

También fue inesperado, y desafortunadamente, él era el más fuerte de los hombres enviados, y nadie pudo detenerlo.

No quería morir, pero me tiré para protegerme.

Ella fue apuñalada en mi lugar y murió instantáneamente.

Aquel caballero en cuestión era conocido por ser partidario de Ángela. Por esa única razón, podría explicarse su comportamiento.

Otros caballeros lo detuvieron demasiado tarde, pero ya nada pudo revertir la muerte de Anna.

─... Anna, gracias.

─ ¿Señorita? ¿Por qué hace eso tan de repente? ¿Qué le está pasando realmente?

Me acerqué a Anna y la abracé. Seguía aferrándome silenciosamente al cuerpo de Anna mientras ella evitaba mis acciones.

Tenía diez años, y Anna doce cuando la conocí por primera vez en una carretera forestal desierta a las afueras de la capital.

Anna había nacido en los barrios bajos y criada como asesina. La traje aquí porque estaba gravemente herida por una misión fallida.

Si hubiera hecho todo por Ángela, Anna habría hecho cualquier cosa por mí.

Quería agradecerle un día, no fue hasta que vi la garganta de Anna desagarrarse y caer muerta que supe que era demasiado tarde.

─ ¿Alguien le ha molestado? No, no hay manera de que alguien lo haga a menos que estuviera loco.

─ No es así. Y volveré a mis deberes a partir de hoy, Dios, ¡así que volveré después de un pequeño recado!

Salí de la habitación y salí corriendo.