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De repente, la puerta del salón se abrió y Kassel entró de manera abrupta. Como buen aprendiz, inmediatamente recuperó el control y enderezó su postura. Eso es un cambio rápido de actitud.

Incluso tuve la ilusión de que nada había sucedido antes.

–Mamá, ¿has estado bien?

–¿Enserio? ¿De qué estás hablando mientras estoy compartiendo un té? Estás diciendo algo realmente extraño.

–Eso es imposible, como hijo tuyo, estaba preocupado por la salud y el bienestar madre

–Dios mío, ¿estabas preocupado por mí? Mañana seguro tendremos un dragón en el patio delantero.

La Duquesa no tenía intención de creer en sus excusas.

–Seguramente escuchaste que estaba con la Señorita Jaina. Debes haber estado escuchando.

–No digas eso, no soy ese tipo de persona.

–¿Y entonces la puerta se abrió por error?

–La puerta se abrió por error, sucedió por accidente mientras caminaba por el pasillo.

«¿Qué tipo de coincidencia podría abrir la puerta si solo pasaba por el pasillo?»

Las palabras de Kassel eran obvias mentiras, pero su expresión era seria.

«Kassel, tienes el descaro de decir tantas mentiras......»

–¿Viniste después de escuchar que la Señorita Jaina estaba aquí? Ni siquiera es hora de volver, pero ya estas en casa.

–No, no, no...

–¿Acaso, te escapaste del entrenamiento?

–¡Claro que no!

Ambas nos echamos a reír. Por lo general, la Duquesa se burlaba de Kassel. Sus palabras juguetonas hicieron sonrojar a Kassel.

–Madre ... ¿Qué imágen tienes de mí? De alguna manera terminé de entrenar temprano hoy.

Kassel le explicó a la Duquesa en un tono de injusticia, pero miró en mi dirección. El objeto de la excusa no era su madre, parecía ser yo.

Parece que debía ayudar. Me puse de pie empujando mi silla para salvar al avergonzado Kassel.

–Kassel, mucho tiempo sin verte. ¿Quieres entrar? Estaba hablando con la Duquesa.

Di tres pasos para alcanzarlo pero Kassel se escondió detrás de la puerta. Entonces lo mire fijamente y bloqueé su paso.

–¡No! ¡Jaina, aléjate de mí!

–¿Hmm?

–Solo voy a limpiar mi sudor.... Volveré enseguida.

–¡Oh, no tardes mucho!

–Eh, si, lo entiendo.

Cuando dio una respuesta positiva, Kassel desapareció con un espíritu rugiente. No es como si estuviera muy sudado. No me importa. Al mirar fuera del salón, sentí que soplaba un viento en el pasillo tranquilo.

–Lo siento, Señorita Jaina, Mi hijo aún está en esa edad.─me di cuenta de que seguía en pie.

–Me temo que nos han interrumpido. Antes hablabas de la Señorita Vito.─Ella hizo una pausa y silencio. Parecía elegir sus palabras con cuidado.

–Sería una desconsiderada para mí hacer tanto escándalo por un niña patrocinada por el Marqués. Así que me ahorraré mis palabras.. Pero diré solo una cosa.... será mejor que se cuide de ella.

EDJ DADonde viven las historias. Descúbrelo ahora