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Baile Imperial, segundo día.

─ ¡Señorita! El caso del Conde Lisbon ya ha sido programado.

─ ¿Tan rápido? Ha pasado menos de un día desde que sucedió, el Primer Ministro pertenece a la Familia Klein parece que no podía perder en la reelección, por lo que habría querido programarlo y hacerlo lo antes posible.

Justamente eso ocurrió. Brune Lister estaba realmente herido y aturdido. Después del juicio, la Familia Klein no hizo nada para rescatar a Dylan.

No era necesario perder el tiempo luchando contra la Familia Lister y el lodo creado por algo sin valor que podría ser reemplazado tan rápidamente.

Era solo un rumor de que Herace tuvo una gran pelea con su padre, el Duque. Herace en ese momento insistió en que el Duque debía solicitar una revisión, incluso por la lealtad y la cohesión de los caballeros, pero el Duque no lo aceptó.

Esto era una suposición personal, pero... ¿quizás no fue por que Dylan era su compañero?

La Familia Lister estaba al tanto de esto, y el juicio fue manejado más o menos rápidamente. En muchos sentidos, no fue solo para Dylan.

Tomé el bolígrafo y comencé a escribir una carta para Herace.

[Vi lo que le pasó a tu caballero, el señor Dylan, anoche. Si necesita mi testimonio, con gusto lo defenderé.]

Ella se levantó de la mesa, dándole la carta completa a Anna.

─ Tengo una cita pronto. Debería salir ahora.

Hoy, Dan y yo vamos a ver el Festival Imperial. Ángela se ha enterrado en una manta desde que regresó del salón de baile. Ellie dijo que su llanto no se detuvo en toda la mañana.

─ Ángela, no te saltes la comida. La sociedad es caprichosa. Todo estará bien en unos meses.

Eran palabras de consuelo vacías, su estado de ánimo no mejoró, eso me alegró en gran medida.

Le había ordenado a los empleados del Marqués que Ángela no saliera de la Mansión. La causa era como precaución. Era peligroso hacer que Ángela saliera de su encierro, ya que había especulado que estaba conectada con una bruja.

Pero su condición me hizo sentir que, a pesar de que no había sido detenida, por el momento, seguiría con su propia voluntad.

Y lo que más me molestaba era el hecho de que podía relacionarse con una "bruja".

El recuerdo de esa conversación espontánea desapareció en el aire, mientras me dirigía hacia mi destino.

* *

Pensar en la bruja y la droga me hizo sentir pesada.

«¿Qué es? ¿Existe realmente la bruja?»

No importa cuán preocupada estaba, la respuesta no llegó. Dónde podía averiguar esto fue una gran preocupación.

Primero, Anna recibió instrucciones de investigar el tiempo que Rhona pasó en South Valley. Ojalá pudiera tener noticias.

Con los ojos hundidos, miré en silencio la vista fuera del carruaje y sacudí la cabeza ligeramente.

─ Pero... no debería de seguir pensando en eso.─ veré a Dan pronto, no podía lucir tan deprimida. Para despertarme, llevé la palma de la mano mejilla.

«Por ahora, concéntrate en lo que tienes que hacer.»

Me obligé a levantar el rostro y aligerar mi expresión que se encontraba rígida.