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Durante el descanso de la tarde invité a Ángela a mi habitación para contarle.

─ Ángela, voy a trabajar contigo en la clínica. Está bien, ¿verdad?

─ ¿Uh? ¿qué acabas de decir...?

─ Voy a trabajar contigo en la clínic...

─ No, eso lo entiendo

«Me cortaste después de hacerme la pregunta»

Pero Angela tenía razón al decir eso.

─ Lo escuché, pero no estoy segura de los que estás hablando. ─ Ángela frunció el ceño con una mirada de incomprensión.

─ Jaina, ¿qué quieres decir con que vas a estar conmigo en la clínica?

─ Voy a trabajar como terapeuta, no de una manera formal, sino como asistente.

─ ¿Terapeuta...?

Preguntó Ángela con voz entrecortada, finalmente dándose cuenta de lo que estaba diciendo. Se puso de pié apoyando sus manos en la mesa. Ángela estaba enojada.

─ ¡Dime! incluso si solo eres un asistente, ¿qué habilidades tienes para ser terapeuta?

«¿Habilidades...? ¿No está siendo demasiado dura conmigo?»

Ella había dicho eso ignorándome descaradamente y no le importó.

«Así son las cosas.»

Me trago una sonrisa amarga.

─ ¿Crees que lo que hago en la clínica es divertido? ─ siguió comentando Ángela.

─ ¿Por qué piensas que creo que es divertido? Llevo mucho tiempo estudiando medicina herbaria, estoy por encima del nivel de aprendiz.

─ Jaina, ¿estudiaste medicina herbaria?

Su voz sonaba incrédula.

Ángela cruzó sus brazos y me miró con ojos sospechosos.

─ Entonces déjame hacerte una pregunta: ¿qué ingrediente se utiliza en el antídoto del veneno de Arago?

─ Hierba de Helecho y Margaritas.

─ ¿Cómo se hace el ungüento para enfermedades de la piel?

─ Primero, derretir cera de abeja y se agregar cinco gotas de aceite de cítricos...

Ángela siguió haciendo preguntas, pero pude contestarlas con facilidad.

No era mentira que había estudiado medicina herbaria.

─ Ya veo que es verdad que sabes algo sobre el tema ¿pero por qué no sabía nada hasta

ahora?

«¿Por qué no sabías nada hasta ahora? ¿Por qué tendría que decirle esto a ella? Creo que estoy harta del descaro de Ángela»

─ Nunca te interesó mi historia. Nunca me preguntaste por mis intereses. Para ser sincera me he sentido triste y decepcionada.

Miré hacia abajo, con los ojos bajos, murmurando, como si estuviera deprimida. Ángela nunca había estado interesada en nadie en el pasado.

Para ella lo normal es utilizar a las personas mientras fueran útiles, no tenía amigos con los que interactuar.

─ ¿En serio?

─ El libro de hierbas siempre estuvo ahí.

Alcé el dedo y señalé la estantería.

Había libros muy grandes dispuestos en línea con las palabras "Principiante", "Intermedio" y "Avanzado".

EDJ DADonde viven las historias. Descúbrelo ahora