EDJ DA

89

Después de que la Sra. Laforte irrumpió en la clínica, Ángela abandonó su trabajo de querer expulsarnos a Dan y a mí.

A veces parecía estar sentada tranquilamente dejándose llevar por sus pensamientos, más también parecía estar entregada de corazón al trabajo de la clínica.

Además, cuando Ángela se encontraba conmigo en la mansión o en la clínica me ignoraba completamente, tratándome como si fuera alguien invisible. Lo cual era una bendición para mí.

Gracias a esto, pude concentrarme en mi trabajo sin quedar atrapada en ninguna de las disputas innecesarias que habían en la clínica.

—¡Señorita Belchester! Es un honor poder conocerla en persona. ¿Es este el muchacho del que me hablo?

—¡Hola, me llamo Gazelle!—dijo saludando al director del orfanato. Él se había recuperado casi por completo, a excepción de su ojo derecho.

Decidí enviar a Gazelle a un orfanato dirigido por el Duque Kalmar, yo personalmente lo lleve en compañía de Dan. Como el orfanato es una instalación de apoyo del Duque Kalmar, Gazelle podrá realizar sus labores sin dificultad.

—Gazelle ¿no crees que deberías agradecerles?

—Gracias Señorita, gracias maestro.

Cuando el director le habló con una voz tierna y amorosa, Gazelle se inclinó y agradeció.

Gazelle estaba actuando galantemente, como si no estuviera maravillado con el nuevo entorno que lo rodeaba; pero su voz temblaba un poco, estaba nervioso.

Me arrodillé para poder estar a la misma altura que Gazelle.

—Mantente saludable. Si lo haces, prometo enviarte tus dulces favoritos como regalo.

—¡Sí, mi Señora! Si lo hago, mi hermana vendrá por mí ¿cierto?

En lugar de responder, acaricié su cabeza. Desearía que pudiera superar esas herida un poco más rápido. Con ese deseo en mente, deje el orfanato junto a Dan.

—Dan, ¿cómo estará Gazelle?

—Estará bien.

—¿Podrá Gazelle volver a verla?

—Lo más probable, es que no.

No pasamos mucho tiempo juntos, pero es verdad que cuando estuve con él me sentí tranquila.

—¿Te gustaría comer algo antes de regresar a la clínica?

—¿Hot dogs o algo así?

—Suena bien Dan, te deben gustar mucho los hot dogs.

Caminamos por Arenne, charlando tranquilamente.

Era un momento muy productivo para que los ambulantes promocionarán sus puestos de comida inusual.

—Hay una larga fila de nuevo.

—Ha estado vendiendo mucho desde el festival, no hay ni un solo día en el que no tenga una larga fila de clientela.

Fuimos a colocarnos al final de la cola, a esperar nuestro turno.

—¡Ah!

Casi me tropiezo con un niño. Afortunadamente Dan me atrapó y nadie resultó herido.

—¿Estás bien?

—¡Lo siento! ¿eh? ¡A ti te vi la otra vez!—El niño se levantó de repente y señaló a Dan.

—¿Lo viste la otra vez?

Mirándolo más de cerca parecía familiar, ¿es ese el niño que vino a la clínica?