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 Fue el último día del Festival de la Fundación Imperial. La cita fue nuevamente en la Plaza de calle Arene en la Sucursal de Masan.

Dan iba vestido de gris y esta vez parecía normal, como si no quisiera repetir el error del día anterior.

─¿Hoy no hay algún problema con mi ropa?

─No, es perfecto.─le sonrío a este hombre que cubrió su cara sonriente con la ropa. Dan y yo comenzamos a caminar por las calles de manera natural.

─Lo siento por no hacerte sentir cómoda.

─¿Huh? En absoluto, por el contrario, me preocupaba el enviar a Maine en el carruaje solo para llevar al conejito a la Mansión.

Dan sonrió impactado. Había notado el interior de mi mente que me gustaba verlo sonreír.

─Creo que estaba preocupado por eso, pero no soy tan débil como Jaina cree que soy, y eso solo sucede cuando ese conejo está conmigo.

No lo creí, pero asentí con la cabeza como si lo aceptara, porque no tenía un gran ejemplo para refutarlo como una excusa.

─¿Le has dado un nuevo nombre a tu conejo?

─Si, lo llamé Snow Berry. ¿Piensas que es un nombre bonito?

─Snow Berry....Le queda bien.

En la Mansión había un estado de conmoción debido a la noticia de que el maestro había venido a buscar al conejo, la mayoría de las criadas del Marqués habían ido a despedirse del conejo.

Los empleados de la Mansión querían acariciar por últimas vez al conejo. Y el animal era muy bueno ocultando su naturaleza violenta habitual. Las doncellas gritaron de alegría al ver un conejo así.

Se han nominado más de 20 nombres, y Snow Berry fue seleccionada después de una intensa votación.

Los votos más populares fueron los nombres de White Heart y Red Eyes.

Anna llevó sus intenciones un poco más lejos al querer cepillar el pelaje del conejo, sin saber por qué la atmósfera estaba sobrecalentada por un conejo. Sintió un cambio en sus sentimientos mientras le cepillaba el pelo blanco y lo tocaba.

Snow Berry había podido alejarse de Anna, que lo había estado acariciando durante más de veinte minutos después de patearla con las patas traseras.

─Me alegra de que Berry fuera lindo con los demás. Es lo que esperaba. Creo que se adaptó en un solo día.

─¿En un solo día? Se ha estado adaptando desde el momento en que puso un pie en la Mansión. ¡Ah! Hemos llegado.

Mientras caminaba y hablaba de Berry, rápidamente llegamos a nuestro destino.

─Estoy deseando llegar ya. Te extrañé mucho ayer.

─¿De verdad? No dudes de que yo también te extrañé.

En el lugar se encontraba una cortina de tela púrpura polvorienta donde se realizaban las actuaciones de circo.

Allí, como ahora, un hombre vestido de blanco y estaba reuniendo audiencias con un baile ridículo. Pudimos tomar ventaja en tener los primeros asientos por ser las primeras personas del día.

Los asientos del público pronto se llenaron, y se abrieron cortinas hechas de tela oscura y comenzaron las actuaciones.

Se tocó la música de la banda. Al ritmo de la música interpretada por la orquesta, cuatro miembros del circo comenzaron hacer malabarismo con sus brazos y piernas.

EDJ DADonde viven las historias. Descúbrelo ahora