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—Aprendí que no es educado llegar tarde a las citas, así que creo que cometí un error. Pido disculpas por hacerlos esperar.

—¡Señorita!

Ángela tenía una cara de tristeza.

—A los únicos que se les permite el llegar tarde, son al anfitrión y a la realeza, ya se te había mencionado con anterioridad

—Sí, Señorita. Lo recordaré.

La actitud de querer enseñar podría lastimarlo, pero Dan se estaba riendo sin ningún signo de desagrado.

Más bien, Ángela estaba interesada en la nueva reacción de Dan. Gracias a Ángela ni siquiera tuvo que detenerla.

—......

—¿Señorita?

Àngela lo miró de arriba abajo con los brazos cruzados. Creo, que eres tú quien no es educada.

—He pensado, Dan no es una persona adecuada para poder estar en nuestra clínica. No es necesario que venga en el futuro.

—¡Angela! ¿Por qué dice eso de forma tan repentina?

—¿Puedo preguntar por qué ha decidido que no soy apropiado?

«¿Estás pensando en echarme si no te gusta?»

Sin embargo, a pesar del aviso unilateral, Dan no perdió su sonrisa y cortesía.

—¿Por qué no?

Me preguntaba por qué estaba tratando de sacar a Dan del camino. Dejé de hablar con Angela y esperé su respuesta. Pero la respuesta que salió de su boca, fue lo suficientemente absurda como para hacerte dudar lo que habías escuchado.

—Dan es tan guapo, que estoy segura de que los plebeyos que vienen al hospital serán agobiados por Dan.

—Yo...

—¿Qué?

—Las personas que necesitan descansar no debería sentirse incómodos, ya que estamos proporcionando un lugar de reposo

«... ¿Crees enserio que esa respuesta es suficiente?»

Era una lógica que estaba forzada. No son los pacientes los que se sentirán incómodos, es la propia Ángela. Ella sabía lo que le había dicho a Dan al principio.

Si Dan hubiera presentado excusas o protestas, lo habría dejado ir con un pretexto.

Pero no funciona para Dan, y es tu propia forma forzada. Ella todavía estaba de pie, a pesar de que había hecho una declaración ridícula.

—¿No es así, Jaina?

Ángela me miró en busca de una afirmación, sus ojos se notaban convencidos de que yo estaría de su lado.

«...Lo siento, no estoy preocupada por que Dan este aquí, y que a causa de eso este incómoda»

Pero si digo eso, podría ser malinterpretada más tarde. Además, si Ángela odia a Dan, no puede ponerse de su lado. Y mucho meno en este momento.

—Ángela, ¿qué tiene que ver la cara del terapeuta y la incomodidad de los pacientes?

—¿Jaina?

—No puedes discriminar a las personas por su apariencia, y esta vez has tenido un pensamiento demasiado superficial.

—¿Qué.....?

Aquí vamos de nuevo, no puedo creerlo, ella no entiende por que no estoy de su lado.

—¿Por qué me estás diciendo eso?

EDJ DADonde viven las historias. Descúbrelo ahora