Pues el piernas largas de Mingi acabó alcanzando al rubio.
No era culpa de Hong Joong, este estaba seguro que si tenía las piernas de Mingi no lo hubiera alcanzado.
Actualmente se encontraba encima suya en medio de un pasillo mientras jugaba con las mejillas del líder.
— ¿Me estabas espiando o querías poner a prueba mi amor por tí? — Una sonrisa divertida invadió el rostro de Mingi.
— Créeme que es lo que menos intento. — Dijo el mayor intentando despegar el pesado cuerpo del peli-azul de él.
Aún que por mucho que lo intentara los brazos de Mingi se lo impedían.
— ¿Sabes que estamos en una postura perfecta para besarnos? — Cuestionó el menor apartando los mechones rubios de su frente para después, agarrar sus manos y pegar su nariz junto a la suya.
— Oye, ¿qué te crees que haces? — Comenzó a moverse intentando apartar a Mingi de él nuevamente. — ¿De verdad quieres recorrer la Universidad por completo?
Si lo pensaba bien era un beso de Hong Joong, correr solo sería un poco, ¿no?
— ¿De verdad te lo estás pensando? — Frunció sus ceños en forma de enfado. — Nos están mirando.
— Eso es lo de menos.
Por lo que se veía se habían olvidado por completo de la presencia de Jongho allí.
— ¿Dejáis de hacer el tonto o tengo que partir cráneos? — Preguntó el menor a la altura de esos dos.
Mingi suspiró depositando un beso en la mejilla de Hong Joong para luego levantarse y ofrecerle su mano para ayudarle.
Sorpresivamente aceptó su ayuda.
Fue levantarse y agarrar la oreja de Mingi tirando de esta.
— Vuelves a hacer eso y te quedas sin oreja. — Amenazó entre dientes avergonzado ahora por las personas de alrededor.
— Pero si solo ha sido un beso en la mejilla. — Se quejó puchereando.
¿Qué tenía de malo besar su mejilla?
Ni que fuera de oro.
— Eso no imbécil, lo otro. — Soltó su oreja guardando sus manos en sus bolsillos.
— ¿Entonces puedo besar tu mejilla? — Sonrió ampliamente mirando al menor.
— Si-.. ¡Espera, no!
— ¡Has dicho que sí! — Comenzó a reír victorioso.
— ¡Te he dicho que no! — Alzó su voz molesto a lo que Mingi solo ignoró.
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Nuevamente Seonghwa era un pervertido.
Había mojado sin querer la camisa del menor con agua.
