Capítulo 23: Cita Seongsang

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Era de esas noches frías en el que sientes tu nariz helarse al momento de sentir el tacto con el aire del exterior

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Era de esas noches frías en el que sientes tu nariz helarse al momento de sentir el tacto con el aire del exterior.

De esas que resguardas tus manos en los bolsillos de tu chaqueta para protegerlas a medida que te estiras un poco intentando entrar en calor.

Sí, así estaba Yeosang mientras se balanceada de atrás hacía delante moviendo sus pies.

Sentía sus dientes chocar entre si mientras expulsaba el aire caliente de sus pulmones al exterior, intercambiándolo por todo lo opuesto.

Esto era peor que hacer un pacto con el diablo. Si le dabas aire caliente, debería darte lo mismo, no obstante, te daba todo lo contrario.

Y ahora que comenzaba a hacerse más consciente de lo que había venido a hacer en el mirador, entró un poco en calor solo de pensarlo.

Había quedado con Seonghwa aquí desde hace solo unos días. Sin embargo, inclusive ahora, hasta a él casi se le olvida.

Que es probablemente lo que le estaba sucediendo al azabache.

Giró repentinamente al sentir un peso sobre su hombro.

No negaba que se había asustado y más en medio de esa oscuridad, pero al voltearse solo se trataba de la mano de Seonghwa.

Sus ojos eran dos medias lunas mientras que su linda sonrisa combinaba con ellos. Su pelo azabache peinado hacia atrás un tanto húmedo, probablemente se había duchado antes de venir. Y esa nariz que se encontraba rojita haciéndole compañía sus orejas del mismo tono.

Este sostenía un ramo de rosas en sus manos.

El rubio retrocedió un poco por aquella cercanía que se había creado al girar, chocando así con la valla metálica que rodeaba el mirador.

Por supuesto, no pudo negarse a aceptar aquel obsequio que con tanto cariño le otorgaba el mayor.

Rápidamente sus mejillas se tornaron en un suave color carmesí.

Era la primera ocasión que recibía un regalo así de lindo por parte de alguien.

— Gracias. — Le agradeció oliendo las flores dejándose guiar por el olor tan suave que aquellas desprendían.

— Esto no es nada comparado con todas las estrellas que alumbran tu rostro...

¿Seonghwa estaba modo coqueto o era su imaginación?

Esto solo le hacía pensar en una única cosa. Que por arte de magia y esa pequeña conexión que sentía a través de sus ojos, también llegó a la mente del moreno.

Ambos se tumbaron en el suelo mientras que en sus ojos quedaban reflejados pequeños puntos blancos provenientes del cielo.

No empezaron con buen pie, se conocieron al colarse en la sala de prácticas y a partir de ahí el destino los fué juntando más y más hasta el día de hoy.

Atiny University (ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora