Atiny University (ATEEZ)

Capítulo 18: Aclaraciones

Tal vez la mejor opción es que hablaran sobre lo ocurrido.

O así pensaba Hong Joong tocando la puerta de aquella habitación.

Miró a Mingi el cual tenía su mirada perdida en aquel pasillo.

Por lo que veía era difícil para ellos cuando se enfadaban por llevar tantos años juntos.

Pero claro, él no era nadie para defender aquello, jamás estuvo en una relación de amistad de tantos años.

Se centró en la realidad al escuchar unos pesados pasos acercarse a través de esa oscura puerta.

Esta, al ser abierta soltó un pequeño rechinar.

Se esperaba la imagen más temible, pero sus ojos captaron la cara ya amargada del menor.

Y a parte, un Yunho que se reincorporó rápidamente soltando el cuello de Jongho.

Apretó sus labios entre sí al haber llegado a pensar que algo terrorífico aparecería frente a sus ojos.

— Entrad. — Dijo el menor sobando su cuello, contrayendo su cara ante el dolor producido en este.

El ambiente rápidamente cambió a uno tenso.

El más alto desviaba su mirada de los ojos de Mingi que se mantenían fijos en él.

— Ya es hora de aclarar esto, ¿no creen?

— …

Que bonita conversación estaba entablando con la pared.

Pensó antes de agarrar la mano de Yunho atrayéndolo hacía ellos.

El cual avanzó de forma obligada.

— Yunho… ¿Qué relación tienes con Mingi? — Preguntó poniendo nervioso al contrario.

— E-Es mi mejor amigo… — Titubeó.

— No te creo. — Dijo sentándose en la cama junto a Jongho.

¿Debía decir la verdad cuando sabía que iba a ser rechazado?

No tenía sentido alguno, pero Mingi siempre lograba emocionarle tontamente.

Jongho agarró la mano del mayor sacándole de allí.

Si debían arreglar algo sería entre ellos.

Y no negaba que el menor era listo en ese sentido.

Probablemente ya había dejado el tema en el aire y solo faltaba que pusieran de su parte.

Mingi comenzó a juguetear con la manga de su sudadera.

¿Por qué les dejaban solos ahora?

Prefirió comenzar él a hablar.

— Yo-...

— No te disculpes, todo es mi culpa.

— Bueno, pero-...

— Calla, déjame explicarte.

Prefirió hacerlo por sí mismo y agacharse a atarle los cordones.

Yunho mordió su labio inferior por aquello.

Esperó a que se levantará y así mirarle.

Se veía tan perfecto, su piel tan sumamente delicada, sus labios gruesos, su mandíbula definida y su nariz afilada pero redondeada a la vez.

— Mingi, tú me gustas…

Tras la sorpresa expresada por el mayor este siseó antes de que hablara.