Extra 2: Seongsang.

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Seonghwa entró en la habitación con un plato de dulces y galletas en la mano

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Seonghwa entró en la habitación con un plato de dulces y galletas en la mano. Yeosang, quien se encontraba jugando sin pausa alguna en su ordenador, siquiera se dió cuenta de su presencia.

Una mirada observó la pantalla por encima de su hombro, un juego de terror era proyectado en ella.

Se asomó ligeramente un poco para tocar su hombro con suavidad, el menor se exaltó en un brinco, asustado y llevándose una mano al pecho y Seonghwa hizo malabares con el plato para no tirar su contenido.

— Me has asustado, imbécil. — Insultó intentando recobrar su postura. Se paró a ver al contrario, viendo lo que este llevaba consigo. En ese mismo instante, su rostro cambió por completo y una sonrisa se instaló en él. — ¡Galletas, gracias!

A veces Seonghwa se sorprendía por la capacidad que tenía para cambiar de humor. Estaba completamente seguro de que si no tuviera ese plato con él, hubiera recibido una paliza como mínimo.

Mientras Yeosang devoraba aquellos dulces arrebatados con felicidad, aprovechó para sentarse a un costado.

— Yeo. — Inició siendo respondido con un murmuro que le dió paso a continuar. — ¿Quieres salir a dar una vuelta? Ya sacamos nuestro segundo álbum, tenemos tiempo libre.

— No tengo ganas, solo estar aquí tranquilo y jugar hasta quedarme dormido. — Señaló la pantalla de su PC.

— Oh vamos, ya no eres un adolescente, tienes que cuidar tu imagen. — Agarró su muñeca tirando un poco de esta.

Y entre pucheros y réplicas, Yeosang no pudo negarse más y accedió.

La ciudad a estas horas aún se veían ajetreadas, no faltaba mucho para que el cielo se volviera un mar de oscuridad y las farolas alumbraran entre todas, las millones de calles habitables del planeta

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La ciudad a estas horas aún se veían ajetreadas, no faltaba mucho para que el cielo se volviera un mar de oscuridad y las farolas alumbraran entre todas, las millones de calles habitables del planeta.

Seonghwa observó la mano que le tendía el contrario con una amplia y cálida sonrisa. Pero algo dentro de él, le decía que no debía de tomarla, que tal vez se hacían más de notar si iban de esa forma.

— No me mires así, dijistes que saliéramos a pasear y esta es mi condición. — Tomó la mano del mayor, entrelazando sus dedos y tirando suavemente de él hasta la principal avenida de Seúl.

Nadie se paraba a observar a ambos, los únicos que opinaban eran aquellos ancianos que vivían en otros tiempos.

Bueno, todos menos un grupo de adolescentes algo hormonados.

¿No son aquellos chicos los de "Say my Name"? En persona son mucho mejores... — Comentó una fémina que paseaba con su grupo de amigos.

Oh dios, si son ellos, con razón son pareja. — Continuó comentando un adolescente de cabellos oscuros.

Pronto se vieron perseguidos por algunas personas apuntándoles con las cámaras de sus teléfonos.

— ¿No que nos odiaban? — Musitó Yeosang acercándose a su novio, acto que produjo un pequeño griterío entre el público.

— Pues se ve que ahora no. — Tomó el brazo de su pequeño para acelerar sus pasos mientras sonreía suave bajo el cubrebocas. No sabía que salir a pasear iba a causar un pequeño revuelo.

La noticia se expandió y más personas llegaban corriendo con los teléfonos en sus manos. No eran muchas, pero las suficientes como para hacerles sentir agobiados, pues no estaban acostumbrados a esto.

— No creo que sea buena idea ir a casa, mejor vayamos a la empresa. — Opinó el moreno buscando alejarse de aquel alboroto.

Aparte, en sus planes no venían que los fans podían llegar a ser tan acosadores a tal punto de seguirles hasta la otra punta de la ciudad.

Entraron en la edificación, asfixiados por la inesperada carrera que tuvieron de hacer para despistarles. Y aún así, después de esa maratón, algunos se quedaron afuera de la empresa, esperando que salieran para poder iniciar otra grabación mejor que la anterior.

— ¿Qué hacen aquí a estas horas? — Preguntó un miembro del staff mientras se acercaba a ellos con un poco de preocupación.

Llevaba un atuendo un tanto desaliñado, se notaba que a estas horas mantener un aspecto fijo era complicado y ellos más que nadie entendían aquello.

— Salimos a pasear-... — Empezó Yeosang mientras se sentaba en el suelo y recobraba la compostura. — Nos empezaron a tomar vídeos y fotos, y...

— Bueno eso es normal sois idols al fin y al cabo.

— Ya, pero nos siguieron hasta aquí corriendo y tampoco queríamos ir a casa y que así consiguieran nuestra dirección. — Terminó el mayor. — Igualmente no se preocupe, esperaremos a que se vayan y nos marcharemos.

— Entiendo, pero no os preocupéis iré a preparar un vehículo y saldremos por detrás. No me causa ninguna molestia.— Tras el asentimiento de la pareja el hombre de edad joven desapareció al cruzar una esquina.

Siquiera pensaron en asomarse para ver si continuaban allí. Lo único que hicieron, fue gatear por debajo de las ventanas hasta adentrarse en la empresa y así poder andar con normalidad.

— Cada día me arrepiento más de haberle hecho caso a Hong Joong.

— Estoy de acuerdo contigo, Yeo. Pero bueno ahora sabemos que contamos con el apoyo de algunas personas, estoy deseando que los chicos lo sepan, seguro se ponen contentos por este avance.

Una linda sonrisa se instaló en el rostro del menor al ver como su novio tomaba su mano sin preocupación alguna esta vez.

— Por cierto... — Paró de caminar haciendo que el cuerpo ajeno frenara también.

Seonghwa miró al contrario leyendo sus intenciones al ver como se acercaba a él. Se permitió tomar aire antes de que sus labios rocen entre sí.

Su boca sabía a las galletas que devoró con anterioridad, dulce. El contacto era suave al principio pero después acabó chocando con la pared siendo él, el devorado con necesidad.

Las manos de Yeosang reposaban sobre el rostro inclinado hacia delante de Seonghwa dejando a su antojo aquellos y ahora rojizos labios. En cambio las del moreno permanecían en su cuello, buscando mantener el contacto.

— ... — El joven del staff dió media vuelta al visualizar aquella imagen tan inesperada al final del pasillo.

Darles un rato más a aquella pareja no le haría daño nada más que a sus horas de sueño, pero les podría permitir ese tiempo.

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Atiny University (ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora