Visita inesperada - Jori

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Una tarde de verano tranquila o eso parecía. Tori estaba justa de tiempo para llegar a su reunión o quizás ya iba retrasada.

—Estúpido André, estúpida fiesta— maldijo una y otra vez mientras subía sus pantalones.

La noche anterior su mejor amigo la había casi obligado a asistir a una fiesta en casa de su novia. Fiesta que se salió de control y Tori terminó cuidando a él moreno, su novia y la casa de la chica. Cuando llegó a su departamento ya pasaban de las 5 am, sin pensarlo se lanzó sobre su cómodo colchón y se desconecto del mundo.

Si no hubiese sido porque su hermana le llamó la mitad latina seguiría descansando entre las sábanas.

—¡Ahora que!— exclamó al escuchar el tiemble del departamento, como pudo se puso una camiseta antes de abrir la puerta —Sea lo que sea no tengo mucho... tiempo— lo último salió más en un susurro al ver quien se encontraba detrás de la puerta.

En el pasillo estaba  una delgada y muy linda pelinegra, unos cuantos centímetros menos que Tori y de tez blanca. La mitad latina tragó en seco al salir del trance en el que parecía haber caído.

Tenía razones para reaccionar de esa forma, hacía años que no veía a esa chica, años en los que ni siquiera sabía de ella.

¿Puedo pasar?— la castaña se hizo a un lado para que la pelinegra entrará —Lindo lugar, muy tú— enfatizó en las dos últimas palabras.

Sin poder evitarlo Tori repitió la acción de la chica y miró todo a su alrededor, recordando cómo fue el proceso de decoración de su sala de estar, lo mucho que discutió con Trina a la hora de elegir el color de los cojines del sofá o como Cat le rogó para que aceptara comprar esa mesa de centro, ya que le recordaba a las nubes por su forma.

Sonrió fugazmente con esos recuerdos.

La cocina es hermosa— halago la pelinegra, la mitad latina miró su pequeña pero muy bien equipada cocina que podía verse desde la entrada.

Tori recordó cómo Robbie y su madre estaban tan preocupados por conseguir la más moderna estufa, mientras la morena se conformaba con que fuera fácil de utilizar.

La mitad latina cerró la puerta y se acercó a la pelinegra que seguía examinando su departamento con sumo detenimiento.

—Pero lo mejor es la vista— la pelinegra se acercó al gran ventanal de la sala desde donde podía verse toda la ciudad, vivir en el último piso del edificio tenía sus ventajas.

Tori sonrió ampliamente con ese comentario, esa había sido una de las dos razones por las que compró ese departamento.

En fin, no solo he venido aquí a hablar de lo lindo que es tu hogar— la mitad latina salió de sus pensamientos y se aclaró la garganta.

No pretendo ser grosera, pero estoy por salir— informó.

Alrededor de 2 minutos pasaron en total silencio, la pelinegra parecía tener una pelea internamente, mientras que Tori no sabía que decir, ¿Qué podría decir? Después de todo era la pelinegra quien la había buscado, ella era quien debía decir algo.

—No pretendo quitarte mucho tiempo, solo...— atrajo la atención de la mitad latina que la miraba desde la barra de la cocina —Solo quiero que hablemos— la morena frunció el ceño —Sé que han pasado años, pero nos debemos esta conversación— finalizó, se giró para poder ver a la castaña que seguía con el ceño fruncido.

Las cara de Tori dejó ver su sorpresa pero sobre todo su confusión. ¿Hablar? ¿De que debían hablar?

¿Nos debemos?— la pelinegra asintió —De acuerdo, ¿de que debemos hablar?— dejó ver su confusión.

One Shots - MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora