Una mudanza rápida.

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Eran las once de la mañana a una hora y media de la salida de la escuela, mi último día en esta escuela para ser verdad, ya que dentro de una hora mi papá y yo los mudamos a un nuevo hogar lejos de la ciudad.

Muchos dirían que mudarse es algo bueno y a la vez malo, pero para mí es más bueno ya que no tengo nada por lo que mirar atrás, no tengo amigos, los maestros solo me daban clases y ya y lo mejor de todo es que por fin seré libre de la atención de los Iluminados.

- Aquí tienes - Dijo la directora entregándome una carpeta con toda mi papelería y los exámenes calificados de este bimestre.

- Gracias - Dije metiendo la carpeta en una bolsa y quitándome la pañoleta roja del cuello con el escudo bordado de la escuela dejando a la vista una especie de collar de perro con un candado que solo se puede quitar con una llave.

- Sé que es poco el tiempo que es tuviste con nosotros, pero espero que te vaya bien en tu nuevo hogar y en tú nueva escuela - dijo tomando la pañoleta, apenas la tomo me devuelta para salir de la oficina - descuida no diré nada de adonde irán tú y tu papá.

- Gracias - Agradecí una vez más cerrando la puerta.

Cuando salí de la dirección, camine en dirección a la salida con una pequeña para ver por ultima ves a mis compañeros, cuando llegue al salón los vi por la ventana todos anotando la tarea, todos voltearon a verme incluyendo la maestra, solo levante un poco mi pata para despedirme, pero debes de despedirse todos voltearon a ver de nuevo la pizarra, la única que se despidió fue la maestra, Aunque me dolió un poco que mis compañeros no se despidieran, ya para mí era normal.

Cuando salí de las instalaciones, me topé con algunos padres esperando a sus hijos en la entrada, al verme todos se inclinaron mostrándome su respeto, no soy un príncipe para que hagan eso, pero se puede decir que tengo un título muy superior, uno que me gustaría desaparecer de mi vida, pero no puedo, soy un prodigioso y este título supera todo incluso las familias reales que aún puede a ver en el mundo.

Caminé por dos cuadras hasta que vi mi casa, con un camión de mudanzas, varios lobos salían y entraban de mi casa sacando las cajas con nuestras cosas, tarde un momento en encontrar a mi papá, un lobo gris de ojos azules delgado y alto.

- Hola papá - Dije saludando lo cual no solo mi papá volteo a verme, también los otros lobos del servicio de mudanzas que se quedaron sorprendidos al verme.

- Hola Oliver, ¿Cómo está mi pequeño dragón de nieve? - Oliver puso una cara roja al escuchar la parte de dragón de nieve.

- ¡Papá! - Grito cubriéndose la cara con sus patitas. Oliver es un pequeño dragón blanco que no tiene escamas, pero si tiene pelo que cubre todo su cuerpo, no tiene otro tipo de color excepto por los ojos que son de color azul -. ¿Por qué me dices así? - Pregunto aun con sus patas cubriendo su cara, mientras que el padre de Oliver lo levanta del suelo.

- Porque eres un pequeño dragón y tu color es como el de la nieve que cae en el invierno - Dijo entrando a la casa cargando a su hijo, los demás lobos aun veían al pequeño dragón con una mirada de sorpresa ya que es muy raro ver a un prodigioso en esos tiempos.

Cuando entro a la casa, los muebles que avía en la casa ya no estaban solo quedaban unas cuantas cajas que no tardarían en llevárselas al camión, Oliver fue a su cuarto para ver que no se le olvidara nada.

Al ver su cuarto vacío, se acordó de pocos momentos que vivió en esa casa, le hubiera gustado mucho a ver echo más momentos en su cuarto, pero los Iluminados siempre lo tenían en la iglesia estudiando todo el tiempo, se acercó a la ventana y noto una foto tirada en el piso, la foto mostraba su sexto cumpleaños donde solo salía el, con su papá y un tigre de bengala blanco, al ver al tigre, empezaron a salir lágrimas de tristeza.

La vida de un prodigioso. - #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora