Año 1999
SeungHyun, YoungBae y Soo Hyuk estaban preparados para el siguiente lanzamiento. Hacía un día espléndido y el cielo estaba pintado de azul celeste. No había nubes. Uno de los chicos golpeó con el bate de madera la pelota de béisbol, que danzó suavemente bajo el caluroso sol de la tarde.
—¡Quitate, pecoso! —gritó SeungHyun cuando adivinó la trayectoria de la pelota.
Soo Hyuk no corrió lo suficiente como para lograr atraparla y la pelota se desplazó en el aire con total libertad antes de estrellarse contra el brazo de aquel niño castaño que, sentado en la acera de la calle con las piernecitas cruzadas, observaba jugar a los chicos.
—¡Ay!
El pequeño se llevó una mano al hombro, donde la pelota acababa de golpearlo, y se masajeó la zona irritada con la punta de los dedos. Seguro que le saldría un moretón.
SeungHyun apoyó el bate en el suelo de la calzada mientras Soo Hyuk corría hacia él. Lo había visto en el colegio. Era imposible no fijarse en él, no solo porque era el chico nuevo, sino porque tenía un montón de pecas, como si alguien hubiese sacudido una brocha de pintura sobre su piel, salpicándolo de estrellas, y porque su cabello, era del color del mas dulce chocolate.
Parecía diferente. Y, aunque se esforzaba por negarlo, a SeungHyun le atraían las rarezas. Siguió a YoungBae cuando vio que él también iba a ver si le había pasado algo.
—¿Te has hecho daño? — Soo Hyuk intentó verle el brazo, pero él rehusó su contacto y se apartó. Tenía acuosos los ojos color caramelo. Soo Hyuk lo miró apenado, sin saber qué más decir para resarcirse del sentimiento de culpa, y se giró al escuchar a su espalda las pisadas de sus amigos. Ni YoungBae ni SeungHyun parecían demasiado preocupados por el chico.
—¿Vas a llorar? — SeungHyun ladeó la cabeza con curiosidad —. ¿Qué pasa, que tienes dos años? ¿Eres un bebé?
Soo Hyuk le dirigió una dura mirada de reproche que SeungHyun fingió no ver antes de dar otro paso al frente, acercándose más a él.
— ¿No sabes hablar? — insistió.
YoungBae y SeungHyun rieron. El niño miró a este último cohibido, impresionado por los fríos e imperturbables ojos azabaches que endurecían todavía más su rostro enfadado. No estaba demasiado seguro de qué había hecho mal ni por qué lo incordiaba; al fin y al cabo, había sido él quien lo había golpeado después de llamarlo «pecoso». Ji Yong tragó saliva y se armó de valor.
— ¡Puedo hablar y tengo siete años! — se defendió. El chico castaño, el único que se había preocupado por lo ocurrido, le sonrió y asintió con la cabeza, animándolo a que siguiese haciéndoles frente —. Has tirado mal la pelota, ¡no sabes jugar!
YoungBae arqueó las cejas con sorpresa, SeungHyun lo miró con la boca entreabierta y Soo Hyuk sonrió más ampliamente, admirado porque aquel chiquillo se atreviese a plantarles cara.
— ¿Qué has dicho, pecoso?
— Cerebro de mosquito, orejas de rana, ni oyes ni piensas, eres como una banana... — canturreó Ji Yong a pesar de que le temblaban las piernas como si estuviesen hechas de gelatina. Nunca antes se había enfrentado a un chico como él.
— ¿Cómo...? — SeungHyun frunció el ceño.
— Solo es una canción... — balbuceó Ji Yong. Él siempre procuraba evitar meterse en líos; recogía los juguetes cuando su padre se lo pedía, hacía los deberes en cuanto llegaba del colegio e intentaba ayudar en las tareas de la casa: ponía la mesa, metía la ropa sucia en la lavadora y a veces pasaba el plumero por la estantería de su habitación donde guardaba todos sus cuentos.
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『다시 만나야 할 33 가지 이유 』 » GTOP
Romantizm« No me digas lo que has hecho, ni me digas donde has ido Solo quiero contemplarte y olvidar mi soledad... » 『 Advertencias 』 ▸ Incluye contenido Chico x Chico ▸Contenido Homosexual. ▸Todos lo créditos a su respectivo autor.