Amor en tiempos difíciles; Camren [Terminada]

C A P Í T U L O 17

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Camila

Suspiré mientras le daba pequeños movimientos al vaso en mi mano para que el hielo se derritiera y la bebida no estuviese tan caliento al pasar por mi garganta. El wisky que escondía mi padre en la cocina lo encontré esa tarde junto a la reserva de alimento que se guardaban en el sótano.

Sólo había ido por cereal, pero terminé tomando la botella y llevándola conmigo hasta el jardín trasero donde ahora con un vaso y un poco de hielo intentaba bajar. No había nadie, estaba sola en casa ya que mis padres se habían ido a casa de mi tía Mercedes. Yo no quise ir, así que tenía casa para mi sola, al menos eso pensaba porque ni la sirvienta estaba.

Sentada en el pasto verde lloraba mientras miraba el cielo gris sin pensar en las consecuencias del frío que se colaba en mi ropa, quizá era la única sensación que erizaría mi piel de ahora en adelante porque Lauren ya ni siquiera pasa tiempo conmigo como para causar algo así. La llamaba todo los días más nunca contestaba y si lo hacía con un breve estoy ocupada colgaba, la visitaba y con el pretexto más sutil me daba a entender que debía ir a la escuela y cuando quería despedirme me rechazaba diciendo que no era el momento.

Nunca en mi vida me había sentido tan frustrada de querer tanto a alguien y no ser correspondida quizá me enamoré muy rápido de Lauren, quizá lo de nosotras no dure mucho hasta el punto de consumirme, agobiarme hasta llevarme al abismo. Me enamoré. Estaba perdidamente enamorada de ella quien parecía no verlo. Desde que me confesó que dejaría la escuela para ayudar a su abuela supe que muchas cosas cambiarían, no la culpo después de todo es su abuela lo más cercano a una madre, una familia, una señora de tez blanca y una sonrisa hermosa que con el pasó de la enfermedad parecía apagarse cada vez más y más debido al cáncer que intentaba combatir su cuerpo.

No podía culparla.

Quizá no era el momento para enamorarse.

Y yo no debí acercarme.

Suspiré soltando gruñidos y pasando mis manos con desesperación por mi rostro después de dejar el vaso sobre el pasto húmedo ya empezaba a sentir ligeramente la cabeza dándome vuelta cuando me levanté por un poco más de hielo. El pasto húmedo bajo mis pies, la losa igual de fría y mi casa cada vez más silenciosa. La soledad se sentía en el ambiente y aquello empezaba agradarme.

Suspiré otra vez cuando tuve la bolsa de hielo en mi mano, pero paralizada con la nevera aún abierta al verlo plantado en el otro extremo de la puerta que conectaba con la estancia.

—¿Qué haces aquí? —Estaba molesta, muy molesta. Dejé la bolsa de hielo sobre el desayunador y limpié mi rostro sin perderlo de vista.

—Quería saber cómo estabas. —Dijo él. —Pero claramente no lo estás.

Intentó acercarse, pero levanté una mano en señal de alto para que se detuviera, pero no hizo caso.

—Quiero que te vayas de mi casa, Shawn. Ahora.

El frunció el ceño al estar a pocos centímetros de mí.

—Camila, ¿estás bebiendo?

—Eso a ti no te importa, por favor vete. —Le volví a decir.

Su mano tomó mi brazo al querer pasar a su lado y la sensación de miedo invadió mi cuerpo. Ya empezaba a entender a Lauren cuando él aparecía con su desesperante actitud queriendo poner todo bajo control.

—No pienso irme y dejarte así.

—A ti no te debe importar cómo esté. —Forcejeo para que se libere mi brazo, pero solo presionó más haciendo que en mi rostro se refleje una mueca de dolor que a Shawn no parece importarle. —Suéltame.