Bailar era una parte muy esencial para mi vida, me hacía sentir viva y me recordaba la mejor etapa de mi vida, a mi mamá. Ella le encantaba contarle a todo el mundo que tenía una hija bailarina tanto como decirles que antes de aprender a hablar aprendí a bailar y que lo hacía todo el tiempo con cualquier canción que ella me ponía. Me llevaba a clases de baile y me cumplía todos mis caprichos con relación a ese tema porque mientras yo disfrutaba moverme al ritmo de la música ella disfrutaba viéndome hacer lo que tan feliz me hacía.
A los ocho años me subí por primera vez a un escenario para mostrarle a una pequeña multitud todo lo que mi profesora de baile me había enseñado y el esfuerzo que había hecho para estar siempre a la altura de lo que ella me enseñaba cada día. Esa primera vez baile una de las canciones que estaban de moda en ese entonces, era el 2002 así que pueden hacerse una idea de cual puedo ser, cuando termine con la coreografía que habíamos ensayado por meses todas las personas se pusieron de pie y nos aplaudieron. En ese momento no me importó toda la gente que nos celebraba, para mí era más importante ver a mi mamá de pie en primera fila aplaudiendo con los ojos llenos de lágrimas y con una sonrisa hermosa que dejaba ver sus blancos dientes.
«Estoy muy orgullosa de vos, hija. Te luciste» fue lo me dijo cuando baje corriendo para abrazarla. Nunca me voy a olvidar el brillo que había en sus ojos esa vez, jamás la había visto tan feliz y emocionada como en ese día. Me creí todo lo que me dijo, me hizo sentir mucho más segura con lo que elegí que sea mi pasión, y me dio pie a quisiera hacerlo muchas veces más, porque sabía que ella siempre iba a estar para apoyarme.
Pero lo que más disfrutaba era juntarnos en el patio de casa uno que otro fin de semana para disfrutar de la comida que preparaban mis tías o el asado que hacía alguno de mis tíos, la música que ponían desde temprano para acompañar mientras cada uno hacia lo suyo, los chistes y la buena energía que sentía, y como todos ellos se prendían para hacer cualquier tipo de cosa.
En el patio, un sábado por la noche en una de esas reuniones, fue que quede fascinada con la música que ellos escuchaban y sobre todo como la bailaban. Ese día mi mamá se convirtió en mi profesora y me enseñó a bailar cuarteto, volviéndolo muy especial para mí. Y seguía siéndolo porque me hacía tan feliz como lo fui esa primera vez.
Sin embargo, en el momento en que ella dejo de estar ahí presente, tanto en mis clases como en las reuniones familiares y en mis conciertos, el baile perdió un poco de su chispa y de su magia, Dejo de ser lo mismo para mí y paso a segundo plano cuando empecé a estudiar enfermería, volviéndose una actividad que solo hacia muy de vez en cuando estando con la familia o con amigos y sin tener la misma relevancia que tenía antes.
Y ver todos esos recuerdos transformados en fotos que se esparcían por toda la mesa me traía nuevamente todos esos lindos y agridulces recuerdos.
—Mira esta es de cuando actuaste en el jardín — me dijo mi abuela mostrándome una foto en la que estamos mi mamá y yo mirando sonrientes a la cámara mientras de fondo de podía ver a varios nenes corriendo con un guardapolvo azul.
—Ay, era una pulguita — le digo sin reconocerme en la foto. Sinceramente, parecía alguien más — ¿Segura que soy yo? ¿Mamá no se habrá confundido con otra?
—No, eras así de fea antes — bromeo mientras me pasaba otras dos fotos más — ahí estabas más linda.
—Yo siempre fui linda, Abue.
Observo las dos fotos que me acaba de pasar y no puedo creer lo cambiada que estoy. Eran de hace unos doce o trece años cuando terminé la primaria. En esta también estaba con mi mamá, las dos con un vestido negro y con un peinado muy similar, algo que le pedí que hiciéramos y que después de haberle rogado por muchas horas ella accedió. En la otra estaba yo sola y esta vez sin el guardapolvo mostrando mi vestido negro con una gran sonrisa.
Levanté la cabeza para comprobar que no me estuviera prestando atención para poder deslizar la foto en la que estaba con mi mama hasta debajo de la masa para poderla guardar discretamente en mi mochila.
—Acá tenías cuatro.
Miré la foto y viendo lo adorable que era a esa edad con mis dos colitas y mi vestido de Barbie, ese que no me quería ni siquiera sacar para dormir. Era una lucha eterna con mi mamá para quitármelo para que ella pueda lavarlo, me acuerdo de que lloraba una hora entera sentada frente al lavarropa esperando que no se destruya o desaparezca en él porque por alguna razón que ahora desconozco pensaba que eso podía pasar.
Saqué el teléfono para capturar en digital esa etapa de mi vida y compartirla con mis amigos y las personas que veían mis historias en Instagram.
Brandonn.acv2 ha respondido a tu historia.
Brandonn.acv2: Muero de ternura. ¿Así de linda fuiste siempre? Que envidia ;)
Sonrío al leer su mensaje.
Sabri_nardella: Obvio ¿Acaso no me viste ahora?
Sabri_nardella: ¿Y la envidia por qué? Vos no te quedas atrás, eh.
Veo que está en línea y escribiendo, así que permanezco con el chat abierto e intrigada por cual podría llegar a ser su respuesta.
Brandon.acv2: Mi error al formular, me corrijo: Muero de ternura, eras super adorable... Tanto como ahora.
Brandon.acv2: Y obvio que también linda. Pero ahora mucho más.
Brandon.acv2: ¿Así que yo no me quedo atrás? Qué ¿También te parezco linda y adorable?
Me reí del último mensaje.
Sabri_nardella: Me gusta esa reformulación ;)
Sabri_nardella: Obvio ¿No te lo dije antes? Me pares super linda y adorable.
Enseguida presioné enviar, él visó los mensajes y los tres puntitos flotando volvieron a parecer. Últimamente contestaba mucho más rápido que antes, pero manteníamos la conversación solo por unas horas.
Brandon.acv2: Ay gracias, hermosa.
Brandon.acv2: Ya nos imaginó en las calles de Buenos Aires siendo el centro de atención y la envidia de todos por tanta belleza que manejamos.
Sabri_nardella: JAJAJAJ Que egocéntrico. Me gusta.
Brandon.acv2: ¿Qué te gusto? Ah, sí. Ya sabía, linda.
Sabri_nardella: Que creído resultaste ser, eh.
Sabri_nardella: ¿Te parece que me gustas, nuevo mejor amigo?
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El chico de Instagram
RomanceElla no lo recordaba en lo absoluto. Él no podía sacársela de la cabeza. Un comentario y un mensaje en Instagram fue lo que le dio lugar a que algo entre ellos comenzara, una buena amistad que poco a poco fue evolucionando, volviéndose lo que ello...