X: Él puede ayudarnos

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Silver y Blaze reían por las anécdotas que se estaban contando mutuamente. Habían dejado de estudiar hacía un rato sin darse cuenta, justo después de que la gata contase las tradiciones familiares.

El chico, al verla tan desanimada, decidió empezar a contar anécdotas graciosas que había vivido, solo o con su hermana. Parecía que su estrategia funcionó, pues ella se mostraba más animada. Incluso le contaba sus vivencias también. Le gustaba alegrar a la gente, o por lo menos intentar hacer que olvidasen sus problemas por un rato.

Interrumpiendo sus risas y sus pensamientos abren repentinamente la puerta, entrando Sonic y Amy a la biblioteca.

—¿Interrumpimos algo? —pregunta el príncipe confuso.

—¡Por Chaos no! —exclama Silver sonrojado ante la pregunta de este. Lo último que quería que pensase es que estaba seduciendo a su hermana.

—Estaba enseñándole a leer —habla la chica con total normalidad.

—Amy enarca una ceja mirando a su mejor amigo, quien solo se dedica a alzar los hombros en forma de excusa. Se acerca y observa los papeles que había sobre la mesa—. Soy una profesora nefasta.

—No digas eso, Silver aprende rápido gracias a la base que tiene de ti.

—¿Qué es lo que ha aprendido?

—El abecedario completo.

—Efectivamente, soy una profesora nefasta —concluye ella con aparente aire deprimido. Blaze no sabía cómo hacerle cambiar de opinión.

—Ya Amy, deja de actuar como una dramática —interrumpe su hermano.

—Sabes que me gusta serlo. —Ríe ella—. Espero que no te dé tantos dolores de cabeza como a mí. —Se dirige a la gata con una sonrisa.

—Seguro no lo hará. —Finaliza la conversación. Por un momento llegó a pensar que había herido sus sentimientos—. ¿Qué os trae por aquí tan abruptamente?

—¿Has leído algún libro en el que se hable de gente con ojos rojos y excesiva fuerza y agresividad, como si estuvieran poseídos? —pregunta Sonic directo, ya que el suceso le había impactado. No sabía en qué momento podría comentarlo.

Silver mira con alteración a su hermana, buscando una respuesta a esa pregunta tan específica.

—Nos han atacado —confirma ella.

—¿Estáis bien? —Se levanta bruscamente—. ¿Te han hecho daño? —pregunta buscándole alguna posible herida. En una ocasión le hicieron unos cortes muy profundos en los brazos, de los cuales conserva las cicatrices, por suerte no se infectaron y consiguieron sanar.

—Niega con la cabeza—. No, ambos estamos bien. —Quizás, al día siguiente, tendría algún que otro hematoma por las patadas que le había propiciado la anciana.

La felina estaba... ¿Confusa? No entendía la situación.

—Blaze, ¿has leído algo así o no? —El azul llama su atención.

—La verdad es que no recuerdo haber leído nada con esa temática. ¿Podéis contarme lo que está pasando?

Silver y Amy conectan miradas. Toda persona que pudiese ayudar a encontrar una explicación a esos sucesos era bienvenida.

—Es complicado de asimilar —dice la eriza—. En resumidas cuentas, personas del pueblo están en un estado de posesión, o no sé bien como definirlo correctamente.

—Puede ser cualquiera: hombres, mujeres, ancianos, niños, comerciantes, campesinos... —Continúa Silver.

—Y son extremadamente violentos, destruyen todo aquello a su paso. Uno de ellos fue el que destruyó nuestra carroza. —Finaliza Sonic.

Ahora estaba estupefacta. Desde luego parecía un cuento de hadas, o más bien, de terror.

—Si pudieses ayudarnos a investigar lo que está sucediendo, serías de gran ayuda —pide la rosada.

—Por supuesto. Seguro que hay algo en esta biblioteca que nos diga qué está pasando. —Se levanta.

Los cuatro se pusieron a buscar cualquier tipo de datos, sentados alrededor de la mesa. Lamentablemente, Silver no podía ayudar, ya que apenas distinguía las letras que había aprendido. No tenía idea como leerlas todas juntas.

Estuvieron horas y horas dedicados a la búsqueda de algún indicio parecido a los sucesos recientes.

—Nada —dice Sonic cerrando un libro con cansancio.

—Es imposible que en una biblioteca tan grande como esta no haya ninguna información —habla el albino molesto, en parte por no haber podido ser de ayuda.

—Eso significa que no hay ningún suceso histórico registrado —aclara Amy, esta vez desanimada de verdad.

—A no ser... —La gata se levanta.

—¿A no ser...? —dijo su hermano en tono interrogativo, tratando de averiguar qué quería decir.

—Que sí haya información, pero no tengamos ese tipo de libro aquí. Piensa Sonic, ¿qué tipo de libro no tenemos?

—No lo sé, tenemos de todo.

—Estás errado. Hay un tipo de libro que no tenemos: brujería. —Los hermanos Rose, al oír esto, pasaron sus manos por su torso hacia abajo, como limpiando la ropa, acto seguido dando un gran soplo al suelo. Siempre habían sido muy supersticiosos. Era su ritual para espantar el mal fario.

—¿De veras crees que podría ser cosa de brujería? Es algo muy surrealista —pregunta Sonic.

—¿Acaso ya la situación no es surrealista en sí? —contra pregunta Blaze.

—Cierto.

—Los libros de brujería son extremadamente difíciles de conseguir hasta donde tengo entendido. ¿Dónde podríamos encontrar uno?

—Creo que de eso podría encargarme yo —habla Amy. Silver la mira con sorpresa, al igual que los hermanos de la realeza—. Tengo un amigo que investiga sobre esos temas, aunque nunca me ha entusiasmado la idea de que lo haga.

—¿Quién es? —pregunta el de ojos dorados, intrigado. En ese momento no recordaba conocer a nadie de esas características.

—Shadow.

Hubo silencio en la sala por parte del erizo albino. ¿Todavía seguían hablándose después de que se metiese en esos mundos?

—Sabes que no estoy de acuerdo en que os veáis.

—Silver, él no es como piensas.

Sonic y Blaze se miraban entre ellos. El ambiente se había vuelto tenso de repente.

—Desde que asesinaron a sus padres se metió en mundos oscuros.

—Silver, de verdad, no...

—Deja de interesarte por personas que viven atormentadas. Buscaremos otra forma de averiguar lo que ocurre.

—¡Basta! Hablaremos con él y punto. ¿Qué sucede si es el único que sabe algo del tema? ¿Vamos a dejar pasar esta oportunidad? Ni pensarlo.

—Silver suelta un largo y pesado suspiro. Su hermana siempre había sido muy testaruda, no conseguiría hacerle cambiar de opinión—. De acuerdo, pero a la mínima que haga algo extraño nos iremos.

El erizo azul y la gata morada estaban confundidos, pero no preguntarían nada de la situación al respecto.

—Bueno, podríamos ir a casa de Shadow luego de la hora de la comida —habla Sonic tratando de diluir la situación de tensión que se había creado hacía unos minutos.

—¿La hora de la comida? —pregunta Amy extrañada.

—No debemos ir a una aventura con el estómago vacío —añade Blaze.

—¡Amy, aquí pueden llegar a comer hasta cinco veces al día! ¡¿A qué es una barbaridad?! —exclama Silver. Todavía ni él se lo creía.

La eriza abrió los ojos con sorpresa. ¿Comer cinco veces diarias? ¿Dónde se había metido?

Príncipe y princesa suspiraron con alivio. Parece que volvían a ser los de siempre.

Prejuicios [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora