Eran las cinco y media de la tarde y los Rose acuden a su cita en palacio. Si era cierto que a esa hora la vigilancia era la menor de todo el día, no querían ni imaginarse el resto del tiempo. Multitud de guardias no hacían más que pasearse arriba y abajo por los pasillos del castillo.
Estaban esperando impacientes a que Cream y Miles apareciesen con el carrito, escondidos entre unos setos frondosos del jardín de las flores. Pasaban los minutos y nada.
Ya pensaban que se habían olvidado de su misión cuando un ruido de ruedas pasando por la alfombra los alertó. Se detuvieron frente a la puerta abierta que conectaba el interior con el jardín. Cada uno llevaba un carrito. Ambos hermanos, con tan solo una mirada, corrieron hacia ellos metiéndose bajo los manteles de aquellas estructuras metálicas.
—Sentimos la espera. Nos ha sido complicado conseguir venir. —Se excusa la conejita.
—No importa. Vayamos —dice Silver desde el carrito de Miles.
Con un poco de esfuerzo empujaron los transportadores por los largos pasillos. Blaze lo había tenido todo en cuenta. Sonic y ella estaban en uno de los despachos de la planta baja, así no tendrían que cargar con los carritos escaleras arriba.
Los guardias y las mucamas que pasaban miraban intrigados a los niños. ¿Desde cuándo el servicio iba por ahí con carritos?
Caminando a buen ritmo en un par de minutos llegaron al despacho. Picaron unas veces a la puerta y enseguida recibieron paso por parte de la princesa.
Allí estaban ambos hermanos, rodeados de papeles en una interminable mesa. Los Rose salieron bajo su medio de transporte casi de inmediato, apenados.
—Sentimos las molestias. —Se pronuncian ambos.
—No tiene importancia —declara el zorro.
—Es parte de nuestro trabajo. —Añade de manera sonriente la pequeña.
—Muchas gracias a los dos. Os volveremos a avisar cuando se tengan que marchar.
—De acuerdo Sonic —dice Miles.
—Con su permiso. —Cream abre la puerta y ambos salen con los carritos.
—Qué alegría que por fin os podamos ver aquí —habla Blaze entusiasmada.
—Ha costado un poco. —Se sincera la eriza—. Ya hemos podido observar la cantidad de vigilancia que tiene el castillo.
—Sentimos los percances, pero era más fácil que vinierais a que nosotros fuésemos. —Aclara el azul—. Bueno, por fin podremos hablar tranquilamente las cosas.
—Sí, porque yo la verdad es que todavía no me imagino como vamos a hacer esto. Tengo la cabeza hecha un amasijo de confusión. —Dramatiza Silver.
—Sabemos que es una situación estresante, pero no os preocupéis, está todo muy bien pensado. O al menos eso quiero creer —habla la princesa contagiada por la inseguridad de su amigo.
—Lo está —dice su hermano en tono firme. Él mismo se había encargado de elaborar hasta el más mínimo detalle. Quizás sí que sería un buen rey con esas aptitudes—. En unos días tendrán vuestros ropajes, pero por si acaso tendréis que ir con la costurera para ver si las medidas que tiene son correctas. Antes de que os vayáis os daremos la dirección.
—Yo todavía no entiendo como las habéis conseguido —habla Amy con tono de confusión.
—La verdad es que me he guiado un poco por las nuestras. —Se sincera la morada.
—La carroza os traerá desde un cortijo en las montañas que hemos arrendado. Así evitaremos que haya miradas de curiosos por el pueblo.
—No me convence la idea de que haya personas que sepan nuestra situación. —Se queja Silver.
—Tanto la persona que nos presta la carroza como las que os llevarán son de nuestra confianza. Su princesa es adoptada, por lo que entiende este tipo de situaciones.
—Su nombre es Sally, Sally Acorn. También está invitada al baile a pesar de que esté comprometida. —Añade su hermana.
—Está bien. Confiaremos en ella.
—Me alegro de ello. —Continúa—. Como había comentado, la carroza saldrá de la masía y os traerá directamente a palacio. También os llevará cuando sea la hora de irse.
—¿Y cuándo estemos en palacio, qué haremos? No conocemos a nadie. Mucho menos sabemos movernos en este entorno.
—Por eso tampoco os preocupéis porque estaréis con nosotros en todo momento. Y en el caso de que madre nos intente separar, o cualquier situación que pueda ocurrir, tanto Cream como Miles estarán con vosotros. De todos modos, también os presentaremos a Sally para que tengáis más gente con la que charlar.
La puerta del despacho se abre estrepitosamente, dando algún que otro vuelco a los corazones de la sala.
—¡Sonic! ¡La reina os busca y viene hacia aquí! —Explica Miles exaltado.
El pánico parece apoderarse de los allí presentes por unos segundos. Por suerte alguien allí conserva las ideas frías.
—¡Silver! ¡Amy! Meteos bajo los carritos. ¡Deprisa! —Ordena el zorro al cual obedecen de inmediato.
—Cinco segundos más tarde, la monarca aparece por la esquina del pasillo, estaba acompañada por Cream—. Se encuentran en este despacho mi reina. —Anuncia su llegada acercándose con velocidad a los objetos metálicos. Ambos niños los apartan, disimulando el esfuerzo, para dejar paso a la eriza mayor.
—¿Qué hacen estos carritos aquí?
—Estamos limpiando reina Aleena. De esta manera podemos transportar todos los materiales en menos tiempo. —Improvisa el ojizarco.
—Ya veo. —Observa todo lo que hay encima de ellos—. Buen trabajo. Retírense.
–Sí, su majestad —responden ambos para alejar a los Rose de la escena lo más rápido posible.
Los hermanos no pudieron evitar ojear a la reina en un momento de descuido de todos. Una cosa tenían clara, su personalidad parecía exacta a la que les habían descrito en múltiples ocasiones.
Estuvieron en movimiento un par de minutos hasta detenerse. Cualquiera diría que era la escena de persecución de un libro.
—Suspira—. Ha estado cerca —dice Miles aliviado.
—Ya pueden salir. —Notifica la conejita. Los erizos salen con discreción viendo la cara de alivio de los niños—. ¿Han podido aclarar sus dudas?
—Creemos que sí —responde Silver en un tono no completamente convencido.
—Entonces será mejor que os vayáis ya. En breves volverá la seguridad a sus niveles normales y esto se convertirá en una bonita y lujosa celda. —Informa el zorrito.
Con mucha prisa se despidieron de los pequeños y corrieron directos hacia el túnel. La verdad es que no les resultó nada fácil esquivar todas las miradas vigilantes. Una vez en el pasadizo suspiraron con tranquilidad. Se habían quitado una gran tensión de encima.
—¿Dónde nos hemos metido Silv?
—Directos a la boca del lobo.
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Prejuicios [Editando]
Fanfic‼️TEMPORADA 3 EN CORRECCIÓN‼️ El reino De Mevius esconde muchos secretos tras sus muros, y pronto todos ellos serán revelados. El príncipe Sonic y la princesa Blaze conocen a los hermanos Rose, Silver y Amy, luego de un desafortunado incidente que t...