XI: Shadow

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De nuevo una mesa repleta de comida ante sus ojos. Podrían acostumbrarse a esa vida.

-Buen provecho -dicen las mucamas antes de retirarse.

Esta vez comían con más calma, todavía notaban la comida anterior, sobre todo Silver. Aunque eso no les impidió acabarse sus platos en pocos minutos.

Príncipe y princesa se preguntaban como sería ese tal Shadow y si tendría alguna respuesta a aquello que querían resolver. También estaban confundidos por la reacción tan brusca del albino. ¿Habrían tenido algún encuentro desafortunado?

-Blaze, ¿tienes ropa discreta? -pregunta Amy. Estaba claro que no podría pasear por el pueblo con el vestido que llevaba, a no ser que quisiera llamar la atención.

-¿Ropa discreta?

-Algo con lo que puedas caminar sin que te detengan cada cinco segundos -especifica Silver.

-Diría que no. Toda mi ropa es colorida si es eso a lo que te refieres.

-Habrá que hacer una parada en casa entonces. No te preocupes, tengo algunas cosas que puedo darte.

-Muchas gracias Amy, eres un cielo.

Sonic y Blaze siguieron comiendo en silencio. Silver y Amy ya habían acabado. Cuando terminaron su comida, las mucamas inmediatamente entraron a recoger los platos. Parecía como si les hubiesen estado observando.

Como no querían ser vistos por los guardias, usaron el túnel secreto del castillo. El erizo plateado quedó asombrado por ello.

Caminaron monte abajo hasta llegar a casa de los Rose. Con rapidez entraron en al hogar para evitar la mirada de posibles curiosos que pudieran verlos. Se notaba como el tiempo otoñal comenzaba a enfriar las habitaciones de la estancia, a pesar de tener todas las ventanas cerradas.

-Ven conmigo Blaze -pide Amy. La gata morada la obedece. Caminan hasta entrar a la aparente habitación de la eriza. Abrió un pequeño armario dejando ver la poca variedad de prendas que tenía esta. Con suerte habría seis piezas de ropa.

La rosada mira con algo de indecisión.

-Creo que este te quedaría perfecto. -Saca del armario un vestido gris oscuro, de mangas y falda larga. Blaze lo coge. Al igual que su hermano, nunca había llevado ropa tan oscura. Procedió a cambiarse mientras la chica seguía hurgando en el armario-. También sería buena idea que te pusieses esto -habla sosteniendo una capucha marrón entre sus manos-. Te será más fácil ocultar tu identidad. -Blaze se la coloca. Estaba lista.

Ambas salen de la habitación encontrándose a Sonic y Silver conversando de quién sabe qué. Su hermano ya se había cambiado.

-Silv, será mejor que Sonic también lleve una capucha para ocultarse -comenta la rosada recordando el temor de este a ser reconocido.

-Voy por una. -En pocos segundos volvió con una capucha del mismo color. Podría decirse que ya estaban preparados para la aventura.

Salieron de la casa. Eran las dos de la tarde y había pocos aldeanos caminando por las calles. La gran mayoría estaban trabajando o, los que podían permitírselo, comiendo. A pesar de haber tan poca gente, Blaze y Sonic caminaban con la capucha puesta y la cabeza agachada, bajo las órdenes de Silver y Amy.

Alejándose de las áreas frecuentemente transitadas, el lugar se volvió de un tono muy oscuro. Los mismos barrios bajos tenían zonas aún más bajas todavía. Las casas se encontraban especialmente demacradas, las calles sucias y con olor putrefacto y las personas... ¿Cuáles? El paraje estaba completamente desierto. Sonic y Blaze intercambiaron miradas. ¿A qué clase de escenario estaban yendo?

Silver caminaba totalmente serio. Nunca le había gustado caminar por esos lares. Además, pensar que su hermana se juntaba con la gente de ahí, hacía que le hirviese la sangre. Tenía miedo de que pudiese pasarle algo.

Amy, en cambio, andaba tranquilamente intentando recordar el camino más corto para llegar a la casa del erizo. Shadow era un buen chico, pero la vida no se lo había puesto nada fácil. Desde que asesinaron a sus padres eligió el mal sendero, por suerte ella consiguió sacarlo de ahí. No le gustaba ver sufrir a la gente, menos a sus amigos. Ahora se dedicaba al estudio de casos que no tenían explicación. Se centraba en aquellos que eran más oscuros, sin aclaración lógica.

Caminaron a través de múltiples callejones, oscuros como la garganta de un lobo, a pesar de ser de día. Se detuvieron frente a una casa. No estaba igual de destrozada que las otras, pero seguía pareciendo una ruina.

Amy se acercó a la puerta y dio sonoros golpes en ella. Esta se abrió muy poco, dejando distinguir solo unos intensos ojos rubíes. Sonic, al reconocer ese color, se puso alerta, eran iguales a los de aquella señora.

-Buenas tardes, Shadow. Soy Amy -saludó.

-Al reconocer la voz y confirmar su destinatario abrió la puerta, pudiendo contemplar por fin al famoso Shadow. Era un erizo negro de franjas rojas, al igual que sus ojos. Tendría, aproximadamente, la edad de Sonic. Quizás un año más-. Buenas tardes, Amy -dijo con tono sereno-. Silver. -Observó al plateado cambiando su voz a más grave, terminando de aclarar que no se avenían. Su mirada se dirigió a los sujetos encapuchados para, casi inmediatamente, volver a mirar a la eriza-. ¿Quiénes son ellos?

-Será mejor que te lo explique dentro, las paredes aquí tienen ojos y oídos. -Intenta entrar, pero este la detiene.

-Ya sabes que mi casa no pasan desconocidos.

-¿No te resultan familiares los nombres de Sonic y Blaze? -Dice en un susurro casi inaudible. Como si un rayo hubiese caído tras esas palabras, abrió totalmente la puerta e hizo un gesto rápido para indicar que pasasen hacia dentro.

Amy, Silver y Blaze pasaron con cierta normalidad. Sonic, en cambio, aún estaba desconfiado, pero en breves segundos aceptó la invitación. La chica no les habría llevado a la casa de alguien en quien no confiaba.

Por dentro era un completo caos, llena de papeles, dibujos y libros. Iluminada por la poca luz del sol que entraba por las ventanas y unas cuantas velas.

-Disculpen mi osadía sus majestades. -Se inclina ante ellos-. No era mi intención faltarles el respeto.

-No se preocupe Shadow, incorpórese -habla Blaze. Entendía que no era de su agrado dejar pasar desconocidos a su hogar. Ella habría hecho lo mismo en su caso.

-Muchas gracias, princesa. No volverá a ocurrir. Se los prometo -dice mirando a los dos sujetos de la realeza. Desde que ocurrió aquella tragedia, no dejaba entrar a nadie que no conociese a su casa.

-No tiene importancia. -Esta vez habló Sonic. Vio que sus intuiciones respecto a Shadow eran erróneas. No debía juzgar a nadie por su primera impresión.

-¿Cuál es el tema os trae hasta aquí Amy? -Preguntó, ya un tanto más sereno.

-¿Tienes algo relacionado con la brujería? Necesitamos información -dijo la eriza de manera tan normal.

Prejuicios [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora