Baby And Daddy [VK+YM+NJ]

13: Separación

Tras varios días de descanso, Jimin había amanecido abrazado junto a YoonGi. No sabía cómo había terminado así, solo recordaba que el día de ayer había vuelto a llorar por su madre.

Y es qué aún le dolía.

Se sentó sobre la cama, se tallo los ojos, levantó y dirigió al baño.

Al salir vio que ya no se encontraba el mayor, no es que le interesaba pero.. quería saber dónde estaba. Salió de la habitación, caminó los pasillos largos y llego a la sala. Ahí mismo.. Estaba viendo cómo Min YoonGi tenía los labios puestos en un chico peli-naranja.

Por el aroma que se había instalado en la sala, se alejo un poco. Park Jimin estaba desgarrado, ver a Min YoonGi besarse con otro omega que no era él, le causaba.. ¿Por qué sentía celos en primer lugar?

No lo evitó más y retrocedió en su sitio. - Yo..Yoongi. - Murmuró bajo pero fue escuchado. Ahora veía como el pelinegro lo miraba sorprendido.

Yg: Jimin. - Iba ir detrás del menor cuando subió a su habitación corriendo, pero la mano del chico peli-naranja lo detuvo. - ¡Maldición! - Lo miró. - Suéltame. - El chico negó.

_: No, tu papá me orden..

Yg: Te dije que me sueltes. - Al ver qué el chico no iba a soltarlo, bruscamente lo empujó que hizo que el chico cayera al suelo, no uso su voz de alfa. - Lo siento.

YoonGi siguió hacía arriba, sus pocos empleados que habían asistido lo miraban confundidos haciendo una reverencia.

Llegó, abrió la puerta y vio a Jimin sentado en la cama, mirando hacía el piso en dirección a la puerta, probablemente lo estaba esperando.

Yg: Jimin.. - Min no sabía cómo comenzar.

Peor aún, no sabía que decir cuando el menor empezó a llorar.

Jm: ..Min YoonGi.. - Sollozo. - ¿Por qué me haces esto? - Apretaba las sábanas con fuerza, estaba tan triste, solo, enojado.

Yg; No quería hacerlo.. yo..

Jm: ¡No arregles nada! ¡Basta de excusas! - Siguió sollozando secándose las lágrimas. - No somos ni novios. ¿Por qué lo arreglarías?

Yg: Por qué me preocupo por ti. - Se acercó suspirando y arrodillándose. - Porque.. creo..

El rubio omega lo miraba detenidamente, esperando a lo que tenía que decir el alfa con aroma a menta. Cuando lo vio levantar la mirada sintió una pequeña sensación rara en su estómago pero lo ignoró.

Yg: Creo.. que eres importante para mí. - Min tomó las manos del menor con su mano izquierda, le seco las lágrimas con su mano derecha mientras aún lo miraba a los ojos.

Jm: ¿Por qué te estabas besando con ese chico? - Dijo bajo pero lo suficientemente alto para que Min escuché.

Yg: Salí abajo, ese chico me sorprendió cuando se acercó y me beso de repente. De.. otra parte es mí culpa haberle correspondido. - Jimin lo miraba. De todas formas el rubio no sabía que hacer, estaba solo en el mundo, solo le quedaba creer a Min, aunque no estaba cien por ciento convencido con la declaración.

Jm: Ya veo... fue eso. - Dijo inseguro.

Yg: ¿No me crees?

Jm: S..si te creo. - El menor mostró una sonrisa poco creíble pero lo suficiente para que Min lo deje en paz.

Yg: Jimin..

El ambiente se había tornado silencioso, Min se había dado cuenta que en el poco tiempo que llevaba con el menor, no habían hecho nada más que convivir en la misma casa.

Así que..

Jm: ¿Qué pasa ahora?

Yg: ¿Quieres ir de viaje conmigo? - El pelinegro notó como una sonrisa se plasmaba en el menor, se sintió bien consigo mismo al ver qué había conseguido una sonrisa.

Jm: No..no sé. - De repente estaba nervioso. - Quería pedirte otra cosa en realidad. - Jugó con sus manitas y cuando dejó de hacerlas trago saliva.

Jimin había pensado en algo toda la noche, el sabía que YoonGi había sido bueno con el estos días y si se lo pedía esperaba que esté acepte. A pesar que lo que quería era un poco codicioso.

Yg: Si está a mí disposición lo cumpliré. - Min le respondió con una sonrisa. Estaba dispuesto a cumplir su palabra, todo con tal de ver a su pequeño feliz.

Jm: Tu has sido muy bueno conmigo. - Estaba tan nervioso que miraba al piso temiendo a lo que iba a decir. ¿Y si lo mataban por pedir algo tan descarado? - En realidad, eres bueno. Lo has sido desde que llegué.

YoonGi asentía, era la segunda vez que alguien le decía algo así.

Yg: ¿Que es lo que quieres, Jimin? - Preguntó ya temeroso, al parecer.. había captado lo que Jimin estaba a punto de pedirle.

Jm: Quiero regresar a mí casa, comenzar de nuevo y..

Yg: Si realmente quieres ir, puedes ir Park Jimin, no te detendré. - Respondió esta vez serio. Cómo lo sospecho, era claro que eso iba a suceder.

Al menos iba a cumplir su palabra.

Jm: ¿De verdad? - Park volvió a sonreír, le acababan de dar una gran buena noticia. Pero, ¿Así de fácil?

Yg: Te puedes ir. - Dijo Min. - Pero con una condición.

Jimin asintió temeroso, nervioso.

Jm: ¿Cuál es?

Yg: No trabajarás en ese club nuevamente. - El rubio tragó saliva.

Era verdad, ese trabajo le había arruinado la vida, simplemente por qué su jefe lo vendió haciendo que se pierda de ver a su madre, no lo sabía aún, no sabía cuál era la causa de la muerte de su mamá.

Jm: No lo haré hyung. - No obstante, estaba feliz de ser libre.

Iba a poder ser independiente al fin.

Jm: Muchas gracias. - Agradeció. - Por aceptar mí pedido.

YoonGi asintió aún serio, saliendo de la habitación del menor no sin antes desearle que se cuidará. - Suerte. - Fue lo último que escucho Park Jimin del alfa Min YoonGi en la mansión.

Park subía a la limosina. Yoongi le había mencionado que lo iban a dejar en su antigua casa, así que estaba yendo hacía aquel lugar.

Al llegar, abrió la puerta de su casa alquilada, entró y recordó a su mamá.

"Jimin-ah, ¿Llegaste?"

Aquel recuerdo lo invadió.

¿Por qué tenía que ser tan doloroso recordar?, Esa mañana estaba seguro que a partir de ahora iba a vivir felizmente, sin cometer errores, sin recordar si fuera posible, pero lo malo es que por cada rincón que veía o pasaba siempre recordaba a su mamá.

Jm: Está casa no volverá hacer la misma sin ella. - Sollozó dirigiéndose a su habitación, se acostó e intento olvidar todo, pero lamentablemente recordaba una y mil veces a su madre.

Aquel día Park Jimin lloró sin parar nuevamente, estaba solo ahora.

Y esperaba que esa sea su última vez ahogado en la tristeza y arrepentimiento.

No iba a volver a cometer errores.