Detrás de la cámara. © [Tom Felton]

Capítulo doce.

Moa.

La respuesta de Tom se hizo tardar hasta el día siguiente, por la tarde, no lo presionaba pues estaba esperanzada en recibirla ademas de que sabía que Jade ya estaba en la ciudad por lo que tenía claro que no volvería a verlo tan seguido, cosa que aunque no me agradaba agradecía inmensamente.

Estar en la cercanía de Tom con esa sonrisa coqueta, sus ojos azules encantadores no me hacían bien a pesar de hacerme sentir la mujer más hermosa cuando me miraban.

— ¿Qué podemos hacer para Navidad? —Preguntó Robert para él mismo.

— Robby, apenas estamos en la primera semana de Noviembre.—Recordé soltando un bufido con diversión.

— Grinch. —Me mostró la lengua haciéndome soltar una risa.

— No es verdad, solo digo que es algo apresurado pensar en Navidad.

— Dile eso a Walmart, una vez que es Noviembre "bye bye" a Halloween y "hola Navidad." —Dijo haciendo un ademán similando una despedida.

Rodé los ojos con diversión mientras que vagabamente volvía a revisar mi celular al mismo tiempo que el suspiro pesado de Pattinson llamó mi atención a él.

— Relájate, dijo que lo encontró, debe estar ocupado para no responderte.

Abrí la boca para hablar aunque me quedé callada unos segundos asintiendo, dejé mi celular a un lado.— Lo sé, solo que estoy algo ansiosa.

— Se nota. —Dijo sonriendo.

Con regularidad Robert se la pasaba en mi hogar así como Daniel, aunque este último no tanto debido a que estaba con Erin, su novia o trabajando en algún proyecto.

La presencia del británico no me molestaba, al contrario, me hacía sentir tan segura y cómoda, además de que desde la grabación de Harry Potter y El cáliz de Fuego nos hicimos muy unidos en cuanto hablamos, sin darme cuenta ahora la nena de Radcliffe y Pattinson, este último consintiendome cada que podía.

— Sé que son importantes pero tranquila, Tom no te fallaría. —Susurró con calma consiguiendo que la morena asintiera por lo bajo.

— Sí, lo sé. —Sin darme cuenta, con solo pensar en aquel hombre que encarnó a Draco, me hizo suspirar de forma airosa.— ¿Sabes?

Robert emitió un “¿Hmmm?” como respuesta.

— Los pendientes de mi madre son mi prueba de amor. —Noté que Robby había ceñido su rostro con algo de confusión pero esperando a que explicara el por qué.— Mis padres se divorciaron cuando mi madre se enteró que mi padre la engañaba.

Guardé silencio un momento.— Aunque era pequeña cuando se separaron, lo entendí como señal que dejaron de amarse.

— Mi madre decía que era normal dejar de amarse, que no había nada de malo en eso ya que sucedía todo el tiempo pero aunque ella decía que se habían dejado de amar de forma mutua, cuando me dio los pendientes que le había dado mi padre me di cuenta de que ella no lo dejó de amar nunca.

Mi mirada, que se encontraba en algún punto del suelo de la sala se alzó sacandome de ese aire penunbroso que se había formado.