Capítulo diecisiete.

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Tom.

Solo pude ver Moa y a Robert saliendo de mi panorama, la tensión en la mesa era tan palpable.

Daniel me miraba de una forma en la que no podría describir mucho.

Mientras que Emma me pedía a gritos una explicación de todo con su sola mirada.

El resto de la mesa como lo era Evanna, Matthew, los Phelps, todos parecían incómodos por no saber como reaccionar.

El movimiento brusco de la mano de Jade me hizo voltear a verla, estaba tan molesto pero estaba en shock por las palabras de la morena a mi persona que simplemente miraba a todos con muy poca lucidez.

— ¿Todo bien? —Preguntó Bonnie de forma tímida.

Yo volví a verla asintiendo.

—¿Que mierda has hecho, Tom? —La tosca voz de Daniel me hizo verlo. Negó con la cabeza.— Lo siento Emma pero necesitamos irnos.

Emma asintió.— Adelante no pasa nada.

Erin y Daniel tan pronto se despidieron de todos se fueron del lugar, suponiendo, esperanzados es encontrar y estar al tanto de la situación.

Emma solo me dirigió una mirada que conocía bien.

Por si no tuviera mucho sintiendome la peor persona en el mundo por haber creído que intentaría salir ileso de este problema.

Fue cuestión de segundos para todos los demás comenzarán a retirarse.

El silencio que se instalaba en el interior de aquel auto era sumamente mortal, ninguno se atrevía a hacer ruido alguno o por ninguno me refería a mí, con la más mínima cosa comenzaría una discusión y prefería ahorrarme un recorrido amargo a casa.

Ahí discutiría todo.

Realinee mis dedos en el grosor del volante frente a mí.

Bien sabía que podía darse cuenta de que era una simple copia pero esperaba que eso durara más, al menos hasta despedirnos.

Justo ahora, lo único que me enojaba era la actitud de Jade hacia Moa.

Apenas llegamos a mi hogar aparqué, salí del auto al igual que mi novia ¿Cómo podía mantenerse tan apacible después de todo eso?

Cruzamos el umbral de la puerta principal mientras yo me dirigía directo a la cocina, eran las 04 y un poco más de la madrugada, y no tardaría en amanecer.

— Que sea la única vez que me alzas la voz. —Habló Jade con amargura mientras se detenía a unos pasos.

Cerré mis ojos tratando de no decir nada más, solo suspiré con pesar.

— ¡Ah! ¿Estás ofendido? —Chistó.— ¡La ofendida debería ser yo!

Me volví a verla sosteniendole una mirada llena de severidad.— ¡Tú? ¡Y tú por qué? ¿Te has dado cuenta de como le has hablado a Moa?

— ¡Oh, pobre Moa! Moa, Moa, Moa. —Repitió victimizando el nombre de la chica.

— Baja la voz, los vecinos nos podrían escuchar. —Dije tratando de sonar lo más sereno.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora