+20

24.1K 2.2K 1.3K
                                    


— ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! — Lauren y cerca de otros diez adolescentes gritaban alrededor de Prim y ella rió finalmente creando coraje y tomo el pequeño trago de tequila que bajó ardiendo por su garganta así como los cinco primeros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! — Lauren y cerca de otros diez adolescentes gritaban alrededor de Prim y ella rió finalmente creando coraje y tomo el pequeño trago de tequila que bajó ardiendo por su garganta así como los cinco primeros. Los chicos a su alrededor lo celebraron y uno de ellos la abrazó mientras Prim se reía.

— ¿Quién lo hubiera dicho? — Lauren sonrió llevándola de la mano hasta la pista de baile improvisada en el jardín de Dreya King, una alumna de la pequeña Forks High que era tan rica como su familia, pero diferente de su familia, Dreya tenía total libertad para exhibir su mansión para cualquier humano curioso que quisiera ver y ella lo hacía muy bien.

Dreya era conocida en Forks High por sus fiestas regadas a mucha bebida y música alta - Prim creía que hasta drogas, pero elegía mantenerse alejado de ese último. Nunca tuvo la oportunidad de ir a una de las fiestas de Dreya, pero con la reciente participación de Bella en la familia, Edward se volvió menos controlador de su vida y Prim se dio cuenta de que sus padres eran bastante liberales sin la influencia loca de Edward sobre Prim de ser una frágil chica de dieciséis años suelta en un mundo lleno de pervertidos y pedófilos.

Se sorprendió cuando sus padres le permitieron ir a la fiesta, Prim sólo tuvo que suplicar un poquito y llorar por las experiencias humanas que su madre aceptó rápidamente - desde que Prim mantuviera el celular encendido y supo que Alice vería todo lo que hiciera.

A ella no le importó realmente, no empezó esa noche con ninguna intención maliciosa. Sólo quería divertirse y bailar toda la noche sin el control de sus padres o de nadie.

Todo el jardín estaba iluminado con luces parpadeantes y la piscina tenía boyas y hasta algunas chicas y chicos se arriesgaban en el agua helada, era un milagro hasta entonces que no había llovido ese día.

El sonido envolvía su cuerpo y Prim se sintió libre, algunos chicos se acercaban para acompañarla y Prim se divertía al sentirse deseada, aunque por un adolescente.

Alice Merton cantaba tan fuerte que Prim pensó que pronto el Jefe Swan aparecía en la residencia para decirles que apagaran el sonido, pero nada de eso sucedió. Ya pasaban las tres de la mañana cuando Prim sintió los pies doloridos en su tacón de diez centímetros y finalmente buscó un lugar para sentarse en el interior de la casa, donde más adolescentes bailaban o se besaban desvergonzadamente.

Los padres de Dreya habían viajado a Egipto hace una semana y por eso la chica tenía la casa para sí sola durante un mes completo, ella hacía muy bien el papel de adolescente rica aburrida que quema la herencia de los padres. Había todo tipo de bebida esparcida por la casa y Prim ya había experimentado la mayor parte de ellas.

— ¿Qué estás haciendo ahí chica? — Lauren apareció tirándose a su lado del sofá y tendiéndole una botella de cerveza. Prim abrió el sello y sonrió sintiendo la garganta agradecer el líquido helado, estaba muriendo de calor y aun con las puertas y ventanas abiertas, el calentador de la casa y calor de su cuerpo hacían que Prim estuviera en llamas por dentro. — Vamos a bailar, ¿eh?

PRIMROSE, EDWARD CULLEN ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora