Capítulo 6.

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25 de Diciembre, 2020.
Woking, Inglaterra.

La Navidad en mi familia era un día más. No pasaba nada. No era un día importante.

Respiro con tranquilidad sentada sobre el cesped, en medio del gran parque de la casa Leclerc, con Charlie durmiendo en mis brazos, hasta que siento como alguien se sienta a mi lado.

-Hola, Salem.

Miro a mi lado y sonrío al ver a Lando. Pese a las palabras que compartimos al momento de cocinar esta noche, no hemos tenido una conversación en serio desde que él me fue a buscar a la casa de mi, ahora, ex novio.

-Hola, Lando-Sonrío y choco mi copa, con jugo de manzana, con la suya-. Feliz Navidad.

-Feliz Navidad-Me sonríe.

Nos quedamos en silencio unos buenos minutos hasta que él suspira y yo hablo.

-¿Estás enojado conmigo?-Le pregunto preocupada.

-¡No, Salem, por Dios!-Responde claramente siendo honesto-. Estoy muy enojado con lo que te sucedió...

-¿Por eso no me hablas?

Él me mira sorprendido y está por contestar, pero somos interrumpidos al ver a Arthur salir de la casa.

-Lando, hay competencia de vodka, ¿Te unes?

Me estoy por levantar al verlos irse, de verdad que me siento una tonta, pero la mano de Lando en mi brazo me detiene.

-No te hablaba porque no quería presionarte-Me dice él-. Viviste una situación realmente de mierda, Salem.

-Yo necesitaba que me hables, Lando-Le confieso-. Estaba en un bucle en el que no sabía que había hecho para que estés distanciado de mi.

-Lo siento por eso.

Conservamos el silencio hasta que nuevamente lo rompo.

-Siento que me hayas visto en esa situación...

-Yo no-Dice y rápidamente se explica-. No lo siento por dos cosas; me demostraste que eres fuerte y pude tenerte de cerca para ver esos impresionantes ojos que tienes.

Me sonrojo mirándolo y él me sonríe mientras se encoge de hombros.

-¿Estamos bien?

-Seguimos siendo amigos, peque-Sonríe y pone un mechón de mi cabello detrás de mi oreja-. Lamento realmente no haber actuado de la forma correcta.

Asiento en silencio y ambos reímos en el momento que escuchamos a la pequeña Leclerc suspirar dormida.

-Ve a jugar, yo la iré a acostar.

-¿Puedes sola?

Asiento con la cabeza y con su ayuda, me levanto de dónde estoy sentada, aún con Charlie en brazos. Rápidamente entro a la casa y subo hasta donde está su habitación, dejándola descansar tranquila en su cama.

-Nunca crezcas, Charlie-Le pido besando su frente.

-Eso es algo que le digo a diario.

Me doy la vuelta viendo a Madison apoyada en el marco de la puerta de la habitación. No puedo evitar sonreír al ver lo feliz y entera que se ve. Parecería que la vida por fin le compenso todas las malas cosas que vivió.

-Mi abuela me solía decir eso todas las noches-Le cuento.

-Salem, no quiero parecer una chismosa como mi mejor amigo-Dice intentando encontrar las palabras al hablar-. Pero, ¿Y tus padres?

-Nunca fueron como tú y Charles. Papá es el predicador de la iglesia a la que asiste toda mi familia. Mamá siempre fue menos sentimental-Le cuento mientras me acerco a ella-. No fueron malos padres. Solo no fueron cariñosos.

Detrás de ella [Lando Norris] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora