Profesor D. [3]

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6:30 am marcaba el reloj que tenía a un lado de su cama, faltaban alrededor de veinte minutos para que empezara a amanecer, salió desnudó de las sabanas blancas de su cama vacía, se colocó su bata de baño y bajó hacia la cocina.

— Buenos días, Alfie —dijo saludando al gato que permanecía parado en la mesa—, te he dicho que no te subas a la mesa donde se supone que yo coma mi desayuno —dijo tomándolo y bajándolo de la mesa, ganándose un ~prr~ por parte de Alfie—, necesitamos música ¿no es así?

Tomo el control del estéreo y lo encendió y comenzó a sonar una canción de Perry Como.

— Alfie escucha, es una buena canción para empezar la semana —dijo caminando hacia la cafetera y sirviendo un poco de café en una taza negra, sacó un huevo del refrigerador y lo puso en un sartén para empezar a prepararlo—, i heard she sang a good song.

Terminó de preparar el huevo y lo pasó a su plato, sirvió comida en el pequeño plato del gato y lo puso frente al suyo, tomó un sorbo de café y observó cómo el gato subía a la mesa a desayunar con él, observó sus pequeñas orejitas y sus bigotes mientras se alimentaba, le sonrió y continuó con su plato hasta terminarlo.
Se levantó y lo lavó, subió de nuevo a su habitación para ducharse y vestirse. Comenzó a tararear la canción que minutos antes había escuchado junto con su gato, y comenzó a pensar en el significado de la canción sin darse cuenta que el tiempo corría y el agua caía por su cara. Una vez que salió de ducharse y se vistió, tomó las llaves de su auto, se despidió de Alfie y se encaminó a su destino, encendió la radio y la misma canción de Perry Como sonaba, lo cual lo hizo sorprenderse y subir el volumen.

— Matándome despacio con su canción... —dijo colocándose sus gafas y conduciendo por la ciudad—, que curioso —estacionó el auto y bajó de él con una sonrisa—, ¡Mary! —dijo entrando a la librería.

— Robert, siempre comprando tus libros a última hora —dijo saludando con un beso en la mejilla al hombre.

— Dime por favor que aún lo tienes —rogó mientras la mujer se levantaba de su escritorio—, prometo que es la última vez que lo compro a última hora.

— Tienes suerte, una chica se llevó el penúltimo el sábado, tuve que esconder este todo el fin de semana porque sabía que vendrías por él el lunes antes de tu clase —dijo tomando un libro del estante—, es el último Bobby —Robert agradeció y le dio un beso en la cabeza a la mujer.

— Eres un ángel, Mary, agrégalo a mi cuenta por favor, voy tarde, Alfie no terminó su desayuno a tiempo —la mujer rió y lo miró salir y subir a su auto.

Arrancó el auto con una sonrisa en la cara, Paradise City sonaba y el sol ya había despertado, Los Ángeles sonreía y en sus calles conducía un Mustang Shelby del 67 con Guns N' Roses a todo volumen.

TAKE ME DOWN TO THE PARADISE CITY!!!!! —cantó Robert mientras llegaba a la universidad y atraía las miradas de todos los alumnos que entraban— WOHO —gritó mientras la canción llegaba al clímax, se estacionó y esperó a que la canción terminara para poder bajarse del auto, tomó su portafolios y se dirigió a su oficina.

— Buen día Robert, bienvenido de nuevo, ¿qué tal las vacaciones? —preguntó un hombre llamando su atención y se detuvo a saludarlo.

— Arthur —dijo acercándose a su colega y abrazándolo—, estuvieron bien ¿qué hiciste tú? ¿Cómo están los niños?

— Fuimos a visitar a la abuela un par de semanas y después decidimos quedarnos en casa para que los chicos salieran con sus amigos, fue un buen verano —Robert sonrió y entró a su oficina. 

Profesor R. Downey, departamento de cine y producciones audiovisuales.

Oh es bueno estar de vuelta —dijo sentándose en su silla y sacando sus libros mientras los acomodaba en su escritorio—, mierda —dijo al darse cuenta que el libro que recién había comprado había sido olvidado en el auto.

Se levantó y salió de su oficina con un paso acelerado, miró su reloj y aún tenía diez minutos para su clase, así que relajó el paso y observó a todos los alumnos que llegaban a sus primeras clases del curso, se acercó a una máquina de café y compró su batería de esa mañana —su segunda taza en el día— mientras observaba a todos miró su reloj 7:59 am. Se sorprendió al ver la hora y caminó velozmente al salón que le correspondía, suspiro aliviado observando cómo los alumnos se mantenían en sus teléfonos o hablando entre ellos, así que solamente con su libro y su café en la otra mano entró directamente hacia el escritorio sin mirar a los chicos que se acomodaban cada uno en sus sillas, abrió la ventana que estaba junto al escritorio, caminó hacia el centro del salón, metió ambas manos a sus bolsillos y sonrió.

— ¿Y bien? —dijo yendo a recargarse en el escritorio—, ¿Cómo están? —toda el aula respondió un —bien— al unísono, Downey puso sus ojos en blanco haciendo que todos rieran—, Que interesantes vienen esta mañana —dio un trago a su café—, díganme, ¿qué hicieron esta mañana?

Silencio.

— Ay por el amor de Dios alguien diga algo o usaré el dedo —dijo levantando la mano que tenía libre—, está bien, tú el de la chaqueta negra, ¿cuál fue el último libro que leíste? —el chico río y levantó un libro que tenía en el escritorio—, déjame verlo —dijo acercándose y tomándolo—, La Democracia en América de Alexis de Tocqueville —dijo haciendo una expresión de sorpresa—, ¿es bueno?

— Malditamente aburrido —dijo el chico y Robert rió devolviéndole el libro.

— ¿Cuál es tu nombre? —volvió a recargarse en el escritorio con una sonrisa.

— Tyler Dalton —dijo sonriendo.

— ¿Alguien quiere decirme la última película que vio? —preguntó caminando a la basura para tirar un pequeño papel que tenía en el bolsillo.

— Duro de matar —se escuchó una voz y todos rieron.

— Hey es una buena —respondió Downey—, bueno, bienvenidos a su curso de historia del cine, tendremos chismes, teorías, pruebas de actuación, apuestas, noches de cine, noches de teatro y estaremos leyendo muchos libros, soy su profesor del curso y espero que les guste la clase, si no me conocen soy Robert Downey y estaré aquí con ustedes lo que resta del curso —dijo sonriendo para después tirar la basura de su café.

Observó su auditorio con una sonrisa en la cara y continuó con su clase introductoria, feliz de volver a hacer lo que más amaba, y quizá también feliz de que ya no tendría tiempo para pensar en si mismo, cosa que lo atormentaba.

Delgada Línea [Robert Downey Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora