Dalton [18]

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— ¿Te esperan para dormir? —preguntó Robert con una media sonrisa.

— ¿Por qué? —preguntó ella acariciando a Alfie.

— Quizá quiero que te quedes —se cruzó de brazos.

— Rob, mi papá está en casa, no sé si sea bueno no llegar —Robert levantó una ceja—, ¿Qué? ¿Por qué me ves así? —rió

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— Rob, mi papá está en casa, no sé si sea bueno no llegar —Robert levantó una ceja—, ¿Qué? ¿Por qué me ves así? —rió.

— Quédate —insistió.

— Mañana tengo clase que asistir y tú clase que dar —caminó hacia él y lo abrazó.

— Pues iremos —la abrazó de regreso—, quédate —la miró a los ojos, casi rogando, el corazón de Harriet sintió un pinchazo y sonrió.

— Está bien —dio un beso corto en la barba del hombre y recargó su cabeza en el pecho del mayor, se embriagó con su olor y lo abrazó con más fuerza.

— ¿Qué ocurre, preciosa? —la miró y Harriet sonrió.

— ¿Por que quieres que me quede?

— Duermo mejor contigo a un lado —sonrió—, ademas hice de cenar para los dos —la soltó y caminó al refrigerador—, bueno, casi termino la cena, ¿me ayudas? —dijo sacando ingredientes—, vamos a hacer pizza.

— Me encantaría hacer pizza contigo —Robert la miró con una ceja alzada—, no estoy hablando en doble sentido.

— Ni siquiera lo había pensado —rió.

Downey abrió una botella de vino tinto y sirvió una copa para la chica mientras ambos ayudaban a preparar la pizza, terminó la preparación y ahora solo debían esperar a que el horno hiciera su trabajo. Se quedaron en silencio terminando su copa cada quien, el pequeño gato dormía en una silla justo a un lado del sofá donde se encontraba la chica que miraba la ciudad desde la ventana. Robert estaba en la cocina observándola con atención, ella parecía no darse cuenta mientras hablaba con Alfie y mandaba mensajes en su teléfono, miró sus manos y su cuerpo, sonrió por milésima vez en su compañía, Harriet levantó la mirada y frunció el ceño al ver a Robert.

— ¿Qué miras? —preguntó sonriendo y Robert caminó hacia ella. 

— Estaba pensando en que en otra vida debí haber sido una increíble persona para que en esta vida te conociera —se acercó a ella y la besó—, y no me hables mal, pequeña, no quieres hacerme enojar ¿o si? —gateó poco a poco arriba de ella dejándola debajo.

— No, papi —susurro debajo de él y Robert sonrió al escuchar a la chica.

— Harriet eso no es justo —besó su cuello—, sabes que eso me va a provocar —la chica sonrió y entrelazó sus piernas a la cadera Robert para pegarlo más a ella, el pantalón del traje comenzaba a ser demasiado estorboso y la camisa aún más—, Harriet no te portes mal —susurró en el cuello de la chica para empujar su cadera contra la intimidad de la joven haciéndola suspirar.

— Robert haz eso de nuevo —pidió Harriet y Downey repitió la acción, el timbre del horno sonó pero Robert volvió a hacer lo que la mujer le pedía.

— Iré a sacar la pizza —susurró y se levantó, Harriet sonrió al observar el pantalón del hombre y como se veía más ajustado de lo normal.

— Me gusta como se te ve ese pantalón —se burló y Robert descubrió lo que pasaba.

— ¡Harry! —hizo puchero después de dejar la pizza enfriándose—, mira lo que hiciste Harriet —fingió enojarse y subió a su habitación, Harriet lo siguió.

— Claro échame la culpa —entró a su habitación y no lo vio por ningún lugar—, ¿Rob? —escuchó la puerta cerrarse detrás de ella.

Giró y se encontró con el hombre mirándola, ella sonrió al ver que Robert tenía un botón más desabrochado. Se acercó a besarlo y él le correspondió, sus labios eran aún más adictivos que antes sus manos eran más fuertes y la tomaban firmes por la cintura, el timbre sonó, la chica se separó y giró los ojos, nunca podían terminar lo que empezaban.

— No es obligatorio que atienda —dijo Robert y la chica sonrió.

— Ve, no pasa nada —lo besó y salió seguida de Downey con un semblante molesto caminando a la puerta, Harriet se metió al baño a lavarse las manos para comer pizza.

— ¿si? —abrió la puerta y se sorprendió de golpe—, ¡¿Dalton?! —la chica se enderezó y cerró la puerta asustada—, ¿qué haces aquí?

— ¿Profesor Downey? ¿Qué hace usted aquí? —Downey frunció el ceño.

— Estoy casi seguro de que vivo aquí —Dalton rió—, ¿Qué haces aquí?

— Estaba buscando a Harriet —Robert lo miró lo más confundido que podía fingir—, sé que no está aquí, pero su dirección estaba en el directorio de profesores.

— ¿Eso existe?

— Sí, y quería ver si usted conoce la dirección de Harriet o conoce a alguien cercano a ella.

— Niño, estoy seguro de que la conoces más que yo —rió y Tyler asintió—, ¿Quieres que te ayude a encontrarla? ¿Por eso estás aquí verdad?

— Estoy preocupado y usted es el único en quien confío —Robert lo invitó a pasar y Harriet maldecía a Downey porque ella estaba encerrada en el baño.

— ¿Qué te preocupa?

— Profesor lo siento, sé que venir a su departamento no es lo más ético del mundo —Robert soltó una risa al recordar a la chica en el baño—, Patrick Turner —Downey se tensó—, está diciendo que se acostó con ella, incluso se rumora de que le quiere hacer algo y grabarla, profesor, Harriet es ahora mi mejor amiga y me asusta mucho dónde está ahora mismo —Downey estaba tratando de mantener su mente fría, Patrick Turner se estaba ganando sus ganas de golpearlo—, ¿lo siento profesor está acompañado? —dijo mirando las dos copas de vino. 

— Mi novia está aquí y preparamos la cena —sonrió.

— Debería irme ahora —se veía apenado—, pero necesito su ayuda. 

— Estoy seguro de que ella está bien esta noche, ¿te parece si mañana después de clase hablamos? —Tyler asintió—, tranquilo, niño, sabes que Harriet Darcy es fuerte.

— Lo veo mañana profesor —dijo sonriendo—, suerte con su novia —guiñó su ojo y salió acompañado de Robert.
Downey cerró la puerta y suspiró.

— ¿Algo de que preocuparnos? —sintió que lo abrazaban por la espalda.

— Es probable —suspiró girando para abrazarla—, pero te voy a cuidar.

— Me gusta cuando me llamas tu novia.

— Pues eso eres —besó su frente y la abrazó más fuerte. Estaba asustado por su bienestar.

Delgada Línea [Robert Downey Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora