El agradecimiento[6]

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— ¿Vienes con resaca? —dijo la chica mirando a Tyler.

— Creo que aún estoy borracho —Harry carcajeó y entraron al aula de su primera clase—, esto no hubiera pasado si me hubieras acompañado.

— Te hubiera acompañado si no me hubieras dicho dos horas después —rió y se sentaron, el profesor Downey permanecía en su escritorio con un libro en la mano—, Downey está más callado que de costumbre.

— Quizá también viene con resaca —se burló la chica y Tyler sonrió.

— Profesor —dijo Tyler y Downey levantó la mirada—, ¿Qué está leyendo? —Downey sonrió.

— Nada en especial Dalton... —se levantó y se acercó a los jóvenes—, señorita Darcy que alegría verla tan feliz hoy, supongo que este apuesto chico le hace feliz —dijo sonriéndole a Harry de una manera tierna.

— En efecto, y más con las cosas que me cuenta que hace —rió y Tyler la miró amenazante—, es singular.

— Me imagino que si —sonrió—, ¿cómo estás Darcy? —dijo más serio—, respecto a lo del otro día.

— Todo bien, profesor, mi hermano me llevó a casa y no hubo nada malo —Downey dio una palmada en la mesa de la chica y se alejó para empezar la clase.

— Casablanca —habló en voz alta atrayendo la mirada del aula—, ¿Qué hace a Casablanca una película de culto? Para empezar el contexto de la historia, 1942, después de la invasión a París, alemanes nazis por todo el lugar, cantando la la Marseillesa en un bar, ¿pero que es lo que hace a Casablanca la encantadora Casablanca? —comenzó a hablar mientras la chica lo observaba con atención, como caminaba por el aula de cristal explicando cada concepto con claridad. Observó su cabello y su camisa gris, incluso observó sus piernas y la forma en que sus manos se movían con fluidez mientras explicaba. Se entretuvo tanto que perdió el sonido de lo que se decía, ya no escuchaba nada, y poco a poco se perdió en un sueño.

La hora de la clase pasó lentamente pero no aburrida mientras Downey explicaba con pasión, en una mirada de reojo observó que la inglesa estaba perdidamente dormida en su lugar cosa que lo hizo sonreír involuntariamente, pero no detuvo la clase o hizo algún comentario, simplemente siguió explicando con fluidez su cátedra, le parecía la cosa más graciosa que Harry se haya dormido en clase. El tiempo pasó y la clase terminó.

— Nos vemos mañana, que les vaya bien en su día —dijo despidiendo a sus alumnos, observó cómo Tyler despertó disimuladamente a Harry y escondió su sonrisa—, hasta mañana chicos —dijo despidiéndose de Tyler y Harry quienes le sonrieron y salieron.

Downey se levantó y caminó hacia su oficina con relajación, sonriendo y tarareando como siempre solía, entró a la sala donde se encontraba su escritorio y se sentó a mirar por la ventana como todos los días, se quitó el suéter y dobló las mangas de su camisa para estar más cómodo, observó a lo lejos como Tyler y Harry caminaban a la par, pero el joven cargaba dos mochilas.

— Ah le cargas la mochila, Dalton, eso es muy adolescente de tu parte —dijo para darle una mordida a su manzana mientras escuchaba que alguien tocaba su puerta.

— ¿Sigues criticando alumnos que pasan por tu ventana? —Robert giró de golpe observando a su colega—, conocí al hermano de Johnny Dalton —habló Walter.

— Tyler, está en mi clase también, ¿un gran chico no?

— Sin duda tiene mucho de Johnny, su amiga es también muy inteligente —dijo dejando un par de hojas en el escritorio de Downey—, las envía Sarah, son invitaciones para la cena de gala el jueves.

— Gracias —dijo tomándolas—, ¿Harriet participa mucho en tu clase? —preguntó leyendo la invitación.

— Es una de las que más participa diría yo —Downey frunció el ceño—, por lo que veo en tu clase no.

— Ni siquiera buenos días —rió sin despegar la mirada del papel—, quizá es como yo y prefiere no hablar antes del primer café del día —mordió de nuevo su manzana.

— Quizá —dijo el otro hombre sonriendo de lado—, bueno te dejo, recuerda que se presentarán los cortometrajes y necesitarás citar a tus alumnos.

— Te veo luego —suspiró para voltear de nuevo a la ventana y no encontrar rastro de nadie.

Permaneció en su silla mirando al suelo pensando y pensando sin encontrar explicaciones lógicas a lo que pensaba, debía preparar la presentación del cortometraje del curso pasado pero eso no era lo que le rondaba en la cabeza, era la idea de que Harriet Darcy se quedaba dormida en su clase y participaba siempre en la clase de Walter, pensó una estrategia y sonrió al tener la solución, y justo cuando iba a salir, se encontró con la anteriormente mencionada Harriet parada frente a su oficina mirándolo con una sonrisa curiosa. Estaba intrigada en saber que pensaba Downey, y jamás se hubiera imaginado que pensaba en ella, Downey hizo una seña de que pasara y la chica obedeció.

— Pemberley ¿que puedo hacer por ti? —dijo acomodando sus libros mientras la chica se sentaba, ella observó con atención sus libros antes de hablar y hubo un titulo que llamó su atención.

— ¿Está leyendo orgullo y prejuicio? —dijo ella con mucha curiosidad haciendo a Robert soltar una risa sincera que ella no había escuchado antes.

— Estaba releyéndolo esta mañana cuando llegaste con Tyler —sonrió sentándose frente a ella—, me atrapaste.

— Profesor Downey, quería saber porqué me ayudó el otro día en el bar —Downey suspiró.

— No iba a dejar que ese idiota te siguiera molestando, no suelo meterme en pleitos pero no podía dejar que molestaran a una mujer en mi guardia, y menos tú —dijo mirándola y se aclaró la garganta—, me refiero a que tú eres mi alumna y te conozco.

Algo en la cabeza de Harriet saltó al verlo ahí sentado con la camisa de esa manera y hablando tan tranquilamente, de repente el aire le faltó y los ojos le brillaron de más porque Robert la miró fijamente a los ojos en ese momento, el calor comen...

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Algo en la cabeza de Harriet saltó al verlo ahí sentado con la camisa de esa manera y hablando tan tranquilamente, de repente el aire le faltó y los ojos le brillaron de más porque Robert la miró fijamente a los ojos en ese momento, el calor comenzó a hacerse insoportable y ella sintió un nudo en la garganta tratando de deshacerse para poder decir cualquier cosa, Downey solo frunció el ceño y la llamó esperando una respuesta, pero ella estaba ocupada mirando sus manos y tratando de calmar el corazón que galopaba como un purasangre, estaba asustada, no sabía que pasaba, sabía que su profesor le parecía el hombre más caliente en ese momento pero eso no era todo lo que sentía y lo demás lo desconocía.

— ¿Darcy estás ahí? —preguntó Downey incorporándose en la silla, él se había dado cuenta como la chica lo había mirado en un momento y había sido devastador para él—, ¿señorita Darcy? —preguntó manteniendo la compostura, la chica levantó la mirada de sus manos y lo miró a los ojos haciendo que el hombre perdiera el aliento de un solo suspiro de impresión, Harry se levantó de la silla.

— Perdone profesor, acabo de recordar que tengo clase —dijo sonriendo tranquilamente y saliendo con velocidad de la oficina.

Robert se quedó ahí sentado tratando de recuperar la cordura, una mirada de la chica le había robado el pulso constante y la respiración tranquila, su pecho subía y bajaba como si hubiera corrido un maratón, le habían arrebatado el aliento con una mirada y jamás se había sentido tan vulnerable y desprotegido, pasó su mano por su cara dos veces antes de levantarse y tomar su portafolios para su siguiente.

— ¿Pero qué mier.. —dijo sin terminar la frase para después salir caminando como si nada hubiera sucedido.

Delgada Línea [Robert Downey Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora