—¿Necesitas que los deje nuevamente solos para que puedan hablar?
—No, no es necesario. Puedes quedarte con nosotros, preciosa.
—No pienso irme con ustedes. Como máximo, puedo permitir que lo vea de vez en cuando, pero vivir bajo el mismo techo no.
—Muy considerada y buena madre la doña.
—Espero que al menos con eso puedas cumplir, Lucia.
—Que conste que si hago esto es por Max, no por ustedes.
—Claro, solo por Max. Nos ha quedado bien claro eso. ¿Cierto, mi amor? — Masie me miró y asentí con la cabeza.
—Déjame a solas con mi mujer, Lucia.
—Permiso — pidió Lucia antes de alejarse.
—Cedido… —Masie se volteó hacia mí—. ¿Ya hablaste de lo que ibas a hablar con ella?
—Sí.
—Que bien. Supongo que ya podemos irnos, ¿no?
—¿Estás molesta? Por si acaso, no estaba tratando de hacer nada extraño con ella.
—¿Todavía te gusta la madre de tu hijo?
—Claro que no, solo quise dejarle las cosas claras.
—Entonces no tengo que estar molesta.
—Pero lo estás. ¿Realmente consideras que puede gustarme esa mujer?
—Ella estuvo primero, incluso tienen un hijo juntos.
—Y nosotros vamos a tener uno. Masie, lo que pasó entre Lucia y yo fue algo insignificante. Me sentía muy solo, además de que me recordaba a alguien del pasado.
—¿Noah?
—No menciones ese nombre. Esa ingrata quedó enterrada junto a mi hermano y todo mi pasado. Por otro lado, lo que hay entre nosotros dos es totalmente distinto. Me atrevo a decir que es mucho más fuerte de lo que sentí por alguno de mis pasados amores. De igual manera, quiero recalcar que no tengo ojos para nadie más, solamente para ti. Es eso precisamente lo que quería dejarle claro a Lucia.
—No me gusta como esa mujer te mira. Se nota a leguas que está enamorada de ti y que se muere por un beso tuyo. Bueno, posiblemente mucho más que eso.
—¿Así que estás admitiendo que estás celosa?
—¿Eso quieres oír? Pues sí, muero de celos. Tengo claro que no te gusta, pero es que detesto que actúe como si no rompiera un plato, cuando por dentro está deseando a mi hombre.
La miré fijamente por la manera en que frunció el ceño e hizo un gesto muy infantil y sonreí.
—¿Por qué miras así?
—Te ves muy linda cuando te enojas.
—Es que tú tampoco ayudas. ¿Cómo te pones a provocarla? No vuelvas a hacer eso ni con ella ni con nadie más, Caden. Si lo haces…
—¿Si lo hago?
—Haré lo mismo delante de ti para que veas lo feo que se siente.
—Inténtalo — rodeo su cuerpo, acercándolo al mío—. No me responsabilizo de lo que le pase a esa otra persona. Tú solo puedes ser mía— agarro con firmeza su trasero, presionándolo contra mí.
—¿Qué crees que haces? Estamos en la casa de tu hija.
—¿Qué culpa tengo de que te me antojes aquí y ahora? Algo me dice que estás celosa porque eres tú quien quiere un beso de lengua.
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PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]
HorrorLuego de haber pasado tanto en su niñez y en su desarrollo, Caden busca la manera de cambiar ciertos aspectos de su vida en un esfuerzo de unirse al resto de la sociedad. El ser humano posee innatamente el instinto de querer progresar y ser feliz en...