38

492 83 8
                                    

Recogimos todo en varias bolsas negras y limpiamos lo más que pudimos. Solo para retrasar o más bien desviar cualquier investigación que intenten llevar a cabo, guardamos algunas de sus pertenencias en una maleta. Trajimos ambos cuerpos a la fábrica para deshacernos de ellos junto a sus cosas. Era el único lugar para desaparecer todo y no dejar evidencia. Estábamos agotados y con mucho dolor. Fueron horas llenas de muchas emociones, angustia y adrenalina. Debíamos deshacernos del auto también, por lo que lo arrojamos al vacío, viendo desde lo alto como se hundía y desaparecía en el mar. Haberlo incendiado hubiera sido peor, por esto de que alguien hubiese podido encontrar la ubicación de la fábrica por el fuego o el humo. Regresamos a la fábrica y con el teléfono de una de las víctimas llamé a mi hija. Sabía que no debía arriesgarme a hacerlo, pero no teníamos cómo regresar. Ella se escuchaba alterada y preocupada, no tardó en aparecer con Kevin a buscarnos. 

—¡Papá! — me abrazó tan fuerte que me dolió hasta el alma—. ¿Qué te hicieron? ¿Quién hizo esto? 

—Tranquila, mi amor. Ya todo está bien. Papá se encargó de todo. 

—Perdón, papá — lágrimas brotaron de sus ojos y recosté mi frente sobre la suya—.  Perdóname por haberte dicho todo lo que te dije la última vez que nos vimos. Tuve mucho miedo de que la policía hubiera dado contigo y que luego no hubiera podido volver a verte de nuevo. 

—No, mi princesa. La policía jamás me va a encontrar, me encargaré de eso. 

—Mira cómo te han dejado. Kevin, atiende a mi papá según lleguemos a la casa. 

—Quiero que evalúe a Masie primero. Ella está más herida que yo. 

Emily miró a Masie y luego volvió a mirarme. 

—¿Quién les hizo esto, papá? ¿Esa mujer tuvo algo que ver con el culpable? 

—No importa, mi princesa. Como bien te dije, ya papá se encargó de ello. 

—Lucía nos contó que alguien entró a tu casa con malas intenciones y por eso huyó con el niño. Nos dijo que por la voz había sido un hombre. 

—¿Sabes algo de Lucía y de mi hijo?

—Sí, ellos llegaron directamente a la casa para decirnos lo que había ocurrido. Estuvimos angustiados porque no te habías comunicado y porque no podíamos llamar a la policía para que te buscaran. Pensé que te había perdido de nuevo. 

—Ya todo está bien. Estoy aquí contigo, mi niña preciosa. Estamos muy heridos y cansados, vayamos a la casa. 

Tan pronto llegamos a su casa, ahí estaba Lucía con Max. No se atrevió a acercarse, pero en su semblante se veía muy preocupada. Masie se fue con Kevin a examinar y yo me quedé con Emily y Lucía en la sala. 

—No quiero que mi hijo me vea en estas condiciones. 

—No me restregues en la cara que es tu hijo, papá. 

—Ya basta de esta pelea sin sentido, Emily. Max es tu hermano y debes hacerte de una vez la idea.  

Masie

Kevin ha mantenido silencio en todo momento mientras me examina y ha revolcado los nervios en mi estómago. Algunas veces luce como alguien confiable, pero en otras ocasiones no. No sé qué quiere escuchar en mi estómago, como para estar esculcando tanto. 

—¿Vas a recetarme algo para el dolor o tu mujer te dijo que no lo hicieras? 

—No seas ridícula. Déjame decirte que tienes mucha suerte. Luego de esa golpiza era para que estén muertos. Tal parece que tienes un ángel guardián. 

—Se te nota a leguas que querías que Caden y yo hubiéramos muerto, pero para tu desgracia no fue así y tampoco iba a permitir que eso ocurriera sin al menos luchar. 

—No hablo precisamente de ese hijo de puta. No comprendo cómo un cuerpo tan delgado y frágil pudo soportar tanto. Tienes un sinnúmero de hematomas en distintas partes de tu cuerpo. Sin contar lo que se nota a leguas con solo verte caminar o sentarte. Ahora dime, ¿quién abusó de ti? Para que haya ocurrido esto, debió ser alguien que te odiaba mucho; o mejor dicho, los odiaba mucho. 

—Considero que como doctor debe preocuparse más por aliviar y curar a sus pacientes, no a indagar sobre asuntos que no le incumben. 

—Si te soy rotundamente honesto, me da lo mismo lo que les suceda a los dos, pero considero que esta es una buena oportunidad que no deberías desperdiciar. 

—¿De qué estás hablando? 

—Ni a ti, ni mucho menos a mí nos conviene que Caden esté cerca de mi madre. Tienes la solución al alcance de tu mano para asegurarte de que se quede contigo y no te deje. 

—No entiendo nada. 

—Estás embarazada, Masie. ¿Ahora lo entiendes? Esta es tu oportunidad para alejar a Caden de mi madre y que él solo tenga ojos para ti. 

PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora