33

599 87 22
                                    

Logro percatarme de que el candado de la cadena está abierto junto con la llave. No tengo idea de dónde la sacó, pero significa que podré dejarlo amarrado mientras voy a la cocina a preparar comida. 

—¿Podrías traerme un cuchillo de la cocina, Masie?

—Claro — sube las escaleras y vuelvo a mirar a Caleb. 

Arrastro su cuerpo para llevarlo mucho más cerca a las cadenas y amarrarlo adecuadamente esta vez, pero en ambas piernas. Con las sogas que amarraban a Eliza, amarré sus manos hacia al frente, bien ajustadas para asegurarme de que no pueda volver a soltarse. Masie baja unos segundos después y ya con el cuchillo en mano, procedo a levantar el cuerpo de Eliza y recostarlo frente a él, donde pudiera ver detalladamente mientras cortaba un pedazo de su hombro, en dirección al brazo. Luego de todos esos golpes, ha estado callado, pero en su expresión puede notarse asqueado y adolorido. Mi hombro está ardiendo y parte de la camiseta está ensangrentada. Debo detener el sangrado luego. Subo a la cocina, mientras Masie viene detrás de mí.

—¿Estás bien, Caden? — sus brazos rodean mi cuerpo de espalda y siento sus manos cruzarse en mi pecho—. ¿Qué es lo que te ha pasado allá abajo? 

—¿De qué hablas? 

—Sabes muy bien de lo que hablo. Ambos odiamos a ese sujeto. Los dos tenemos razones de sobra para hacerle un sinnúmero de cosas, pero no me gustó la actitud y expresión que vi en ti. ¿Realmente estás bien? 

—Claro que estoy bien, pero aquí yo no soy quien importa — volteo para enfrentarla —. Tú estás intacta y estás aquí, ¿verdad? — acaricio su mejilla y confirmo que realmente no estoy soñando —. Eso es lo único que importa en este momento. 

—¿Por qué me echaste a un lado cuando despertaste? Escuché que gritaste mi nombre y el movimiento de la cama. ¿Acaso estabas teniendo una pesadilla? 

—Sí, algo así. Ve a la habitación y espera por mí allá. Luego de que prepare esto, le llevaré un poco a mi hermano. 

—¿Por qué me estás alejando de ti? ¿Qué es lo que sucede? 

—Quiero prevenir cualquier cosa. 

—¿Prevenir qué? Estamos juntos en esto, ¿lo olvidas? 

—No lo entenderías. 

—Por supuesto que lo entiendo. ¿Acaso no puedes superar lo que pasó? 

—¿Superar? — las palabras de mi hija se vuelven a cruzar por mi mente, obligándome a captar lo que posiblemente estaba sucediendo en este momento y un dolor de cabeza se hace presente—. Emily, ¿eres tú? Lo más probable aún estoy soñando, eso debe ser. Es la única explicación a esto. ¿Por qué sigues aquí? Se supone que había despertado, ¿cierto? — golpeo mi frente con la base del cuchillo.

—¿De qué estás hablando? No te golpees así, es peligroso.

—Es una de tus bromas, ¿cierto? Tú siempre has querido empañar mi felicidad y ahora estás en busca de engañarme para que vuelva a creer en esa pendejada que dijiste, pero déjame decirte varias cosas. Primero que nada, usando la apariencia de Masie es algo sucio, así que te ordeno a que no sigas haciéndolo. Segundo, Masie jamás me dejaría y tampoco voy a permitir que alguien me la arrebate de las manos. Casi la pierdo dos veces, pero no habrá una tercera. Ya habiendo dicho esto, se supone que ahora desaparezcas y despierte de nuevo, ¿por qué aún te estoy viendo? 

—Caden, ¿puedes explicarme de qué estás hablando? 

—Siempre has sido una necia y testaruda. No importa cuántas veces te diga que no hagas algo, siempre terminas haciéndolo y eso me hace enfadar, Emily. Incluso en los sueños eres igual, pequeña. ¿Qué se supone que haga contigo? — acerco el filo del cuchillo a su mejilla. 

—Me tienes confundida con tu actitud y tus palabras, Caden. ¿Por qué estás hablando de Emily y de mí? ¿En qué momento has hablado con ella? Además, ¿por qué piensas que estás soñando? Aleja ese cuchillo de mi rostro, por favor. Me estás poniendo nerviosa. 

—El que se pone nervioso es porque algo oculta. ¿Qué tengo que hacer para que salgas de mi cabeza y me hagas despertar para poder volver con mi Masie? 

—No sé lo que está pasando contigo, pero no estás bien ahora mismo. Primero que todo, baja el cuchillo y hablemos mejor. No te hace bien a ti, ni a mí tampoco el que estemos así. Tenemos que hablar sobre esto y calmarnos. 

—¿No me hace bien? — rio, viendo cómo ella misma se ha delatado —. Has sido descubierta, aún así no quieres aceptarlo y sigues pretendiendo ser mi mujer. Parece que he sido demasiado bueno contigo y por eso nunca me haces caso a lo que te digo, Emily. 

—Yo no soy… — la interrumpo. 

—Estoy cansado de tus juegos — la empujo contra la nevera y acerco el cuchillo a su cuello, mientras que sus manos se aferran a mi brazo. 

—Caden, despierta. Soy yo, Masie. ¿No te das cuenta? 

—Aún presionada sigues siendo una vil descarada para mentirme en la cara. Creo que es momento de que deje de ser tan bueno y le ponga fin a este juego sin sentido. 

PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora