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Por más tiempo que estuve rogándole que al menos se moviera, no ocurría nada. ¿Por qué siempre tiene que pasarme esto? 

—Masie, tú no puedes abandonarme también. Tú me dijiste que siempre ibas a estar conmigo. No puedes fallarme también y dejarme solo. ¿Tienes una idea de lo que duele verte ahora mismo, y no poder ni tocarte por estas cadenas de mierda? Por favor, contéstame o muévete. Dime que estás dormida, te lo pido. No me hagas esto. Háblame— froto mi mejilla en su cabeza, mientras lágrimas siguen brotando de mis ojos. 

¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Por qué la vida se empeña en quitarme todo lo que quiero? Siempre ha sido así. Desde pequeño he estado destinado a no tener nada, a estar solo, a presenciar la muerte de cada persona que entra en mí vida. ¿Cuál es el motivo de mi existencia en este miserable mundo? ¿Cuál es el propósito de seguir luchando por seguir en este mundo tan cruel, viviendo una vida tan miserable y vacía? Este dolor en el pecho, jamás había sido tan profundo. Es como si un sinnúmero de cuchillos hubieran atravesado mi pecho y hubieran estrujado mi corazón. Siempre pensé que era especial, pero nunca supe lo importante que verdaderamente es para mí, hasta ahora. He descubierto eso muy tarde. El amor que sentía por Noah y Suzy, es nada, comparado al que siento por Masie. Ahora puedo darme cuenta de que, no podría estar sin ella de ahora en adelante, de que ya no me queda nada y lo he perdido todo de nuevo, en un abrir y cerrar de ojos. Emily ya no me necesita y tiene alguien que podrá cuidarla por mí, así que he cumplido con el único propósito de mi regreso. Si no podré volver a verla, contemplar su dulce sonrisa, oír su voz, poder tenerla entre mis brazos, entonces no quiero seguir aquí. 

Le doy un beso en la cabeza y recuesto la mía sobre la suya. No la dejaré sola, iré con ella a donde quiera que vaya. Solo necesito esperar a que acaben con esto de una vez y pueda ir con ella, solo espero que pueda esperarme. 

Despierto al oír la voz de Caleb, pero en realidad, no sé cuánto tiempo ha transcurrido, solo sé que él estaba mirando el cuerpo de Masie.  

—¿Está muerta? Qué lástima, no pensé que sería tan débil y que iba a morir tan rápido. 

—¿Qué hacemos con ese cuerpo, mi amor? Si lo dejamos aquí, se va a descomponer y los vecinos pueden quejarse — cuestiona esa mujer.

—Hay que sacarlo de aquí.

—No se atrevan a tocarla— les advierto. 

—Está muerta. ¿Qué más da si se saca de aquí? No es como que vaya a poner resistencia o vaya a enojarse — ríe escandalosamente y rechino los dientes—. Oh, ahora que lo pienso, solo eres un animal que, tarde o temprano tendrá mucha hambre. Creo que no tendremos que deshacernos del cuerpo, tal vez él mismo se encargue de desaparecerlo en su estómago. Si es así, no nos veríamos nosotros incriminados. 

—¿Y podría ser capaz de comerse el cuerpo de su novia? 

—Un animal salvaje como él, sería capaz de llegar a todo. A menos que quiera morirse de hambre. No es como que tenga opciones, ¿cierto, Caden? — sonríe, y presiono mis puños. 

—Entonces ¿no vas a matarlo? Dijiste que no ibas a darle de comer. 

—Tengo una forma de deshacerme de ese cuerpo. Hay que buscar unas bolsas. Subamos su cuerpo y luego de cortarlo en trozos, lo llevamos al restaurante de su hija. Con la relación que se ve que tenían, lo más probable prepare algo exquisito al saber de quién es la carne, ¿cierto, Caden? 

Por lo que veo, sabe demasiado. Ha debido estar espiándome por bastante tiempo. No solo nosotros hemos estado en peligro, también he puesto a mi hija y mi nieta en esto. 

—Te ves pálido. No vayas a morirte todavía — arrastra por la pierna el cuerpo de Masie y forcejeo de nuevo con las cadenas, viendo lo brusco que lo hicieron, como si se tratara de una bolsa de basura. 

—¿Cómo te atreves a hacerle eso a mí mujer? 

—Está muerta, así que no tenemos que tener ningún tipo de cuidado. Tal parece que se ha muerto hace poco, aún no está frío o tieso. Tal vez pueda disfrutar un poco más con ella allá arriba. 

—¡Voy a matarte, hijo de puta!

—Tendrás que quedarte con las ganas. Ayúdame con esto — ambos se llevaron el cuerpo de Masie, y enterré las uñas en la tierra. 

No me puedo ir hasta hacerles pagar por lo que te hicieron, Masie. Esto no se quedará así. Debo encargarme de esos dos. Miro alrededor, pero no veo nada. Sin las llaves, no podré abrir el candado de las cadenas. Tendré que verificar si las tiene encima.

Al cabo de un rato, Caleb baja con una taza de agua caliente y me la arroja desde la distancia, tuve tiempo de girar el rostro, pero cayó en mi ropa, cuello y brazo. Arde y duele mucho, pero debo soportarlo. Miro mi brazo y está muy rojo, mi cuerpo no para de temblar por el ardor de la quemadura. 

—Debiste tomar del agua, pero la has desperdiciado. Supongo que no tendrás nada más hasta mañana. 

—Te pareces tanto a esa bruja. Fue tan satisfactorio ver cómo se desangró hasta morir. Hubieras visto su rostro, la expresión desesperante que tenía. Su cuello abierto y esa exquisita sangre esparciéndose por todas partes, fue lo más entretenido que haya presenciado. Su carne fue la más deliciosa y jugosa que alguna vez haya probado. Estoy seguro que la tuya será igual de deliciosa. 

Bajo la rabia de mi comentario, tira la taza al suelo y se acerca, hasta quedar cara a cara a mí y, con una mano me sujeta por el cuello de la camisa y la otra saca un cuchillo de su pantalón, acercándolo a mi barbilla. 

—Ya que te sientes de buen humor, ¿por qué no te hago gritar un poco? — el filo del cuchillo abrió una herida superficial en mi brazo derecho, pero no fue la gran cosa, ya que he estado acostumbrado a esto. 

—¿Eso es todo lo que tienes? 

Todo lo comprendí en ese momento que vi a Masie bajando las escaleras y una carcajada sale de lo más profundo de mi ser, no solo por ver que está viva, sino por el bate que estaba cargando en su mano y caminando con esa determinación que la caracteriza. 

—¿Y tú de qué te ríes, inmundo? — el cuchillo lo lleva de nuevo a mi barbilla. 

—Por lo imbécil que eres y por el poco tiempo que te queda, cabrón. ¿Por qué más podría reír? 

Masie levanta el bate y, sin pensarlo dos veces, le proporciona un golpe en la espalda, tan sólido que se escuchó el fuerte sonido. Como suelta el cuchillo, trato de que caiga entremedio de mis piernas, para así evitar que pueda volver a cogerlo y defenderse. 

—He regresado a pasar factura contigo — lo señala con el bate, mientras él se retuerce en el suelo—. Estoy duro, como para dejar las cosas a mitad— imita la voz de Caleb, moviendo el bate de un lado para otro—. ¿Por qué no nos muestras cuán apretadito lo tienes tú? — ríe descontroladamente, antes de voltearse hacia mí y sonreír—. ¿Qué te parece la idea, mi cielo? 

Esta faceta de ella la sigo encontrando igual de encantadora y atractiva que siempre. Muero por tenerla entre mis brazos, decirle cuánto la extrañé y lo importante que es para mí. 

PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora