Dicen que la venganza es dulce, y puedo confirmar que lo es; la disfruté cada maldito segundo. Mi hija y yo logramos vengarnos de la persona que tanto daño nos causó al arrebatarnos a Suzy. Estaba más que satisfecho con cada cosa que le hice, en especial con el dulce sabor de su carne. Aunque ese día regresé solo, no me quejo, al menos ya tengo que oír las charlas y ridículos consejos de esa doctora. Desde que Liam no está, me he estado quedando en su casa. No me parece buena idea dejar a mi hija y a ese tipo solos, pero no es como que tengas muchas opciones.
Había quedado con mi hija en vernos en su casa, deseaba preparar comida para mí y no pudo sentirme más feliz de que al fin podré probar de nuevo su comida, como solíamos hacer cuando era una niña. Mi hija sale a recibirme y me abraza fuertemente para luego entrar a la casa y llevarme hacia la cocina.
—¿Cómo está todo por aquí?
—Todo bien, papá. ¿Quieres un poco? Kevin rechazó este pedazo, así que lo dejé aparte para que pudieras comerlo tu— me extiende un pedazo de carne y me deleito con su sabor.
—Es deliciosa, mi niña— acaricio su cabeza—. Eres igual a tu madre. Ambas cocinan riquísimo.
Kevin se levanta del sofá y se acerca a nosotros.
—Te ayudaré, Emily— se ofrece.
—¿Ya tan pronto te has arrepentido, muchacho?
—Déjalo, papá. Veamos si aprende a hacer algo bien. Espérame en la sala.
Hice lo que mi hija me pide y espero pacientemente, hasta que tocan la puerta y me veo en la obligación de mirar por el agujero. Una mujer muy hermosa estaba frente a la puerta, no sé si se había equivocado de casa o algo. Mi hija fue quien decide abrir y ambas se dan un abrazo, confirmando que las dos se conocen.
—Buenas.
—¿Mamá? — Kevin se acerca a la mujer, en su expresión pude notar que algo debía estar ocurriendo —. ¿De qué se trata todo esto, Emily?
—Bienvenida, Sra. Lucía. Le presento a Caden, un amigo nuestro— en la forma que mi hija me presenta, asumo que debía seguirle la corriente.
—Mucho gusto, Sra. Lucía— le extiendo la mano para saludarla, pero su linda sonrisa me resulta muy familiar.
—El placer es todo mío— abre la bolsa que traía consigo y le extiende un jugo de manzana a Kevin, y fue cuando todo cobra sentido para mí—. Te traje un jugo de manzana, sé que es tu preferido. Mis compañeras te enviaron saludos y un regalo por tu cumpleaños, que es en unos días. Hace mucho no pasas a saludarlas al hospital. Deberías acompañarme otro día.
Por instinto le agarro la mano al reconocerla y al entender el por qué sentía que su sonrisa me era tan familiar.
—¿Noah?
«Te traje un jugo de manzana, no sé si te guste, pero puedo ir a cambiarlo si quieres, Caden»
Ese día ella tenía la sonrisa más deslumbrante que haya visto alguna vez. Curó mis heridas y me mostró esa parte tan dulce y servicial de ella. Esa faceta que me mostró, aunque al final haya sido mentira, fue lo más que amaba de Noah. ¿Por qué todo tuvo que terminar tan mal? ¿Por qué tengo que reencontrarme con ella ahora? Quería tener una mejor vida y escapar de su recuerdo, y otra vez vuelve a aparecer para desorganizarlo todo. Creí que la había olvidado, pero me equivoqué. Todo lo que siento por ella sigue intacto. Me mira con esa misma expresión confusa y bajo la mirada. Olvidaba que siempre que aparece, ella no me recuerda. Tal vez haya alguna forma de arreglar lo nuestro de una manera más civilizada. No hay forma de que la deje escapar esta vez. Debo guardar la calma, no quiero terminar igual. Además de que mi hija no sabe quién es ella.
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PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]
HorrorLuego de haber pasado tanto en su niñez y en su desarrollo, Caden busca la manera de cambiar ciertos aspectos de su vida en un esfuerzo de unirse al resto de la sociedad. El ser humano posee innatamente el instinto de querer progresar y ser feliz en...