PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]

35

No puedo creer la reacción tan potente e inmediata que me causa su cuerpo, es como si pudiera controlarme.

—No puedo negarlo. Eres un genio — tiro el cuchillo al lavaplatos y levanto su liviano cuerpo, colocándolo en la encimera—. ¿No te dolerá hacerlo?

Desgarra el borde de la ropa interior, quedándose completamente desnuda y abre sus labios con dos de sus dedos, permitiendo que vea lo húmeda que se encuentra.

—¿Te parece que ella dará una queja al respecto? — desliza suavemente su dedo entre medio y luego lo chupa—. ¿Has oído eso? Ha dicho que quiere ser empalada por ti, Caden — soltó una risita traviesa y halé su cuerpo al borde.

—Que se joda todo entonces — bajo el boxer y la empalo enseguida, presionándola por la cintura contra mí.

Sus piernas me atrapan por completo, cruzándolas a mi espalda y sus manos descansan en mis hombros. Proporciono besos de lengua en su pecho, ascendiendo ligeramente a su cuello y marcando su piel.  Su vagina se siente tan caliente, tan apretada, tan húmeda, que no puedo y no quiero detenerme. Oír sus gemidos me ponen a tope. Sus senos se mueven a la misma velocidad de mis fuertes embestidas. No existe mejor cuerpo que el de ella.

Me adueño de sus pezones, los cuales se han endurecido al sentir mi lengua jugar alrededor de ellos y mi boca succionarlos. He sentido cómo su interior se contrae, apretando y palpitando alrededor de mi pene. Cada vez que hace eso, me vuelve loco y ella lo sabe. Viendo la forma en que muerde sus labios, tan ardientemente e incitándome a probarlos, no pierdo ni un mínimo instante para comer de su boca, en deleitarme con su dulce y adictiva saliva. Nuestras lenguas se enredan y disfrutamos de esas fabulosas mordidas y suaves succiones que tanto nos excitan.

Hago que ponga una pierna en el suelo y coloque su cuerpo de lado, mientras levanto la otra, colocándola sobre mi antebrazo y vuelvo a cavar de lleno, sumergiéndome plenamente en sus profundidades. Sus fluidos humedecen su entrepierna; y adoro ver ese brillo en ella. Masajeo delicadamente su clítoris y vuelve a morder sus labios. Los temblores se veían reflejados más en sus piernas.

—Dame más, Caden — pide entre constantes gemidos.

Tiendo la mitad de su cuerpo boca abajo en la encimera y con mi pierna abro un poco las suyas, volviendo a llenarla de golpe. La agarro por ambos lados de la cintura, escuchando como sus gemidos se agudizaron tras sentir los movimientos circulares que le ha dado seguido a las profundas estocadas. El sonido que produce el choque de su trasero contra mí, es jodidamente envolvente y excitante, pero no más que ver la manera en que me conecto con ella y recibe mi pene con tanto gusto.

—Mírame — llevo sus brazos a la espalda y los presiono, mientras ella hace lo que le pido.

Esa expresión y profunda mirada que hace al estar en un profundo éxtasis, me hace vibrar y desear quebrarla.

—Eres perfecta, Masie — acelero mis embestidas, sintiendo que en cualquier segundo explotaría—. Acepta todo de mí, como siempre lo haces.

—Te amo, Caden— esa palabra en ese sublime momento, fue el detonante de que estallara sin remedio en su interior y mi cuerpo temblara sin control.

¿Cómo es posible que una simple palabra como esa, sea capaz de provocar tanto?

Salgo de su interior y mi semen gotea de su vagina al suelo. Es una linda vista. No logro reponerme, cuando sus brazos rodean mi cuello y ríe traviesa.

—¿Por qué estás tan rojo? ¿Tienes una idea de lo dulce y tierno que te ves cuando te pones así?

—No me pasa nada.

Su mano se adentra a su entrepierna y muestra sus dedos llenos de mí, para luego llevarlos a su boca.

—Esto es prueba suficiente como para saber cuán emocionado te has puesto al oírme decirlo.

—Hay que limpiar esto.

—Espero te hagas cargo luego de haber hecho esto. No es la primera vez que lo haces y escogiste el momento menos oportuno.

—¿De qué hablas?

—De una pequeña versión de ti, de eso hablo.

—¿Y qué hay con eso?

—¿Acaso esas fueron tus intenciones?

—Dijiste que aceptarías todo de mí, ¿no es así? ¿Ya te estás arrepintiendo?

Me mira sorprendida por unos instantes y agita la cabeza.

—No lo dije, pero por supuesto que acepto todo lo que venga de ti. Incluso si se trata de una pequeña versión de ti — sonríe, acariciando su vientre y me puso nervioso.

¿Qué está pasando conmigo?