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La última persona en el mundo que hubiera querido que supiera, es la primera que se entera. Necesito vigilar cualquier movimiento extraño que haga. En su expresión se nota que no está para nada contenta con la noticia. 

—¿Necesitabas hablar conmigo, Emily? ¿Necesitas algo? 

—No tienes que poner cara de mosquita muerta. Sé muy bien que todo esto lo haces para atrapar a mi papá. Quién sabe si ese bebé que estás esperando no sea de él. 

—Eso es lo que tú misma quieres hacerte creer, ¿no es así? 

—Tengo suficiente con la Lucía cualquiera esa, como para añadir otro hermano más a la lista. 

—Ahí estás sacando tu verdadera cara, Emily. 

—¿Qué está pasando aquí? — Lucía entró a la cocina y guardé silencio. 

—Éramos muchas ya, pero tuvo que aparecer la zorra mayor — dejó escapar Emily, con notable sarcasmo.

—Cada día confirmas más mis sospechas, Emily. Eres tan egoísta que crees que solo tú mereces ser feliz, rehacer tu vida y tener una familia, pero te equivocas. Caden también está en todo su derecho de hacerlo. Él ha pasado mucho más de lo que pasaste tú. Ya es tiempo de que él sea feliz, de que sea libre de todo esto y pueda superar todo lo que vivió en el pasado. Tú cómo hija deberías alegrarte de que él ahora es feliz, de que puede sentir y recibir amor. Caden tiene quien lo ama y que solo quiere lo mejor para él, pero me parece que ese alguien, no eres tú. Es como si fueras su enemiga y no su hija. 

—Porque quiero lo mejor para él, es por eso que pienso sacarte de su vida. ¿Qué puede brindarle una mujer como tú? Tú lo has hecho cambiar conmigo, lo has puesto en mi contra. 

—No te equivoques. Tú misma has sido la culpable de que Caden te trate como lo hace. Él ha querido que entiendas su posición, las ganas que tiene de superarse, de ser mejor, de cambiar su vida, de ser feliz, pero tú solo has querido que viva infeliz, atado a ti, a tu restaurante y a esa mala vida que llevas. 

—Ni tu, ni esta zorra merecen a mi papá. 

—¿Y tú sí?—arqueé una ceja y tragó saliva—. ¿Crees que no me doy cuenta de lo que sientes o piensas, Emily? Ese amor y celos enfermizos que sientes por tu padre, no son el de una hija. Dinos la verdad, ¿mis sospechas son ciertas? ¿Es cierto que ves a Caden como hombre y no como tú padre? Eso justificaría perfectamente el que solo lo quieras para ti y a nosotras nos veas como tus rivales. 

Su rostro se puso pálido, pero no dijo una sola palabra. 

—Ahora entiendo todo. Por esa misma razón usabas el pretexto de tu madre y los recuerdos. No querías que él se diera cuenta de que eres una arpía. A decir verdad, dudo mucho que la muerte de tu madre te haya afectado como quieres hacer ver, más bien me parece que lo viste como una carga menos. 

—¡Cállate, perra! 

—¿Es eso cierto, Emily? — Lucía se tapó la boca. 

—¿Por qué tan nerviosa? Sentirte descubierta no debe sentirse bien, ¿verdad? Si antes me dabas asco, ahora me produces más. Ahora entiendo el porqué lo seguías a todas partes, el porqué intentabas manipularlo a tu conveniencia, el porqué lo mirabas de esa manera tan sucia y buscabas meterte hasta por sus ojos. ¿Qué se siente ser tan repugnante como para desear a tu propio padre? Dime, ¿es en él en quien piensas cuando haces el amor con tu marido? Eres la menos indicada para decirnos que no merecemos a tu padre, porque déjame decirte que tú siendo su hija, eres la menos que lo merece. 

—¡Son calumnias! — ha dejado ver claramente sus emociones, incluso sus manos están temblando—. Solamente dices y haces esto para poner a mi papá en mi contra, porque no soportas la idea de que soy mucho más importante para él de lo que lo eres tú y quieres crear conflictos entre nosotros. Soy su hija, su sangre, su apoyo, soy la única por la que se desvive. Mi papá solo debe tener ojos para mí. 

—Estás enferma, Emily. Aunque te duela aceptarlo, para Caden solo eres su hija y jamás podrá verte como algo más. 

PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora