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Ella no puso resistencia, a pesar de al principio haber estado llorando tanto. Me permitió adueñarme por completo de su cuerpo y descargar estas ganas que estaba sintiendo por dentro.

—Tenemos que limpiar este desastre, doctora. Sería muy malo para ti que descubran el cuerpo de tu esposo aquí. Ayúdame a desaparecerlo.

—Pero ¿Qué haremos?

—Preparar un delicioso platillo juntos, doctora. Tengo mucha hambre, pero la carne cruda solamente, no me quitará el hambre. Hace mucho tiempo no me alimento adecuadamente, y ya que tenemos tanta carne, no se puede desperdiciar. Además de que será más fácil desaparecerlo así. ¿Me ayudará a cocinar? — luego de unos instantes en silencio, asiente brevemente con la cabeza.

—Te ayudaré, Caden.

Esa noche abandonamos la casa y dejamos todo limpio e impecable. Tenía en mente visitar mi antigua casa con tal de buscar a mi hija. No sé si permanezca allí, pero no pierdo nada dándome una vuelta. La doctora me trajo a vivir con ella a una casa a las afueras de la ciudad, es cómoda, pero muy extravagante para mi gusto.

—Esa casa es lo único que me queda de mi Suzy. Es lo más cercano que podré estar de ella y de mi hija. Tienes que ayudarme a encontrar a mi princesa, doctora. Yo necesito encontrarla y traerla conmigo.

—Es arriesgado, Caden.

—Tu actitud me está haciendo enfadar— me acerco a ella y retrocede —. Ni tú ni nadie puede impedirme que busque a mi hija.

—Yo no quiero impedirlo, lo que quiero impedir es de que vayas a tu antigua casa. No hay nada que buscar allí. Ese será el primer lugar en que la policía irá a buscarte.

—Me llevarás y no se discute— la miro molesto y baja la cabeza. Ha estado negándose, y estoy seguro que la razón es porque no quiere que encuentre a mi hija, pero no importa lo que ella diga, la encontraré.

—Está bien.

Al día siguiente, durante la noche fuimos hacia la casa y me percato de que había luces encendidas, asumo que ella debía estar dentro. Las ganas de verla eran más que el temor a ser encontrado. Liam deja el auto estacionado en la otra calle y entramos por el patio trasero, para mí sorpresa, la ventana de la cocina estaba abierta y por ahí logramos tener acceso. Escucho la voz de un hombre y agarro el primer cuchillo que encuentro en la cocina. Estaba atento, pensé que podía ser un policía y por eso me asomo para asegurarme, pero lo que veo no me agrada para nada. Había un desconocido abrazando a mi hija y eso me causó un sabor amargo. Me acerco a ellos y levanto el cuchillo, cuando ella lo empuja evitando que pueda atacarlo.

—¡Papá! — grita metiéndose en medio—. No le hagas nada él. Todo está bien.

Ella ya no era una niña, su estatura era un poco más baja a la mía. De rostro lucía prácticamente igual a Suzy. Cuánto quisiera que estuviera aquí para ver en la mujer que se ha convertido nuestra princesa. Una especie de tristeza invade mi pecho, tal vez se trataba de la emoción al verla de nuevo. Lágrimas descienden por mis mejillas al tenerla tan de cerca y ella estaba de la misma manera. La felicidad y la emoción me embauca por completo, a tal grado, de dejar caer el cuchillo y abrazarla contra mi pecho.

—Papá, ¿estás bien?

—Mi princesa— recuesto mi cabeza sobre la de ella—. Mi niña— escuchar su llanto no me ayuda a calmarme.

Estuvimos así por un largo tiempo, hasta que retrocede y se percata de la presencia de Liam.

—¿Quién es ella, papá?

—Es la doctora que me ayudó a escapar de donde estaba.

—Vamos a otra parte, papá— mira a ese hombre, quien estaba asustado en una esquina—. Quédate aquí, Kevin. Luego te explico lo que sucede.

PARTE CUATRO: Caden III [✓] [PRONTO SERÁ RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora