Isco Alarcon siempre ha deseado formar una familia como la que tienen el resto de sus amigos. Desengañado por su última relación se promete a si mismo que la próxima persona que pase por su vida, será la definitiva, la futura madre de sus hijos.
An...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Finales de abril
No me gusta decir eso de que hoy es uno de los días más felices de mi vida, porque tengo muchos días felices y muchos de ellos lo son desde que conocí a Andrea. Ella es la que ha traído la felicidad a mi vida. Me abraza y me da un beso en la mejilla.
- ¿Eres feliz? –me pregunta abrazándome
- Mucho, muchísimo. Es que no te puedes imaginar cuanto –miro el papel que tengo en las manos y después miro a mi mujer- es que ya si puedo decir con total tranquilidad que Erica es mi hija.
- Me alegro mucho cariño. Francisco, ¿sabes que te quiero? –Andrea me mira con sus ojos brillantes. Ladea su cabeza para mirarme fijamente. Acaricio su mejilla y la beso.
- Y yo te amo con locura Andrea. Eres el amor de mi vida
La agarro de la cintura y la beso con ganas. Sus labios son adictivos. Son dulces y sabrosos, están hechos para que yo los bese. Sus manos se pierden en mi pelo.
- O sea, de verdad, los niños se hacen en casa –dice Marcos entrando por la puerta- no sé como decíroslo
- Y yo te he dicho ya ochenta veces que yo con mi mujer hago lo que me sale de los huevos, pesaico –le respondo riéndome. Marcos se acerca a mí y me separo de Andrea para abrazarnos
- Venga –dice Marcos- que están todos esperando
Cojo la mano de Andrea y se la beso. Hace una hora inscribimos a Erica en el registro civil con sus nuevos apellidos, Alarcon Martín. Y no puedo estar más feliz. Hemos reunido a toda la familia en un restaurante para celebrarlo, además, coincide también que hoy es mi cumpleaños, así que el día es perfecto. Nos dirigimos al salón que hemos reservado y nos damos de bruces con la última persona que quiero ver hoy, Sara. Ella nos mira de arriba a abajo y sonríe irónica.
- Vaya - dice ella mirándonos asqueada- que sorpresa encontraros aquí...
- Sara - le digo serio mientras aprieto la mano de Andrea
- Enhorabuena, ya me he enterado que os habéis casado, pero no me extraña nada sobre todo de ti Andrea, siempre estuviste acechando a mi novio y mira, al final lo has conseguido...
- Ay Sara - dice Andrea muy tranquila - ni yo lo estaba acechando ni ya es tu novio... así que déjalo ya, que hoy ni tú me estropeas el día...
- ¿A ti también te ha dicho que eres la mujer de su vida?
- Sara bonita, no hace falta que me lo diga, yo sé que soy la mujer de su vida
Miro a mi mujer y sonrío. Me encanta cuando defiende lo suyo. Andrea empieza a andar hacia el salón y yo la paro. Le tengo unas ganas a esta.
- ¿Sabes Sara? -le digo- me arrepiento de no haberte dejado en el mismo minuto que conocí a Andrea, porque estuve perdiendo un tiempo contigo que le podía haber dedicado a ella... y mira, en eso tienes razón, al final ella, me ha conseguido...
