Isco Alarcon siempre ha deseado formar una familia como la que tienen el resto de sus amigos. Desengañado por su última relación se promete a si mismo que la próxima persona que pase por su vida, será la definitiva, la futura madre de sus hijos.
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Menos mal que Erica duerme en otra habitación, porque estoy algo achispada. Y menos mal que Shaila duerme enfrente. Por si acaso, me dijo ella cuando nos fuimos. Creo que me he bebido 4 o 5 copas. La salida ha sido una mierda porque nos hemos dedicado a beber y a echar de menos a nuestros chicos, si, yo también. Si hasta he llorado un poco. Porque lo echo mucho de menos, y porque verlo me ha revuelto el cuerpo por dentro. Anhelo sus besos, sus caricias, sus manos en mi piel. Así que nos hemos venido rápido, aunque yo soy la única que duerme sola esta noche. Erica está frita en el cuarto de los niños.
Ya me he lavado los dientes y me he quitado el vestido. Me siento en la cama para quitarme los zapatos. Estoy un poquito mareada, pero no tanto como para saber lo que hago. Me echo hacia atrás y miro el techo pensando en lo que voy a hacer cuando vuelva a Madrid. Estoy pensando en alquilar algo para Erica y para mi. Aunque no sé lo que hacer. No quiero estar sola. Y echo mucho de menos a Isco. Estoy planteándome seriamente volver al comedor y arrastrarlo hacia aquí conmigo. Y aprovecharme de su cuerpo. Joder, me tiene demasiado caliente. La culpa es de tanta conversación que hemos tenido de sexo las chicas y yo.
La puerta de la habitación se abre y entra Isco cerrando la puerta detrás de él. Me incorporo de un salto y lo miro. Dios, la camiseta se le pega al cuerpo y se le marcan los músculos. Yo ya estoy que babeo. Es que no se puede estar más bueno.
- ¿Qué haces aquí? - le pregunto tragando fuerte porque estoy a punto de rendirme a él
- Se acabó Andrea - Isco tira de su camiseta y veo como se la quita a cámara lenta. Joder, creo que acabo de tener un orgasmo. Sus abdominales están muy marcadas porque el puñetero tiene un cuerpo de infarto
- ¿Qué estás haciendo? - le vuelvo a preguntar nerviosa y con un deseo que me recorre todo el cuerpo
- No es evidente - me dice acercándose a mi. Pone sus brazos a ambos lados de mi cuerpo- voy a follarte Andrea
- ¿Qué? - le digo sorprendida mientras el deseo se instala en mi vientre. Creo que me estoy mojando
- Lo lo que has oído. Ya estoy harto Andrea - me dice relamiéndose los labios. Cada vez está más encima de mi. Siento su aliento muy cerca- te quiero, ¿me oyes? Te quiero como no he querido a nadie en mi vida y si tú no me quieres dímelo ahora mismo porque me daré la vuelta y te prometo que te dejaré en paz...porque esa es la única manera que tendrás para que me aleje de ti para siempre...
Lo miro y las lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas. Acaba de decir que me quiere. Sin titubeos, sin rodeos.
- Mira, preciosa, sé que ahora mismo estas confusa pero la única manera que tengo de demostrarte lo mucho que te amo es haciéndote el amor...
Trago saliva y lo miro. Mi cuerpo grita por él. Lo deseo, lo deseo dentro de mi. Ahora y siempre.
- Has dicho que ibas a follarme - le digo mordiendome los labios
