Isco Alarcon siempre ha deseado formar una familia como la que tienen el resto de sus amigos. Desengañado por su última relación se promete a si mismo que la próxima persona que pase por su vida, será la definitiva, la futura madre de sus hijos.
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Que bien sienta una ducha después de sentirse como una mierda. He pasado los peores días de mi vida, peor incluso que cuando Borja me echo de su casa. Me he sentido vacía, inútil, gorda...no sé de todo. Había leído sobre las depresiones post-parto y realmente son bastante graves. No quiere decir que me haya curado en 2 segundos, pero por lo menos ahora mismo, me siento de otra manera. Y todo gracias a él. Siempre tiene que ser él el que me salve. Dios, tengo tantas cosas que agradecerle a Isco que me va a faltar vida para hacerlo. Siempre está ahí cuando más lo necesito, y ha hecho que mis ojos vayan abriéndose poco a poco. Sé que va a ser difícil, pero lo voy a intentar con todas mis ganas, por mí y por mi hija. Seco mi pelo con el secador y después de vestirme con algo cómodo para pasear, salgo de este cuarto que ha sido mi prisión privada los últimos días.
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Camino hasta el comedor y abro la puerta. Mi niña ya se ha despertado. La tiene Maya en los brazos. Mi prima me mira y sonríe. Es que es más buena. A mi se me empiezan a escapar las lágrimas.
- Mira Erica, mira que guapa está mamá –me dice Maya acercándose con mi niña. La miro y no puedo evitar emocionarme. Ella me la da para que la coja. Con mucho cuidado la acerco a mi pecho aspirando su dulce aroma a bebe.
- Hola amor mío –le digo besándola y llorando desconsolada- lo siento, lo siento mucho mi amor, siento haberte abandonado, lo siento. Te prometo que no lo voy a hacer más mi vida, te lo prometo.
- ¡No llores Andrea! –me dice mi prima abrazándome- ya paso cariño, ya paso. Tienes derecho a sentirte mal, lo tienes, eres madre no una súper-heroína
- Lo siento mucho Maya –le digo llorando en su cuello- lo siento, me he portado tan mal, he sido tan mala persona...
- ¡Ni se te ocurra decir eso! ¿me oyes? La depresión es una enfermedad, y tú la estás pasando ¿vale? Así que no pidas perdón por estarlo...te queremos mucho Andrea y te vamos a ayudar entre todos...
- Gracias –le digo llorando. Me separo de ella y voy hacia Marcos- lo siento mucho Marcos, perdóname por haber estado así con vosotros...
- Andrea –me dice él cogiendo mi cara con sus manos- no hay nada que perdonar cariño, te queremos mucho, mucho, a ti y a la niña. Vamos a estar aquí siempre, somos familia, nunca lo olvides...
