Isco Alarcon siempre ha deseado formar una familia como la que tienen el resto de sus amigos. Desengañado por su última relación se promete a si mismo que la próxima persona que pase por su vida, será la definitiva, la futura madre de sus hijos.
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De pequeña me encantaba venir a Puerto Marina y ver los barcos atracados en los muelles. Me quedaba absorta mirando los edificios y sobre todo la estatua de Neptuno. Sentía envidia pensando en la clase de gente que viviría aquí, con esos cochazos y esos pisos de lujo. Y ahora estoy aquí en uno de ellos. Un ático. Un increíble ático es lo que tiene Isco en Benalmádena. 3 dormitorios, salón con cocina americana, 2 baños y una terraza. Estoy asomada en ella y lo estoy flipando.
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Se ven los barcos, el mar y todo el puerto. Es una puta pasada. Isco llega por detrás y me abraza. Pone su cabeza en mi hombro y me besa en la mejilla. Le acaricio su cara y él me sonríe.
- ¿Te gusta? - me pregunta con timidez
- Me encanta. Es precioso. De pequeña soñaba que algún día viviría aquí en el puerto
- Los sueños a veces se cumplen preciosa - Isco me da la vuelta y me besa recostada en la baranda. Pongo mis manos en su cuello y dejo que su lengua recorra mis labios. Me encanta besarlo. Nunca me canso de hacerlo. Sus labios son deliciosos
Una risa nos interrumpe. Nos damos la vuelta y Erica nos mira sonriente desde su carro. Isco se acerca a ella y la saca de ahí. Mi niña está tan guapa con su vestido marinero.
- ¿Y tú de que te ríes vida mía? - le pregunta Isco- ¿Te gusta como le doy besos a mamá?
- Papa - le dice Erica haciendo que la cara de Isco se ilumine
- Venga, vamos a darle otro beso a mamá
Isco me da un beso en los labios y Erica se ríe a carcajadas. Lo abrazo y suspiro. Me encantan estos momentos. Hemos llegado a Benalmádena esta mañana. No puedo negar que estoy nerviosa. Pero tengo a Isco a mi lado y sé que todo va a ir bien. Hemos quedado para comer con sus padres y su hermano. La verdad es que tengo muchas ganas de verlos, porque aunque sólo nos hayamos visto 2 veces, me han tratado muy bien y me he sentido muy a gusto con ellos. Y que decir tiene que a Erica la adoran. Su madre preparó el piso para cuando viniéramos e incluso le han comprado una cuna y un parque a Erica. Es increíble la suerte que tengo con Isco, y no es por lo material, es por como se desvive por mi.
