Isco Alarcon siempre ha deseado formar una familia como la que tienen el resto de sus amigos. Desengañado por su última relación se promete a si mismo que la próxima persona que pase por su vida, será la definitiva, la futura madre de sus hijos.
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Esta tarde estoy aburrido, muy aburrido. Estoy cansado hasta de jugar al Fifa. Y mira que a mi no suele cansarme mucho. Así que cojo las llaves y la cazadora y salgo de casa. Ya casi se está haciendo de noche y los últimos niños están empezando a irse a casa. Y ya hace frío. Camino sin rumbo fijo, aunque sé donde quiero llegar. Me conozco este camino de memoria. Voy a casa de Marcos. Quiero ver a mi pequeña, y también a Andrea. Ya han pasado 2 semanas desde que paso lo de su novio, y aunque la he visto brevemente, no hemos podido hablar mucho porque estos días los ritmos de partidos han sido infernales. Partidos de liga y de Champions, y por lo menos vamos ganando, que es lo importante. El mes que viene nos vamos a Dubai a jugar el Mundial de Clubes así que por eso estamos acelerando con los entrenamientos y partidos. Y me viene viene todo este ritmo, así me distraigo y no pienso en otras cosas.
Llego a casa de Marcos y Maya, y llamo al portero. Es Andrea quien contesta a los pocos segundos, me abre la puerta y entro. Voy a subir las escaleras y la veo esperándome. Intento que no se me note que la estoy mirando porqué está guapísima. Ella me mira y sonríe. Cuando llego arriba me da 2 besos en las mejillas y entro. Hace 1 semana que está de baja maternal y hace 1 semana que ha puesto a mi padre a dieta y por lo que cuenta mi madre, se lo está tomando muy en serio. Al final todo esto va a salir mejor de lo que esperaba.
- Hola guapa –le digo quedándome un momento mirándola a los ojos. Su vientre está cada vez más hinchado- ¿cómo estás?
- Bien, muy bien, de verdad -me dice mirándome con sus preciosos ojos marrones. Cuando la he besado me he dado cuenta de que su pelo huele a fresa. Tiene que ser el champú o la colonia que se pone porque siempre me huele a fresa.
- ¿Si?
- Si, en serio. ¿Y tú?
- Aburrido. Estaba en casa y decidí venir a ver Tamara –me quito la chaqueta y la dejo en la percha de la entrada
- Pues no están, han ido a casa de los padres de Marcos, creo que hoy es el cumpleaños de su padre...
- ¿Y tú porqué no has ido?
- No me apetecía, la verdad, es que no sé...pero como que hoy no me encuentro bien...llevo todo el día rara... -me dice mientras me lleva a la cocina-¿te apetece beber algo?
- Vale, agua por favor
- Bien –Andrea se da la vuelta y se pone de puntillas para coger un vaso del mueble, por desgracia su barriga se lo impide y suspira frustrada.
- Anda, ya lo cojo yo –le digo poniéndome detrás de ella.
Andrea va a apartarse y se choca conmigo. Pone sus manos en mi pecho y las deja ahí un momento. Yo respiro alterado. Me encanta que me toque. Puedo sentir sus calientes manos a través de mi camiseta. Ella alza sus ojos y me mira. Se muerde los labios nerviosa. Tiene unos labios muy tentadores, bastante gruesos. Son una invitación demasiado provocativa para besarlos. De pronto una mueca de dolor le cambia la cara.
