Isco Alarcon siempre ha deseado formar una familia como la que tienen el resto de sus amigos. Desengañado por su última relación se promete a si mismo que la próxima persona que pase por su vida, será la definitiva, la futura madre de sus hijos.
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He dormido fatal. La niña no para de moverse y ya me duele todo el cuerpo, es que no puedo más. No sé ya ni como ponerme. Boca arriba es la única opción. Tengo que tranquilizarme, todo esto que me está pasando no es bueno para ella, puede afectarle, y es lo último que querría. Miro al techo y suspiro. Por la mañana se ven las cosas de otra manera y si he de ser sincera, siento hasta alivio de todo esto. Hace tiempo que Borja y yo no estábamos bien, y ya no sentía lo mismo por él. Más bien, no sentía nada ya. Lo que me jode es lo que me ha hecho, como me ha tratado y como ha pasado de nuestra hija. Pero mejor ahora que luego. La verdad es que no quiero a mi lado alguien que si me trata a mi así, como tratará a su futuro hijo. Estaremos bien las dos y sé que no estoy sola. Nunca lo estaremos mi niña y yo.
Anoche me acosté a las tantas hablando con Marcos y con mi prima. Ellos me tranquilizaron mucho y me han repetido mil veces que en lo único que tengo que pensar ahora es en el bebé. Pero no puedo evitar sentirme inútil y pensar que ahora mismo no tengo nada que ofrecerle a mi hija, no puedo aprovecharme de mi prima y de Marcos, por muy futbolista del Real Madrid que sea. Acaricio mi barriga y lucho por no llorar. Llaman a la puerta. Me incorporo despacio.
- Entra - digo, será Maya o Marcos
- Buenos días guapa - dice mi prima entrando. Se acerca a mi y me abraza- ¿Cómo has dormido?
- Fatal
- Lo raro era que hubieras dormido bien...
- Supongo - contesto resignada- me duele la cabeza de tanto llorar y de darle vueltas a las cosas...
- Mira, lo que tenga que ser que sea... centrémonos en lo importante y punto - me dice acariciando mi barriga. Yo le sonrío. Hace poco estábamos al revés. Yo acariciando su tripa de embarazada. Y mira por donde su pequeña Tamara ya tiene 5 meses y medio - y venga, a desayunar, que además Isco quiere hablar contigo...
- ¿Isco? - le pregunto nerviosa- ¿y que quiere?
- Ni idea, está en la cocina esperándote.
Joder. Isco. Anoche también pensé en él. En lo amable y preocupado que estaba por mi. En como me abrazó y me consoló. Y en lo atractivo que es. No lo veía desde la boda de mi prima. Está mucho más bueno y más fuerte. Cuando lo abracé lo noté. Sus brazos están más musculados y se le nota. Si esto fuera una novela erótica diría que es caliente. Porque lo es. Isco es una tentación andante. Doy fe de ello. Porque cada vez que lo veo mi cuerpo se agita nervioso.
Maya sale del dormitorio. Me levanto y entro al baño. Después de hacer mis necesidades, me miro al espejo. Tengo los ojos hinchados y con ojeras. Tengo muy mala cara, pero es que me da igual. Me echo agua y me seco con una toalla. Recojo mi pelo en un moño alto. En algún momento debería ir a la peluquería y cortarme el pelo aunque luego pienso que Borja me llevaba pidiendo que lo hiciera y sólo por eso no voy a cortármelo. Salgo del dormitorio y voy hasta el armario para coger una sudadera de capucha la cual voy a usar a modo de bata. Voy a salir en pijama, es que me da igual que Isco me vea así. Total soy la embarazada abandonada. Es lo que hay.
