CAPÍTULO 25.

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Katherine llegó como siempre temprano, comenzó a acomodar su escritorio y sacar algunos documentos que necesitaba revisar, el día anterior había salido temprano pues realmente le había afectado ver a dos mujeres pelear por Alex, ella sabía que con ambas había tenido intimidad, las relaciones con Alex eran así, una dia con una y al otro día con otro, sin más.
Ese día en especial, se había levantado con buen humor, la ropa que se había comprado era muy linda y sus lentes nuevos le reafirmaba los rasgos de la cara, sobre todo sus largas y rizadas pestañas, solo se había delineado los ojos sin más maquillaje, su cabello como siempre recogido y ahora una falda entubada hasta la rodilla pero con una abertura libera en la pierna derecha, la blusa más ajustada y resaltando sus pechos pero sin mostrarlos, un accesorio a juego y un saco manga tres cuartos. Se había atrevido a usar zapatillas de tacón lo suficientemente altos como para ayudarla a mejorar la postura.
Había causado revuelo al llegar, pues las pocas personas que ya estaban entrando no pudieron evitar voltear a verla. Ella se sintió al inicio cohibida, pasando por su mente que había Sido mala idea el cambio, sin embargo, al escuchar a Maya una de las recepcionistas decirle que se veía hermosa, su seguridad aumento caminando más segura por el lugar.

Observo las flores que estaban aún manteniéndose hermosas, tenía ya varios días recibiendo detalles y aún no lograba saber quién era la persona que tenía esas atenciones con ella, se pregunto si era alguien del trabajo, un hombre se había atrevido a verla con ojos distintos aún a pesar de que siempre era muy recta y su vestimenta era algo anticuada. Por un segundo se vio imaginando la cara de ese hombre misterioso al verla ahora vestida de esa forma, solo sonrio y nego con la cabeza. Unos toques en la puerta la sacaron de sus pensamientos.

-¡Pase! - Dijo al tiempo que se ponía de pie para verter un poco de agua en las flores.
Alex Taylor ingreso a la oficina y se quedó con las palabras en la boca, la imagen de Katherine de espaldas lo había descolocado, su silueta era perfecta, sus piernas torneadas y adornadas por esas zapatillas. Alex trago en seco, al rememorar las imágenes de Katherine en la cena de gala. Ella se dió la vuelta y lo encontró observándola, segundos sin decirse nada, hasta que ella se atrevió a hablar.

-Bueno día señor, ¿Se le ofrece algo? - ella estaba comenzando a sentirse incómoda ante el escrutinio de Alex.
-Eh… mmm… buen día señorita Woods - La voz de Alex salió más ronca de lo normal, carraspeó  para aclararse la garganta y continúo - yo quería disculparme con usted por lo de ayer y agradecerle su intervención.
-La verdad señor, no pensaba intervenir, esas con cosas que no tienen nada que ver con mi trabajo en la empresa y son situaciones bochornosas en las que la verdad no deseo involucrarme, solo lo hice por qué escuché cosas cayendo y Jessica estaba realmente muy asustada - dijo sentándose en su lugar y en tono neutro y sin voltear a verlo, Alex se dió cuenta que estaba molesta.
-Lo sé, y de verdad siento que vuelva a estar metida en esto, hoy trataré de solucionar las cosas con Johana, aunque en realidad creo que afectará nuestra relación laboral.
-El contrato firmado específica que cualquier asunto personal, quedará fuera de lo conducente a lo laboral, no se romperá ninguna relación, solo será difícil la comunicación. En cuanto a la arquitecta Madison, bueno si relación con ella no afecta, solo ponga seguro a su puerta cuando estén juntos y listo, es su empresa.

A Alex no le pasó desapercibido el tono triste y desilucionado que usó al hablar, sin embargo, no dijo nada. Era lo mejor volvió a repetirse, no debía involucrarse con ella, no necesitaba más problemas.
-Señorita Woods, hoy vendrá mi hermana Emma, necesito el reporte que le pedí sobre el funcionamiento de la empresa, ella es accionistas y necesita conocer lo que se hace aquí.
-Ya casi está listo, solo acomodarme algunos datos y lo imprimo
-Bueno, la espero en la sala de juntas, ahí estaré trabajando hoy.
Katherine lo miró extrañada, pero después recordó el desastre que esas mujeres locas habían hecho en su oficina y asintió con la cabeza. Alex miró las flores en la esquina, había al menos tres ramos de rosas, algunas ya más marchitas, prueba de que tenían varios días ya.
-¿Quién está enviado esas flores? - Alex preguntó sin pensar y con molestia.
-¿Perdón? - ella frunció el ceño ante la pregunta y tono de voz.
-No están prohibidas las relaciones entre el personal, solo… - se quedó callado sin saber que decir, no tenía derecho a argumentar nada - la espero en la sala de juntas, con permiso.

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