CAPITULO 2

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Habían pasado dos semanas desde la fiesta de cumpleaños de Alex, él y sus amigos habían hecho una promesa esa noche.

-Las muj...eres son unas traicioneras – Will decía arrastrando las palabras.

-No, se puede... confiar en ellas... amigos – Harry abrazaba la botella, se acababa de enterar que la chica le que le gustaba ya tenía novio.

-Yo creí... que le gustaba... ella fue mi primera vez – Alex se había embriagado por primera vez y lloraba por su desilusión.

-Amigooo... no llores... no vamos a llorarrr... somos hombres y ninguna mujer va a pisoootearnos – Mason se levanto tambaleándose y animo a los demás a hacer lo mismo ya que todos estaba en el suelo de la habitación.

-Vamos a hacer... ¿Qué vamos a hacer?... a si, vamos a hacer una prooomessa – Todos asintieron – A partir hoy... no vamos a enamorarnos... ninguna mujeeer va a entrar aquiii – señalo su pecho y el pecho de los demás – quieres sexo, puuues... les daremooos el mejooor sexoo de susss vidas y nada maaas ¿estamos?

A partir de esa noche, Alex y sus amigos cerrarían sus corazones al amor, ninguno quería sufrir, y si alguno comenzaba a enamorarse, los demás como bueno amigos harían hasta lo imposible por qué desistiera de ese sentimiento.

Como parte de su promesa los seis se tatuaron un halcón con sus alas abiertas, en la cadera del lado izquierdo. Durante el resto de la carrera universitaria, Alex se dedicó a sus estudios, pues deseaba que su padre estuviera orgullo, pero también había comenzado a salir con mujeres, al principio solo era ir a bares a beber y bailar, con uno que otro beso y caricias, pero conforme fue sintiéndose más seguro de sus dotes de conquistador, el contacto con las mujeres era más íntimo hasta que se convirtieron en solo sexo sin compromiso. Siempre fue honesto y directo con las mujeres, era lo mejor, no volvería a cometer el mismo error otra vez.

Después de la universidad, cada uno de los chicos tomo un rumbo distinto en cuanto a sus trabajos, sin embargo, seguían reuniéndose y conviviendo. En la actualidad Alex se había comenzado a hacer cargo de la empresa de su padre, sus responsabilidades habían aumentado, pero se encontraba contento pues su padre confiaba ciegamente en él.

-Hola bebé ¿Cómo estás? – La voz melosa de una mujer se escucho del otro lado de la línea.

-Hola Madisson, estoy bien, con mucho trabajo. – Respondió el un poco seco.

- Estoy en Nueva York, estaré aquí una temporada y pensé en ti.

-Creía que seguían en Canada.

-Llegue ayer, y mientras me ponía mis bragas recordé a mi buen amigo Alex.

-¿Así? ¿Y qué fue lo que hiciste?

- Bueno, por eso mismo te llamo, pensé que tal vez podríamos salir a cenar esta noche.

-Maldición no puedo Madisson, tengo que salir del país con mi hermana, es un asunto familiar.

-Mmmm... lastima bebé, pero podremos vernos a tu regreso.

-Claro que si nena, estamos en contacto.

Al finalizar la llamada, Alex salió de su habitación con su maleta, ese día viajaría con Emily a Alemania, al parecer la madre de esta se encontraba ahí. Semanas atrás Richard había hablado con sus hijos sobre la verdad que había ocultado durante años, esa donde en realidad su esposa Grace no había muerto, si no que lo había abandonado llevándose a la hermana gemela de Emily. Ahora el investigador les había informado que se encontraban en Alemania y era ahí a donde irían.

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La biblioteca estaba por cerrar, ya eran las ocho de la noche y la encargada esperaba que la chica del abrigo rosa terminara su trabajo para cerrar. Cada semana era lo mismo, la chica se quedaba hasta el final, siempre con sus anteojos y esa mochila desgastada. La encargada se acerco a ella y la saco de su concentración al informarle que era la hora de cerrar. La chica recogió sus cosas y se marcho, afuera ya estaba oscuro y aunque las calles estaban muy transitadas, ella se sentía sola, tomo el autobús y llego a su pequeño muy pequeño departamento.

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