| Capítulo 63 |

416 38 10
                                    

5 años después....

-Es momento de volver a casa- Indiqué felizmente.
-No podemos volver, te van a meter a la federal- El moreno protestó negativo.
-Hermano, Hobbs retiro los cargos y mostro una nueva evidencia con las confesiones de Gustabo- Tej interpuesto la negativad dejando las maletas aún lado del coche.

-Roman ¿Te quedaras?- Cuestionaba caminando al coche.

Una respuesta se tomo en una acción; firmemente se reincorporaba en una mejor postura saliendo de la negativad, subio al coche con su equipaje.

-¿Hoy iremos a conocer a papá?- Preguntó el pequeño Jack.

Los años podían seguir pasando y la voluntad de confesar que su padre falleció me dolía cada vez más.

-Podremos estar en un refugio que hizo para nosotros- Respondía peinando su cabello.

Cada quien subía a su respectivo coche; salimos de la pequeña cabaña donde nos habíamos quedado todo este tiempo.

La carretera estaba totalmente despejada, el sol era el unico acompañante provocando un liquido salir de nuestros cuerpos por el calor.

Por lo lejos se visualiza un letrero de bienvenida a la ciudad de Los Santos.

Un escalofrío recorrió por toda mi piel al pisar tierra conocida.
Los chicos se habían divido; Roman, Tej y Lety fueron al taller que Ramsey había concedido comprar.

Brian y Mia a su nueva casa.

-Hemos llegado- Aparqué el coche enfrente de mi casa, mi verdadero hogar.
-¿Esta es la casa que estabas construyendo?- Habló emocionado.
-Asi es, tio Hobbs nos ayudo a terminarla- Baje del coche, di la vuelta bajando al niño en brazos hasta terminar de cruzar la cera.

-¡Mamá! ¡Una carrera!- Habló comenzando a correr directamente a la casa.

Corría atrás de el sin la necesidad de ganar, cuidaba que no se tropezaria.

Abría la puerta sintiendo el olor que tanto había extrañado, la mayoría de los muebles se habían salvado y estaban situados en la misma posición.

Jack corrió a un pasillo donde colgaban varías fotografías que antes no estaban.

-¿Ellos quienes son?- Preguntó señalando una fotografía.

Me acerqué con el; era Gustabo y Horacio, en una de nuestras misiones.
-Gustabo y Horacio, antiguos colegas del trabajo- Respondía con melancolía.
-¿El es papá?- Sonreía ante una fotografía.
-Si, es el- Era una fotografía en Dubái antes de salir volando entre dos edificios.

Continuaba revisando las fotografías; deseaba poder conocerlos, ser parte de la familia y que es lo que hacían.

No conocía el paradero de Gustabo y Horacio.
Conway sabía donde estaba su tumba, más no me sentía segura de ir.

El resto de la tarde se había hecho muy sentimental, solo eran cajas y miles de cajas, sacando nuevos recuerdos y sentimientos encontrados.

Esta era mi nueva vida.

Brian y Mia decidieron quedarse los primeros días con nosotros, recuperando el tiempo que nos habíamos distanciado hace unos años.

Las tardes llevaba a Jack a la playa donde Conway me había pedido ir cada vez que lo necesitaba; Jack jugaba con la arena y yo solo me perdia entré las olas y el hermoso atardecer enfrente de mi.

Sonreía cada vez más, me sentía bien.

Solo deseaba verlo una vez más; una sortija no llenaba lo suficiente.

Jack era mi nueva vida, aprender con el.
Contarle todas mis aventuras.
Tener nuevas aventuras con el.
Enseñarle una mejor vida con más amor y protección.

Cada enseñanza para el, era una nueva para mi.

Me salía en las noches a hablar y llorar enfrente de una lapida, deseaba romperla.
Mi corazón me decía que continuara buscando la extremidad del hilo rojo.
Mi mente decía que no encontraría nada.

.....

Un año se consumió como un cerillo.
La gente continuaba con su vida.
Regrese a las carreras.
Cuidaba de Jack.

Mi vida cada dia se tornaba más normal.
Perdiendo la esperanza de volver a verlo.

6 años después....

-¿Señor? ¿Como se siente ahora?- Preguntó el doctor.
-De puta madre... tengo muchos quimicos dentro de mi que volvería a terminar con la ciudad- Respondía irónicamente.
-Hemos visto que ha mejorado en su tratamiento, dentro de unos minutos vendrán a darlo de alta- Concluía el doctor.

-¿Ya no habrá baños de esponja?- El paciente bromeaba fingiendo un puchero.
-Me temo que no- El doctor reía.

-¿Que harás después?- Pregunto Richard.
-Te diría que solo dormir, pero creo que ya lo hice suficiente- Respondía suspirando.
-¿Volveras a tu ciudad como el jefe muerto?- Preguntó Richard bromeando entre risas.
-Me apetece, me levantaré con los huevos católicos- Acerto Conway orgulloso.

-Lastima que no tendre un compañero- Desanimado aceptaba el resto de su destino.
-Tienes mi numero Richard, cuando reincorpore mi vida te llevaré con mejores doctores que estos gilipollas- Prometió guiñando un ojo.

Personas habían llegado con un pequeño maletin con nueva ropa, lo que necesitaba para volver a ser el: el traje.

Finalmente estaba dado de alta.

Conway entró al pequeño baño saliendo con traje impecable.

-Que elegante- Reía Richard al ver a su compañero muy diferente.
-Por fin puedo ser yo- Respiraba aliviado.

-¿Tienes un plan en marcha en la ciudad de Los Santos?- Preguntó su compañero.
-Buscare a mis amigos si es que siguen vivos- Respondía con melancolía en su voz.
-¿Quien coño era una tal Megan? Hablabas de ella incluso dormido- Habló recordando las noches donde Conway gritaba su nombre en una de sus pesadillas.
-¿Por que lo preguntas?- Lo miró.
-Se ha caído esta fotografía- Señalo una pequeña imagen.

Conway con una ceja alzada se acercaba con inquietud.

-¿Aquella chica que era una maquina de matar? ¿Alguien como yo?- cuestionó extrañando a su amada.
-Correcto ¿Quien era ella?- preguntó entregando la imagen.

Tomó la fotografía sintiendo miles de partículas sensacionar su cuerpo internamente provocando un escalofrío dulce y amargo a la vez.

-Esa es mi chica- sonreía orgulloso de reconocer a su alma gemela.

Fin.

ᴇsᴀ ᴇs ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ  | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora