El domingo era completamente igual a los demás.
Megan comenzaba a preparar la mesa en el jardín trasero.
Tej y Roman discutían quien era mejor en las parrilladas.
Lety realizaba una videollamada con Han y Gisele.Las cervezas están frías, la carne olía a diferente a todos los domingos pero siempre era deliciosa.
El día era caluroso.
La familia no estaba completa pero el espíritu se sentía completa y reunida.
-¡A comer ahora si!- gritó Mia sacando los últimos platos.
-¿Ya se lavaron las manos?- Pregunté como toda una mamá estricta.Vi como Rom y Brian volvían a lavarse las manos.
Todos nos sentamos en cada uno de sus asientos respectivos.
Lety tocó parte de la carne asada.
-¡Hey!- Brian gritó señalándola.
-Te toca a ti esta vez- añadio haciendo que todos uniéramos las manos.-Bien- Acomodando mejor su postura empezó a orar.
-Señor, gracias por un día más con comida en la mesa, por las personas que están presentes y sobre todo; por los coches- terminó de orar haciendo que todos sonrieran entre sí dando un gracias.Comenzaron a servirse y sabrosear como si no lo volvieran a comer jamás.
Un día familiar común y único a la vez.
Por lo tanto del otro lado de la ciudad por los altos y cortos edificios se veía a un hombre de traje, brincar a grandes alturas; persiguiendo a un hombre con apariencia rudo, cuando el mismo diablo lo perseguía hasta morir.
Era increíble la manera en la que saltaba por arriba de los edificios, otras veces tenía que entrar y romper cualquier ventana o puerta que se atravesará.
El sujeto parecía ya quedarse sin ideas, lo único que podía hacer era saltar por la ventana.
Conway al escuchar no dudo al tirarse también aún así que perdería la vida al instante.
Unas grandes y miles de bolsas de basura amortiguaron la vida de los dos.Conway no le importo si estaba mareado, con náuseas o adolorido.
-¡Nombres!- Cogía de la camisa del sujeto atrayendo su cabeza con la pistola apuntando.
-No, te juro que no se nada- El hombre levantaba los brazos demostrando algo de piedad.
-¡Dame los putos nombres o juro que yo mismo te matare!- Encajaba más la boca de la pistola en su cabeza creando tensión y dolor en el sujeto.
-¡Amigo te juro que no se nada!- suplicaba aún mintiendo.Conway quitó rápido la pistola disparando al suelo.
-¡Espera espera!- sollozo el hombre ya asustado, pues no sabía que no solo se llamaba Jack Conway porque así lo quería.
-Habla ya capullo- Ordene entre dientes listo para apuntar en el cráneo del hombre.-Bien, Bien- tragaba saliva.
-Es nando- declaro rápido cerrando los ojos esperando a que tenga más piedad.
-¿Nando? ¿Armando?- Hacía una mueca golpeando su mejilla con la pistola.
-Si si, el mecánico- El sujeto se calmó más al ver que no tenía la pistola enfrente de sus ojos.Conway empezó a dar codigos por la radio sin quitar la vida del hombre.
-Por favor no me hagas nada, tengo familia- Decía el hombre arrodillado y suplicando.
-Esta noche me divertiré con tu querida familia entonces- habló el pegándole entre el hombro y cuello, cayendo inconsciente.Gustabo y Horacio llegaron y trataron de rejuntar al hombre.
-Volkov se hará cargo de el, necesito que se queden en la comisaria y esperen órdenes- comentó el hombre caminando al lado contrario.
-No- dijo Gustabo firme.
-¿Qué?- volteó el Superintendente sorprendido.
-Iremos a patrullar- respondió aún más firme.
-¿Y tu quien coño te crees para negar una orden de mi capullo?- Sacaba la porra listo para mejorar la conducta de Horacio.
-Vamos papu, o le decimos a mamá Megan- Horacio ya no era un adulto, era un niño tratando de convencer a su papá.
-¿Qué más quieren? ¿Que te traiga un puto pastel con velitas mis niños?- habló sonando burlón guardando la porra y acariciando sus cabezas como si fueran cachorros.
-Mi cumpleaños ya paso, pero si no es mucha molestia la verdad si me apetece uno- Gustabo respondía sonriendo.
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ᴇsᴀ ᴇs ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |
Hành độngMuéstrame cómo conduces y te mostraré quién eres. PRIMERA PARTE