| Capítulo 51 |

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-¡Gustabo! ¡No me hagas daño! ¡Déjame en paz!- Lágrimas escurrian por el rostro de Horacio.
-¡No! ¡Gustabo!- solloza en gritos forzadamente cerrando los ojos con fuerza.

-¡Volkov! ¡Abre la maldita puerta!- gritó Conway agitado atrás del comisario.
-¡No puedo!- respondió aún maniobrando con la manija tratando de abrir la puerta

-¡Ayuda por favor!- volvía a gritar moviéndose continuamente.

Conway miró a Volkov señalando que entrarían por la fuerza; se alejaron de la puerta esperando unos segundos a coger la suficiente fuerza, se dejaron ir contra ella tumbandola en mil pedazos.

Corría entre los pasillos siguiendo a Conway y Volkov delante mío.

Entramos a la habitación prendiendo las luces; de nuevo era una pesadilla.

-¡Horacio!- exclamaba Conway alterado sujetando de los hombros sacudiendo de el suavemente.
-¡Gustabo! ¡Arriba las manos!- gritaba de nuevo saltando continuamente tratando de salir del sueño.

Estaba asustada; comencé a sacudir de el a la misma intensidad que Conway.
-¡No!- soltó dando un enorme brinco sobre la cama esta vez abriendo los ojos de golpe.
-Hey, tranquilo aquí estamos- Tocaba su brazo cuidadosamente sobando parte de el.

El me miró totalmente destrozado; me abrazó fuertemente volviendo a sentirse seguro.
-Cariño tranquilo, estoy aquí fue solo una pesadilla- Sujetaba fuertemente su agarre cubriendo su espalda con mis brazos haciendo un lugar seguro para el.

Podia sentir su corazón totalmente agitado; el pecho lo sentía mojado de sus lagrimas.

Conway y Volkov se miraron mutuamente esperando a que esta vez sea la última pesadilla después de tantas.

-Tengo miedo Megan- susurró en un hilo de voz perdiendo su mirada en el suelo.
-No tengas miedo Horacio, todo va a estar bien- Murmure suavemente dejando un pequeño beso en su cabeza.

Decidimos guardar minutos de silencio esperando a que volviera a estabilizarse.
Después de un largo rato Horacio aún en mis brazos caía en un profundo sueño como un bebé.

-Me quedaré con el- habló Volkov ayudándome a colocarlo en la cama sin ser despertado.
-¿Nos quedamos con ustedes?ustedes- preguntó Conway poniendo las sabanas sobre el cuerpo de Horacio.
-No, ustedes vayan a descansar- respondió el comisario acostándose aún lado de el.

-Volkov quédate a mi lado- pidió Horacio aún en sus profundos sueños.
-No me iré a ningún lado Horacio- respondió mirando a Horacio, toco suavemente su mejilla quien estaba helada y humeda ante las lágrimas.

Horacio sentía el aroma de su comisario sintiéndose protegido y amado.
Continuo durmiendo esta vez sin emitir ninguna palabra dejándonos más tranquilos.

- Vamos- ordenó Conway cerca de mi oreja tomando de mi mano a la vez.

Saliamos de la habitación mirando por última vez a una pareja totalmente feliz.

Volkov rápidamente se había quedado dormido.
Conway apagó las luces; saliendo sigilosamente de la habitación cerrando la puerta con cuidado.

-Yo me quedaré por cualquier cosa, ve a casa a descansar- se detuvo por un momento mirando la puerta ya cerrada.
-Es Volkov, es un ruso, Horacio estará bien- Replique volviendo a tomar de su mano.

Ladeo su cabeza rectificando su desicion final.
-Vamos- volvía a tomar el paso directamente a la salida.

Salimos de la casa esquivando algunos trozos de la puerta principal destrozada.
-¿Crees que alguien entre?- Pregunté señalando los trozos.
-Tenemos a un comisario y un héroe dentro de esta casa, son unos gilipollas- sonrió victoriosamente.

ᴇsᴀ ᴇs ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ  | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora