ᴇsᴀ ᴇs ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |

| Capítulo 37 |

El lugar era frío, caótico, sucio y oscuro; se sentía escalofriante estar en ese lugar; manchas de sangre seca había en el suelo de cemento, la sangre en Conway ardía y su ira se culmina en su infierno, pretendía destrozarlo.
Hobbs estaba desesperado, ansioso
Todos estábamos en un humor no agradable.

-Felicidades, hicieron lo que pudieron- soltó el ensangrentado sonriendo cínicamente.
-¿Qué quieres decir con eso? Te tengo aquí y créeme que estarás igual o peor que tu hermano- Hablé recordando a su hermano.
-Tuviste una buena jugada, no lo voy a negar, pero te faltaron algunos detalles- replicaba mirando a Brian.
-Se directo- Brian se colocaba aun lado de mi cruzándose de brazos.
-Dime O'conner- lamia sus labios con sabor a sangre, listo para expulsar el veneno.
-¿Como esta Mia y tu hijo? Espero y no llegues tarde al velorio- comentó descaradamente sonriendo.

Brian se le dejó ir como un loco asesino, lo golpeaba con desesperación preguntando que le había hecho.
Lo separe de el pidiendo a los chicos que me ayudaran a sostenerlo; sin dudar lo cogian con bastante fuerza.

-Te di una oportunidad y la desperdiciaste- escupía la sangre al suelo mirándome con orgullo.
-Te daré una orden y espero y la obedezcas-  arrebatada una pistolera que colgaba Conway de su torso; caminaba de nuevo a su dirección colocándola en su entrecejo.
-Espero y tomes una decisión correcta Megan- Él  apoyó su entrecejo con la boquilla.
-Tuve un poco de tentación, puedes hablar con ella- hablo cerrando los ojos esperando el disparo.

Volteé con Brian y el entendió.

Colocaba la llamada en altavoz.

-¡Brian! ¡No vengas! ¡Te mataran!- Era Mia gritando de miedo y desesperación.

Ahora era yo quien se dejaba ir estrellando su cabeza con el suelo una y otra vez; sin ninguna piedad, desquitando toda mi furia.

-¡Megan!- Conway trataba de quitarme sobre el; aceptaba cualquier rasguño o golpe que provenía de mi tratando de alejarme de aquel demente.

Lloraba con desesperación; una vez que se meten con la familia, el odio ya no tenía un límite, no tenía más empatía ni piedad.

De un momento a otro estaba abrazada con el Superintendente, tratando de salir de ese abrazo.
No lo necesitaba, necesitaba a mi hermana, mi sangre.

-Debo aceptarlo, es una familia muy feliz y bonita, lástima que no aprovecharon ese concepto- reía cínicamente tratando de levantarse.

-¡Dejame!- Seguía luchando con el agarre de Conway gritando esperando alguna ayuda ajena.
Gustabo y Horacio me miraban con terror, pero aún con el miedo trataban de detenerme en no golpear más al Superintendente.
En un segundo permanecía quieta, controlando mi respiración agitada, como si de la nada estuviera hechizada.
-Suéltame- Lo miraba a los ojos esperando su aprobación.
El me soltó sin decir más, acomodando su traje y gafas.

-Tuviste todo el tiempo luchando contra mi, no me conocías lo suficiente, tengo aliados por todas partes, agradece mejor a Culebra y su generosidad de no hacerle mucho- miraba sus esposas con dolor; lastimaban sus muñecas.
-Te dije que era lo que haría si te negabas, pero no escuchaste, que lastima- agregaba sonando desanimado haciendo una mueca falsamente.
-Déjame ir y la chica no muere, si llegas a seguirme o alguno de ustedes, con una simplemente llamada.... la chica muere- Estiraba sus manos esperando que no sería rechazado.

Hobbs me miró esperando mi confirmación.
-No, no vamos a rescatar una rehén dejando morir a los demás- Un soldado de la fuerza militar hablaba concreto.
Hobbs sacaba su arma apuntando a su cabeza con menosprecio, en algún momento todos tenían armas apuntándose entre si; si uno muere, todos se irán con el.