| Capítulo 32 |

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-Megan, despierta- Volkov me sacudía lentamente.
-¿Que paso? ¿Ya despertó?- Despertaba rápidamente mirando a Conway.
-No aún no, mande a Gustabo y Horacio por alguna ropa nueva para ti al igual que a Conway- Me entregaba un café con unas cajas de donas.
-Gracias Volkov- Sonreía gentilmente mirando a Conway.
-Tranquila, a pasado cosas peores; estará bien es todo un inmortal- tomaba un sorbo de su café.
-¿Arreglaste el entierro?- Preguntaba indiferente.
-Si, será más tarde- Soltaba un suspiro totalmente cansado, se notaba que no había dormido que estaba preocupado y triste y no solo por el Superintendente.
-Esta bien- Guardaba silencio esperando alguna reacción.

Unos minutos de silencio pasaban, Violeta llegó acompañada de Horacio y Gustabo como si fueran sus guardaespaldas.

-¿Como esta el bello durmiente?- Violeta revisaba su pulso escribiendo en una tabla que tenía.
-Esta todo tieso literalmente- respondía Gustabo analizando a Conway.
-Es normal, la anestesia fue algo "fuerte" no tardará en despertar y depende de como lo haga veré si lo pueden dar de alta- Violeta salía hablando con unos de los doctores que se encontraban afuera.
-Ve a  cambiarte, estamos aquí- Horacio me entregaba una bolsa con una ropa.
-No sabíamos como te gustaría estar hoy y trajimos varias prendas- alardeo Gustabo apenado.
-No te preocupes, gracias- Visualizaba la ropa saliendo de la habitación.

Caminaba al baño de mujeres chocando con alguien.

-¡Ten más cuidado imbecil!- Volvía a retomar el equilibrio.
-¿Megan? ¿Qué haces?- Era Armando, enfrente de mí haciendo una pregunta que claramente no podía responder con sinceridad.
-Me solicitaron para dar algunas donaciones de sangre, ya sabes, yo amable- Conteste nerviosa.
-¿Por qué la ropa?- arqueo la ceja, sospecho de la mentira
-¿Haces muchas preguntas no crees?

En realidad,si me molestaba que trataran de hacerme preguntas.

-Perdona, es raro verte en un Hospital aún así siendo bastante amable- Armando revisaba por todos lados si había alguien quien yo pudiera conocer.
-¿Qué haces aquí? ¿No deberías de estar trabajando?- Era yo quien cuestionaba ahora.
-Estaba e iré a trabajar pero el maldito mexicano dejó caer un motor en mi mano- Extendía su mano vendada hasta casi dejar de circular la sangre.
-Espero y te recuperes, me tengo que ir- Revisaba mi móvil como si tuviera algún mensaje de emergencia.

Me despedía de el alzando una mano caminando lo más rápido posible al baño.
Entre en uno de ellos y cambiarme.
Cambiaba de ropa lo más rápido posible arreglando un poco el cabello, un poco más presentable.

Volvía a salir revisando que Armando ya no estuviera a la vista y efectivamente ya se encontraba fuera del edificio.

Camine de nuevo a la habitación todos rodeaban a Conway y eso me preocupaba.

-Ya despertó- anuncio Horacio que sus ojos brillarán de alegría.

Me acercaba a él con miedo, por si no recordaría algo incluso a mi.
-¿La recuerdas?- preguntaba Gustabo señalándome, su mano temblaba y su sonrisa estaba forzada. Tenía miedo de algo.
-Correcto- El miraba al frente sin mirar a nadie; su voz sonaba bastante frío de lo normal.
-¿Como estás?- sonreí tiernamente acercándome lentamente a el.

Volkov hacía una seña que salieran todos dejándonos solos; cerraban la puerta dejándonos en completa privacidad.

-Estoy bien- Se notaba claramente que no quería hablar.
-¿Esta bien si te dejo solo unos minutos?- Preguntaba abriendo la puerta.

El solo guardo silencio aún si mirarme; segundos después asintió.

Salía de la habitación a buscar algún doctor pero los chicos ya estaban hablando con uno.

ᴇsᴀ ᴇs ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ  | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora