| Capitulo 27 |

1.4K 86 18
                                    

-¿Dónde está Gustabo y Horacio?-  Pregunte entrando al despacho del Superintendente.
-No tardan en llegar-  alardeo distante, resignado a conversar.

Era tan peculiar la bipolaridad que prevenía de este hombre.
No era raro, pero si molesto a la vez.

Michelle entraba con Volkov al despacho.

-Megan- saludo sin mirarme.
-Evans- Salude firme igual sin mirarla.

Gustabo y Horacio entran bastantes sucios y desordenados. Tal como dos pequeños llegando a casa después de un dia divertido en el bosque.

-¿Se puede saber que cojones hicieron?- cuestiono Conway enojado.
-Lo que pasa es que tuvimos un problema pequeño- titubeo Horacio.
-¿Que coño paso?
-No le tiene que importar ya, el punto es que estamos aquí ¿no?- Gustabo era el único que no le tenía miedo al Superintendente.
-Será mejor que cuides tus palabras, capullo- murmuro entre dientes sacando la porra.

Entre Michelle y Volkov era bastante normal el como era la vida aquí.
Para mi no lo era, merecían más incluso un poco de cariño por parte de Conway.
Era imposible pedir y recibir algo diferente que el siempre daba.

-Michelle qué noticias me tienes- Se colocaba como soltado con los brazos atrás.
-Encontramos un artefacto que nos puede ayudar a encontrar más fácil las personas que contribuyen en la mafia- respondió cruzándose de brazos mirándome con poca cosa.
-¿Que artefacto es?- inquirió Horacio mirando a Michelle.
-Se llama el Ojo de Dios- respondió el ruso entrando a la conversación digno de seriedad y seguridad a su persona.
-¿Donde se encuentra?- Me levantaba del sofá donde estaba entre Gustabo y Horacio.
-Todavía no sabemos exactamente su ubicación, sabemos que una tía es dueña de eso- Michelle siendo amable, por fin.
-Bien, llámame cuando encuentren la ubicación, tendrán mi equipo- Dije dispuesta a salir pero la rubia me detuvo.
-Sin equipo, solo tu y ya- advirtió molesta.
-Cariño, le dices tu o se lo digo yo- Suspire y mire a Conway esperando su confirmación.

El guardó silencio unos minutos mirando a Michelle dando a entender que ella no tenía la razón.

La rubia quedó boquiabierta observando el tacto solido de Conway. 

-Hemos quedado en algo-  Conway alzo la voz.

-Tenemos una persecución necesitamos refuerzos- La radio de Volkov llamo la atencion de todos.
-10-4- contesto Volkov.

-Gustabo, Horario  con Volkov- los señalo, ellos se pararon como soldados dispuestos a salir.
-10-4- respondieron.

Salieron a la misión del dia,  solo quedamos nosotros tres.

-¿Sabes quien creo eso?- Me dirigía con Michelle volviendo al tema del Ojo de Dios.
-No- contesto seco ignorando mi presencia en la habitacion.

Volvía a abrir la puerta dispuesta a salir pero no sin antes comentar algo.

-Cuando tu y todos tus perros falderos tengan toda la información estaré aquí si no, no- Declaro molesta lanzando la última mirada a los oficiales.

Salía azotando la puerta y tratar de salir lo más rápido de la comisaría.

-¡Megan!- Gritaba Conway tratando de alcanzarme.

Lo ignoré completamente siguiendo apresurando el paso al llegar a mi auto.

Un disparo se escuchó.

Logró su objetivo.

Lo mire por fin.

El estaba parado con una mano alzada y el arma en ella.

-¿Qué harás? ¿Dispararme?- Abría la puerta del auto aún mirándolo.
-No, jamás lo haría- negó de inmediato acercándose bajando y guardando el arma.
-Entonces me retiro- Estaba por meterme pero el puso la mano evitando el paso.
-¿Por que te enojas? Recuerda que el cielo no brilla tanto- expreso sólido señalando el cielo tornando a nublarse.
-Dijiste la luna, imbécil- Rei melosamente.
-No solo la luna, ni el cielo, es absolutamente todo- susurro cada vez más bajo apenado evitando mi mirada.
-Lo siento, no escuche- Cruzaba de brazos alzando una ceja.

ᴇsᴀ ᴇs ᴍɪ ᴄʜɪᴄᴀ  | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora